lunes, 3 de marzo de 2025

EL GUADALHAMAN: UN ENCLAVE PRÓXIMO A PATERNA DE RIVERA INSPIRADOR DE POETAS ANDALUSÍES (8)

d) Sepultura megalítica de Las Alcobainas

    En el otoño de 1955[i] durante las labores de arado en el Cortijo de “Las Alcobainas”, cuyas tierras atraviesa el río Salado de Paterna, unos campesinos descubren una sepultura megalítica con restos óseos humanos, numerosos utensilios de piedra, algunos fragmentos de objetos de cobre o bronce y dos vasijas de barro cocido muy bastas en su interior.

Cortijo Las Alcobainas, al noroeste de Paterna

    Aunque el dolmen fue tapado por los campesinos, en el lugar del hallazgo se persona el Arquitecto Municipal de Jerez de la Frontera, Manuel Esteve Guerrero, y se informa de las circunstancias del descubrimiento, las características de la sepultura, el material arqueológico encontrado en la misma y el destino que corrió.

    Al parecer, “la sepultura estaba construida con grandes losas de piedra colocadas verticalmente, formando las paredes, y otras dispuestas de plano, cerrándola... La mayor parte de dichos objetos fueron rotos por los ocasionales descubridores, más, hechas las gestiones oportunas, pudieron recuperarse algunos que se encontraban en poder de los campesinos, pero no las vasijas que, como decimos fueron destruidas.”

    Los objetos que pudo recuperar Esteve Guerrero y que posteriormente fueron depositados en la Colección Arqueológica Municipal de Jerez fueron:

  • un hacha de piedra pulimentada
  • cuatro fragmentos de cuchillos de silex
  • un raspador
  • tres fragmentos de un utensilio de bronce o cobre, en los que se distinguen dos estrías a lo largo, paralelas y un fragmento de otro objeto del mismo metal que, como aquellos, Esteve ignoraba cual fuera su uso o empleo y de igual modo con dos estrías a lo largo, paralelas y con dos orificios en uno de los extremos.
    Manuel Esteve catalogó el hallazgo como un dolmen del Bronce Final (1200-750):

"Estimamos que se trata de una sepultura de tipo megalítico de comienzos de la Edad del Bronce Mediterráneo, y que si se procede a su excavación, cosa a la que se halla dispuesta el dueño de la finca, al disponer entonces de más elementos de juicio y por el material que se proporcione, podremos juzgar mejor y sospechamos que hasta es probable que si se busca por aquellos contornos se hallen otras sepulturas, pues el nombre de la finca -“Las Alcobainas”- tal vez sea un derivado local del vocablo árabe “alcoba”, es decir: “la cúpula”, “la alcoba”, “la boveda”, etcétera, que pudiera aludir a alguna construcción allí existente en la antigüedad."

    Entre los objetos hallados destaca una espada de bronce incompleta de la que solo se recuperaron 4 fragmentos: uno correspondiente a la parte inferior de la empuñadura y tres fragmentos de la hoja con una pequeña nervadura central. Según el profesor Torres Ortiz[ii] la espada pertenece al tipo Sa Idda variante Villaverde del Río del Bronce Final Atlántico. Este tipo de espadas comienzan a fabricarse en la península ibérica entre mediados del siglo X a. C. e inicios del IX a. C. hasta el siglo VIII a.C. , en que serán sustituidas por piezas de hierro. Destaca Torres la diferencia cronológica de poco más de mil años entre la fecha atribuida a la espada (siglos IX-VIII a.C.) y la de la sepultura megalítica (fines del V milenio y fines del III milenio a.C.), que se ha interpretado como una intrusión posterior, es decir, la reutilización de un espacio funerario antiguo para legitimar la posesión del territorio por parte del grupo.

Fragmentos de la espada de Las Alcobainas. Foto Museo Arqueológico de Jerez

    Esteve se hacía eco de la existencia de restos romanos en un cerro próximo al enterramiento (una piedra de molino y fragmentos de tegulas en superficie) pertenecientes a algún asentamiento de época romana, así como la localización en las cercanías del tramo del acueducto de Tempul a su paso por el cortijo de “Los Arquillos”.


b) El camino de Arkus a Medina Ibn Salim

    Ibn Alabar sitúa el Wadi l-Hamam (Valle de las Palomas) entre las ciudades de Medina Ibn Salim y Arcos de la Frontera, no pudiéndose descartar que el poeta andalusí transitaba por la antigua vía romana que atravesaba el Valle en un punto próximo a la actual Paterna de Rivera.

    Algunos autores piensan que este vial era parte del trazado de la vía romana Hispalis-Asido, una calzada romana que ponía en comunicación la costa meridional de la Península con el Valle del Guadalquivir descrita por el Anónimo de Rávena en su Cosmografía, una obra del siglo VII de nuestra era elaborada a partir de otras fuentes literarias más antiguas. El camino romano descrito en el itinerario tenía las siguientes estaciones: Hispalis (Sevilla), Orippo (Torre de los Herberos, junto a Dos Hermanas), Ugía (Torres de Alocaz) ,Cappa, Saudo, Burdoga, Saguntia (Gigonza) y Asido (Medina Sidonia). Habitual del Anónimo de Rávena es omitir el final de la vía, por lo que el destino se baraja que sea un puerto costero próximo a Medina Sidonia, posiblemente Baesippo (Barbate), Gades o Mergablum (Cerro Patría o Conil), siendo lo más probable que continuara hasta Baelo Claudia pasando por Baesippo.

Vía romana Hispalis-Asido

    Para el tramo que discurre entre Asido (Medina Sidonia) y Saguntia (Gigonza), los historiadores proponen diferentes trazados.

    Pierre Sillières [iii], que cree que esta vía ya era utilizada desde antes de la llegada de los romanos, señala que el trazado desde Medina seguía la actual carretera hacia Paterna, bordeaba el pueblo por el Este y continuaba hacia Gigonza por el llamado Camino Viejo de Gigonza, que conduce directamente a la antigua ciudad romana.

    Según Ramos Romero[iv] el itinerario de Asido a Saguntia partía de la Puerta del Sol, entrada norte al municipio, “sigue el carril de Santa Ana, camino del pozo del Horcajo y Rancho Viejo, Las Zorreras, Cerro y Cortijo de Escorvaina para empalmar tras Cañada de las Salinillas con Cañada Honda, entrando así a las fuentes de la aun inexistente Paterna” y continuaba por el camino hacia el Convento del Valle en dirección a Gigonza, buscando los pasos del Guadalete y Majaceite en las proximidades de la Junta de los Ríos, vía Écija. El historiador asidonense ve más lógico este trazado que el que “sale de Medina vía Arcos, por la Fuente Chica, Las Motillas, La Angostura, a buscar La Lapa y Arquillos que no pasa por Gigonza y los baños.” Éste trazado coincidiría con el llamado Camino Viejo de Arcos.

    Otro itinerario nos lo ofrece Ramón Corzo[v], según el cual la vía “discurría por una cañada de ganados que parte de Medina hacia el noreste en línea recta y que alcanza el punto de intersección de los términos de Alcalá, Paterna y Medina, junto al Cerro de la Higuera, por donde parece que se realizó el hallazgo del bronce de Lascuta y de donde procede también una de las inscripciones fundacionales de basílicas por el obispo Pimenio. Desde aquí continúa hacia el norte con huellas de haber tenido un firme pavimentado y coincidiendo con el límite de los términos de Alcalá y Paterna; en las fotografías aéreas forma una línea recta que cruza el Cerro de la Plata y llega a Baños de Gigonza; el topónimo “plata” vuelve a confirmar la existencia de un camino bien pavimentado durante el periodo islámico y el enlace entre Assidone (Medina) y Saguntia (Baños de Gigonza) resulta el más breve y cómodo”.

    Parte de la red viaria romana, aunque deteriorada y no sin ciertas modificaciones, debió estar operativa todavía en el siglo VIII, cuando los musulmanes inician la conquista de la península. El profesor Abellán Pérez[vi] señala que durante el periodo musulmán la provincia gaditana estaba interconectada de norte a sur por tres viales que de manera perpendicular partían de la antigua calzada romana que bordeaba la costa gaditana: el de Carteia a Córdoba pasando por Lascuta (Alcalá de los Gazules) e Iptuci (Prado de Rey); el que siguiendo el antiguo trazado romano del Anónimo de Ravena partía de Baesippo hacía Hispalis, pasando por Saguntia, Ugia, Orippo, Carmo (Carmona) y Astigi (Ecija) para dirigirse a Córdoba; y el ramal más occidental que salía de Ad Pontem (Puente Zuazo), continuaba por Portus Gaditanus (cerca del Portal de Jerez) y se dirigía hacía Torres de Alocaz, donde enlazaba con el anterior camino. Para poner en comunicación las diferentes entidades de población rurales estos viales principales se completaban con todo un entramado de caminos secundarios que vertebraban el territorio.

    Algunos tramos de estos caminos de época romana, según Abellán Pérez, fueron utilizados durante la conquista musulmana por Musa y Tariq, por el emir Abderramán III en 914 cuando intentó poner fin a una rebelión hafsuní, o por Ibn Yubayr en el año 1183 en su viaje de Granada a Tarifa para peregrinar a lugares santos.

    Para Torres Balbás[vii] la antigua calzada romana de Baesippo a Hispalis es la que utilizó Tariq en 711 tras cruzar el Estrecho al encuentro de Don Rodrigo, y por el ejército del emir Abd´Allah en su campaña de 895 para ir desde Sevilla a castigar a los rebeldes de Jerez, Arcos y Medina Sidonia, pasando por Calsena en la Junta de los Ríos, vía que en el siglo XII aún estaba en uso.

    Félix Fernández Gómez cree que este es el camino seguido por Musa ibn Nusayr en 712 y, siglos más tarde, por el emir almorávide Yusuf ben Tasufin en septiembre de 1086 de Algeciras a Sevilla cuando acudió en auxilio de los reinos de taifas ante el avance de las tropas de Alfonso VI; así como por el emir de los benimerines Abu Ya´qub.

Itinerarios de la conquista (Fuente: Juan Zozaya. Atlas caminería Hispánica)

    El geógrafo persa Al Istajri[viii] en su obra Libro de los caminos y de los reinos relaciona los principales itinerarios de al-Andalus durante el califato omeya (siglo X) enumerando 14 caminos, entre los que incluye dos rutas que enlazaban el campo de Gibraltar con tierras sevillanas: un itinerario de Écija hacia Morón, Sidonia y Gibraltar, y otro de Algeciras a Sidonia, Carmona y Sevilla. Unos itinerarios que debieron coincidir con parte del trazado de la antigua vía romana de Hispalis a Asido. Proporciona además Istajari en esta importante obra de 921, el interesante dato de las distancias que hay entre las poblaciones medidas en jornadas, es decir, en días que se tardan en ir de una ciudad a otra.

    Istajari en el itinerario de Córdoba a Gafec, capital de Fajs Alballut (Llano de las Bellotas, en el norte de la Provincia de Córdoba), refiere que hay dos días, y de Fajs Alballut a Niebla, 14 días, llamando la atención de Alemany Bolufer sobre lo que sigue en el texto original: “Y Sevilla está en el camino de Sidonia”, pues según el arabista no guarda relación con el contexto; aunque esta referencia acredita la importancia de Sidonia.


    Ambos trazados debieron compartir el mismo tramo del camino desde el Campo de Gibraltar hasta Media Sidonia, bifurcándose posteriormente en dos ramales, uno hacia Carmona y Sevilla y otro hacia Écija pasando por Morón.

    En el año 897[ix] (según otros arabistas e historiadores en 907[x]) el emir de Córdoba ‘Abd Allāh I organizó una campaña para castigar a los rebeldes de Omar Ibn Hafsun en el sur peninsular y recuperar las fortalezas y territorios perdidos. Desde Marchena el ejército real marchó hacia Morón destruyendo cosechas, granjas y fortalezas en manos rebeldes. Pasaron después a Calsena en la permanecieron durante varios días a causa de las fuertes lluvias que inundaron los caminos para dirigirse a Jerez donde confrontaron con los rebeldes provocando su huida. Tras recolectar los tributos de Jerez y los pueblos circundantes, el ejercito omeya abandona el territorio pasando por Shaghunshah (Gigonza), Jabal Ja’far y Sakhrah Abu Malik, que estaban en el itinerario, para finalmente alcanzar las fortalezas de Fontahona y Arnashtib en la provincia de Sevilla.

    Ese mismo año el emir ‘Abd Allāh preparó una nueva expedición contra el rebelde de Bobastro. El 29 de Abril las tropas reales acamparon en Shaghunshah (Gigonza), en las cercanías de Sidonia, desde donde partieron hacia Munt Shant (Monte Santo o Monte Sacro), lugar próximo a Alcalá de los Gazules[xi], saqueando las alquerías de los alrededores controladas por Ibn Hafsun. Marcharon posteriormente hacia Tarifa y por último hasta Algeciras, en manos del rebelde.

    En el año 900 ‘Abd Allāh llevó a cabo una nueva campaña en las provincias meridionales de la península para recuperar algunas de las fortalezas perdidas. Tras derrotar a los rebeldes en la región de Mawrur (Morón) se dirigió con sus tropas a Sidonia y luego a Rayya, donde recuperaron algunos husum[xii].

    En 914 Abd al-Rahman III encontrándose en Algeciras en una nueva campaña contra el rebelde Ibn Hafsun, se dirigirá hacia Calsena, capital de la cora de Sidonia, donde acampará con su ejército, para después salir hacia Arcos a sofocar la rebelión de Numara b. Sulayman y continuar hasta Sillibar donde finaliza su campaña[xiii] y construir después la fortaleza de Isbira (Espera).

    En el siglo XI el Geógrafo al-Udri (1002-1085) en su obra “Fragmentos geográficos e históricos” señala un itinerario entre Calsena, capital de la cora de Sidonia tras el saqueo normando de 844, y Algeciras pasando por Gigonza:

“El camino desde la capital [de la cora de Šiduna] Qalsana a al-Yazira:
De la capital Qalsana a Šaguntsa hay una jornada del correo; a Mayana otra; a la aldea de Barid, otra … …; a Šant Ulaya [¿?], otra; a Funtaliq [¿?], otra; a Billabiš [¿?], otra; y a al-Yazira, otra[xiv].”.

    Borrego Soto[xv] pone de manifiesto que en dicha ruta al-Udri no menciona en ningún momento a la ciudad de Sidonia, ni siquiera tras la alusión a Šaguntsa proponiendo identificar el topónimo Mayana con Medina Sidonia o con el Cortijo de la Mediana en Vejer. El arabista jerezano viene defendiendo la hipótesis de que las ciudades andalusíes de Sidonia y de Madinat Ibn al-Salim son diferentes; la primera se correspondería con Sidueña, en el Castillo de Doña Banca, entre Jerez de la Frontera y El Puerto de Santa María, y la segunda con la actual Medina Sidonia.

Itnerarios de al-Udri (negro) e Idrisi (azul) según Borrego Soto


    Respecto a esta ruta Arjona Castro[xvi] refiere que era el camino habitual de Algeciras a Córdoba en época califal y plantea el trazado de Qalsana a al-Yazira “por Shigonza (Castillo y Baños de Gigonza), Qarya Baryd (Alberite, al sur de Alcalá de los Gazules), para seguir por el valle del río Palmones hasta Algeciras pasando por Shant Ulaya, Funtaliq, Balbish. Las distancas entre ellos son de unos 21 km., pues «sakt» es un término que designa la distancia entre dos postas”.

    Durante la primavera de 1083, el propio rey de Castilla y León, Alfonso VI, al mando de su ejército, tras acampar en Sevilla y saquear las aldeas del Aljarafe cabalga hacia Medina Sidonia, que también es arrasada, y llega hasta Tarifa[xvii].

    En el siglo XII la principal vía de comunicación terrestre de la provincia es la descrita por el geógrafo ceutí Al-Idrisi (1100-1166) que transcurría entre Algeciras y Sevilla, y según Arjona Castro[xviii] es probable que coincidiese en parte con el trazado del antiguo camino romano Hispalis-Asido-Baesippo. En su obra geográfica Libro de Roger[xix] o Kitab Ruyar (1154) detalla el trayecto así:

"Por el camino de tierra, el camino de Algezira a Arretba, al rio Barbêt, a la alquería Nixêna; y de ella a Medina Ben Selim, a Gebal-mont; de allí a la alquería Asluca, y en ella posada, luego a Almudein, a Deirat-al Gemala, y en ella posada; de allí a Esbilia una jornada[xx]."

    En una obra posterior[xxi] de Al-Idrisi nos concreta el itinerario indicando las distancias entre las estaciones o postas:

“De Algeciras a al-Rataba hay dieciocho millas, a la alquería de al-Aba cuatro millas, al rio Barbate hay seis millas, a la alquería de Fisana hay diez millas, a Medina Sidonia hay siete millas; de Medina-Sidonia a Bakkat Q.m.rat. hay doce millas, a Wadi-Lakka (Guadalete) hay doce millas, a la ciudad de Jerez hay cuatro millas[xxii].”

La vía idrisiana constituye el eje fundamental de las comunicaciones en la cora de Sidonia, pero los autores árabes describen otros itinerarios que completarían la extensa red de caminos secundarios que vertebraban este espacio.
Vías de comunicación en el siglo XII según Juan Abellán (Cádiz, 1983, Pág. 127)

    Así otra vía que transcurre por Arkus y al-Nasma, aldea de Medina Ibn Salim, lo recorrió en febrero de 1183 el viajero valenciano Ibn Yubayr en su camino desde Granada a Tarifa, donde embarcaría para peregrinar a los santos lugares del Islam:

“Nuestras etapas fueron: la primera de ellas hasta Hisn al-Gaydaq (Alcaudete); luego desde allí a Hisn Qabra (Cabra); luego de allí a la ciudad de Istiya (Écija); luego desde ella a Hisn Usüna (Osuna); luego de allí hasta Sallabar (Jeliver); luego desde allí a Hisn Arkus (Arcos); luego desde allí hasta una aldea conocida por aldea de al-Nasma (Casma), una de las aldeas de la ciudad de Ibn al-Salïm (Medina Sidonia); luego desde ella hasta Yazirat Tarif (Tarifa). Yeso [tuvo lugar] el día lunes 26 del mes datado (21 de febrero)[xxiii].”

    Dada la importancia política de las ciudades de Medina Sidonia, Calsena y Arcos durante las distintas etapas de la presencia musulmana en la actual provincia de Cádiz, y su situación geográfica y estratégica, es lógico pensar que las vías de comunicación desde el Estrecho hacia Sevilla pasasen por dichas ciudades o muy próximas a las mismas.

    A partir del siglo X las ciudades de Medina Sidonia y Calsena irán perdiendo importancia en favor de la emergente Šarīš Šidūna (Jerez), que cobrará mayor protagonismo geopolítico en los siglos X al XII, y sobre todo durante el siglo XIII con la conquista y repoblación de la zona gaditana por Alfonso X y las expediciones benimerines desde el norte de África. Así Al-Idrisi menciona una serie de vías secundarias, que unen a Jerez (Sarīs) en época almorávide con Cádiz (Yazīrat Qādis), Medina Sidonia (Madīna Saduna), Arcos de la Frontera (Arqus), El Puerto de Santa María (alQanātir) y Carmona (Carmo). El otro centro estratégico del extremo sur de España será Algeciras, puerta de entrada[xxiv] de las incursiones musulmanas en la península e importante plaza en el control del Estrecho de Gibraltar.

    Félix Hernández opina[xxv] que el trazado de Medina hacia Sevilla iba “…por el camino viejo de Arcos, yendo a cruzar el Guadalete por el Vado de Sera, desde el que se proseguiría inicialmente hasta el Puerto de la Palma y, luego por la Venta del Cantero -entre las sierras de Gibalbín y Gamaza- y por el regajo del Chorro, a pasar a 2,5 km. al O. del actual vértice geográfico Cortijo Nuevo. Desde aquí se continuaría por la vaguada del arroyo del arrecife hasta los altos de Alocaz.”


    
Vemos por tanto la importancia que tuvo este tramo de la antigua vía romana durante la época andalusí que ponía en comunicación Medina y Arcos y que fue fundamental en los desplazamientos de viajeros y de tropas tanto musulmanas como castellanas entre la costa y el Valle del Guadalquivir.


___________________

[i] ESTEVE GUERRERO, M.: “Mediterráneo. Jerez de la Frontera (Cádiz). Cortijo de Las Alcobainas''. Noticiario Arqueológico Hispánico, nº V, 1956-1961. Madrid. 1962, Págs. 263-264)

[ii] TORRES ORTIZ, M.: Espada del Bronce Final de Las Alcobainas. La pieza del mes. 21 de octubre de 2017. Museo Arqueológico Municipal de Jerez / Asociación de Amigos del Museo.

[iii] SILLIERES, P.: « Les voies de Communication de L´Hispanie Méridionale ». Publicatións du Centre Pierre Paris (UA 1991). Paris 1990. Pägs. 430-441.

[iv] RAMOS ROMERO, M. Paterna de Rivera. Ed. Diputación de Cádiz. 1983. Pág. 71

[v] CORZO SÁNCHEZ, R.: “Vías Romanas en Andalucía”. Consejería de Obras Públicas y Transportes. Sevilla. 1990.

[vi] ABELLÁN PÉREZ, J. Poblamiento y administración provincial en el al-Andalus. La cora de Sidonia, Col. Al-Andalus, Málaga, Editorial Sarriá, 2004, p. 32

[vii] TORRES BALBÁS, L. Ciudades yermas hispanomusulmanas. Imprenta y editorial Maestre, Madrid. 1957. Pág. 171

[viii] ALEMANY Y BOLUFER, J.: La geografía de la Península ibérica en los escritores árabes. Revista del Centro de Estudios Históricos de Granada y su Reino. T IX, Granada. 1919. Págs. 122-127

[ix] MARIN GUZMÁN, R.: Sociedad, política y protesta popular en la España musulmana. San José. Editorial de la Universidad de Costa Rica, 2006 Pág. 348.

[x] VALLVÉ BERMEJO, J.: Nuevas Ideas sobre la conquista árabe de España: toponimia y onomástica, discurso leído en el acto de su recepción pública por el Excmo. Sr. D. ~ y contestado por el Excmo. Sr. D. Emilio García Gómez, Madrid, Real Academia de la Historia, 1989 Págs. 104-105

TOLEDO JORDAN, J.M.: El Cádiz Andalusí (711-1485). Diputación de Cádiz. 1998. Pág. 58.

[xi] MARIN GUZMÁN, R . Ob. Cit. Pág. 350. TOLEDO JORDAN, J.M.: Ob. Cit. Pág. 58.

[xii] MARIN GUZMÁN, R . Ob. Cit. Pág. 360.

[xiii] ABELLÁN PÉREZ, J.; El Cádiz islámico a través de sus textos; introducción Míkel de Epalza. 2ª Ed. Cádiz. Servicio de Publicaciones, Universidad, 2005. Pás. 88

[xiv] BORREGO SOTO, J.M.: De "Asidon" a Sidueña: localización de "Madinat Siduna" en el yacimiento de Doña Blanca: Revista de historia de El Puerto, Nº. 42, 2009, págs. 9-34. Pág 24.

[xv] Ibidem.

BORREGO SOTO, J.M.: Una referencia tardía para las localizaciones de Sidueña y Medina Sidonia. Revista de historia de El Puerto, ISSN 1130-4340, Nº. 44, 2010, págs. 113-118

[xvi]ARJONA CASTRO, A.: Andalucía musulmana, estructura político-administrativa y vías de comunicación. 2ª ed., Córdoba, Publicaciones del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba, 1982.

[xvii] AYALA MARTÍNEZ, C: En los orígenes del cruzadismo peninsular: el reinado de Alfonso VI (1065-1109). Imago Temporis. Medium Aevum, VII (2013): 499-537. Págs 506-507.

[xviii] ARJONA CASTRO, A.: Andalucía musulmana, estructura político-administrativa y vías de comunicación, 2ª ed., Córdoba, Publicaciones del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba, 1982. Pág. 161

[xix] Nuzhat al-mushtáq fi ijitiráq al-afáq (Deseo del que anhela ardientemente recorrer el mundo). Es una obra encargada a Al-Idrisi por el rey Roger II de Sicilia (1121-1154) para confeccionar un atlas donde se plasmase toda la tierra conocida.

[xx] CONDE J. A.: Descripción de España de Xerif Aledris conocido por el Núblense/ con traducción y notas de Don … de la Real Biblioteca. Madrid : por D. Pedro Pereyra, en la Imprenta Real, 1799. Pág. 41

[xxi] Uns al-muhay wa-rawd al-furay (Solaz de corazones y prados de contemplación). Es una versión corregida y ampliada encargada a Al-Idrisi, por el rey Guillermo de Sicilia a la muerte de su padre Roger II.

[xxii] ABELLÁN PÉREZ, J.; El Cádiz islámico a través de sus textos; introducción Míkel de Epalza. 2ª Ed. Cádiz S.ervicio de Publicaciones, Universidad , 2005. Pás. 34.

[xxiii] Ibídem. Pags. 35 y 36

[xxiv] ABELLÁN

[xxv] Cfr. Cadiz en el siglo XIII. Actas de la Jornadas Conmemorativas del VII Centenario de la muerte de Alfonso X el Sabio. Universidad de Cádiz. Diputación de Cádiz. Cádiz. 1983.Pág. 132

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