martes, 25 de febrero de 2025

EL GUADALHAMAN: UN ENCLAVE PRÓXIMO A PATERNA DE RIVERA INSPIRADOR DE POETAS ANDALUSÍES (2)

 3.      EL GUADALHAMAN EN EL KITÂB AL-HULLA AL-SIYARA DE IBN AL-ABBAR 

La fuente originaria que citan algunos de estos autores es un códice árabe inventariado por el sirio-maronita Miguel Casiri en su obra Bibliotheca arabico-hispana escurialensis[i]; un catálogo en dos tomos escritos en latín donde se describen 1851 manuscritos árabes conservados en la Biblioteca del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. 

Un manuscrito árabe de la Biblioteca de El Escorial

    El manuscrito en concreto, una copia colacionada del original datada en 1582, está catalogado por Casiri con el nº 1649[ii] y contiene la obra Kitâb al-hulla al-siyara (La túnica recamada) cuyo autor es Muhammad ibn Abdallâh Ibn Abu Bakr Ibn al-Abbâr al Qudâi, conocido por Ibn al-Abbâr (Onda- Valencia, 1 de marzo de 1199 - Túnez, 6 de enero de 1260), uno de los grandes intelectuales de al-Ándalus del siglo XIII. La obra original parece ser fue escrita por Ibn al-Abbar sobre el año 1248 en Bujía (Argelia)[iii]

El códice recoge la historia de España y del Norte de África y un repertorio de biografías de reyes, príncipes, ministros, nobles, gobernadores… andalusíes y norteafricanos (unos 3.000 miembros de la aristocracia) del siglo I al VI de la hégira (VII al XIII de n.e.) que cultivaron la poesía insertando algunas composiciones poéticas de los mismos. Casiri ofrece un pequeño extracto en latín de las biografías de dichos poetas. 

Existen varias transcripciones y publicaciones del manuscrito en árabe, pero no ha sido traducido al español, por lo que ignoramos el contenido exacto del texto. Sí contamos con un resumen biográfico sobre Abdala Ben Moheb Ben Vazir Abu Mohamad, en latín, que Casiri inserta de la obra de Ibn al-Abbâr, en donde se hace referencia al Llanto de la Paloma (Columba Gemitu) y al Vadilhaman, (Columbarum Vallem),  es decir, Valle de las Palomas: 

Fragmento de la obra de Casiri sobre Abu Mohamad Ibn Wazir

“Abdalla ben Moheb ben Vazir abu Mohamad Hispalensis, vir bonarum artium studiis clarus, provimciam obtinuit Alcacerum territorio amplissimam. Eam Alcasserum scriptor noster vocat, id est Clavis Castrum; geographus vero Nubiensis pag. 153, ut supradictum est, appellat Alcasserum Ben Abi Danes; aitque in ea contineri Eboram, Badajoz, Sarissam, Emeritam, Cantaratassaif, et Coriam. Itaque Abdalla dum magna moliebatur, expugnato a christianis Alcacero die II gemadi prioris anno egirae 614, victus captusque fuit post ingentem arabibus cladem illatam. Eo enim praelio multa mahometanorum millia cecidere; complures etiam capti, alii admodum pauci turpiter fugati. Ille nom multo post arte et fuga libertati consulens, ad suos rediit dein Marochum petiit ubi praeturam ad tempus gesiit. Caeterum princeps infelicissimus Mohamedo Ben Josepho Ebn Hud regi, cui Almetuakelus cognometu, Hispalensium insidiis traditur; et ab eodem et praelio emeritensis redux cum fratre Aba Amru Abdelrahmano intersicitur, anno scilicet egira 627. Multa edidit carmina, quórum specimen extet in nostro códice, in primis vero poematium ocurrit elegantissimum De Columbae Gemitu, quem audivit praeteriens Vadilhamam, quod oppidum latine sonat Collumbarum Vallem, atque, ut aperté testatur auctor, urbes interjacet Arcos et Medina-Celi”.

 

********* 

Abdalla ben Moheb ben Vazir abu Mohamad. Ilustre hombre de las artes nobles, gobernó la provincia del vasto territorio de Alcaser. La por nosotros llamada Alcaser es una fortaleza clave; que sin embargo el geógrafo El Nubiense, pág. 153, como se mencionó anteriormente, llama Alcaser Ben Abi Danes y en la que se contenían las ciudades de Ebora, Badajóz, Sarissa, Merida, Alantara, y Coria. Y así, Abdalla mientras hacía grandes planes, tras ser conquistada Alcaser por los cristianos el día  2 gemadi del año de la hégira 614, fue vencido y capturado tras la gran derrota árabe infligida. En esa batalla cayeron muchos miles de mahometanos; además un gran número fue capturado, otros pocos huyeron vergonzosamente. No mucho después regresó junto a los suyos. Finalmente se dirigió a Marruecos, donde ejerció como prefecto cierto tiempo. El desdichadísimo príncipe es entregado al rey Mohamed Ben Josef Ebn Hud, cuyo sobrenombre es Almetuakel por las traiciones de los hispalenses; y regresando de la guerra emeritense, es asesinado con su hermano Aba Amru Abderramán en el año 627 de la Hégira. Publicó muchos poemas, una muestra de los cuales se detalla en nuestro códice. En los primeros se encuentra uno elegantísimo, del Llanto de la Paloma, que  escuchó  pasando por el Vadilhaman, lugar que en latín se llama “Collumbarum Vallem”, y como testimonia claramente el autor, está situada entre las ciudades de Arcos y Medinaceli.[iv]


 4.      LOS BANU WAZIR Y LAS CASIDAS AL LLANTO DE LA PALOMA 

Los Banu Wazir eran un clan familiar perteneciente a la nobleza almorávide de la ciudad de Silves, no estando claros los orígenes de la estirpe familiar ni su papel anterior a la fragmentación territorial de al-Andalus a mediados del siglo XII. Fue una de las familias más prominentes del Garb al-Andalus, la zona occidental de al-Andalus. 

Ibn al-Abbar refiere que los Wazir pertenecían al grupo étnico de los Qaysites, tribus originarias del Norte de la provincia de Arabia, Siria e Irak. Otros autores señalan que el patronímico Wazir podría indicar que un ascendiente de la familia fuese un visir (del árabe, وزير wazīr) al servicio de una autoridad local o bien se le otorgase a título honorífico por algún gobernante sin que ello conllevara responsabilidad política o administrativa[v]

Algunos historiadores deducen un origen bereber del linaje a tenor de la existencia de personajes con el mismo apelativo de Sidray[vi]; o por el parecido del antropónimo con el término bereber Si-darn, que significa “dos pies”. Por el contrario, hay quién le atribuye un origen muladí (descendiente de cristiano convertido al Islam) basándose en que el antropónimo Sidray no es común ni en la onomástica árabe ni en la bereber[vii]

También se relaciona a esta familia con Abu Bakr Ibn Sidray, un poeta y político judío del sur de al-Andalus que vivió en Santa María de Albarracín en el periodo de los primeros reinos de taifas donde llegó a ser secretario y ministro (wazir) del rey bereber de la taifa de Sahla (Albarracín, Teruel) [viii]. 

El fundador de la dinastía Banu Wazir, Sidray Ibn Wazir, será un personaje que jugará un importantísimo papel en las revueltas antialmorávides en el Garb al-Andalus y en el asentamiento de los Almohades en la Península. 

Ciudades de Gharb al-Andalus

Tras la caída de Califato de Córdoba en 1031 al-Andalus quedó fragmentada en multitud de núcleos independientes, los llamados primeros Reinos de Taifas. Esta fragmentación política sería aprovechada por los estados cristianos para avanzar sobre el territorio islámico. En 1085 el rey Alfonso VI conquista la importante taifa de Toledo, poniendo en alarma al resto de reinos, que para contener el avance cristiano reclaman en 1086, principalmente los de Badajoz y Sevilla, la ayuda de los almorávides, una tribu guerrera de nómadas bereberes del Norte de África con un sentido religioso del Islam más riguroso. 

Tras desembarcar en Algeciras, los almorávides, al mando de Yúsuf ibn Tasufín, derrotan al rey castellanoleonés en la batalla de Zalaca (1086), iniciando a partir de 1090 la conquista progresiva de todas las taifas con el objetivo de unificar de nuevo los territorios de al-Andalus e incorporarlos al Imperio Almorávide, principaindo un periodo bajo su dominio que se extendería hasta 1145. 

En 1121 surgen los primeros indicios del malestar andalusí contra los almorávides en la ciudad de Córdoba, donde se producirá una sublevación de la población. Nuevas rebeliones le seguirán en distintas ciudades, y a partir de 1140 una caída del poder almorávide en el norte de África por la presión de los almohades, un grupo más ortodoxo e intransigente aún. 

Ante la debilidad almorávide, en septiembre de 1144 un sufí, Abu-l-Qásim ibn Husáyn Ibn Qasi, que había sido recaudador de impuestos para el emir de Silves, inicia una revuelta antialmorávide en la ciudad de Mértola (Portugal), donde se proclama imán. Le seguirían otros partidarios que constituirían territorios musulmanes con gobiernos independientes, los llamados segundos reinos de taifas, en su mayoría de duración muy efímera, hasta el definitivo control de los almohades en 1151.

 

4.1. Abu Muhammad Sidray Ibn Wazir (N. ¿Beja/Silves?- M. ¿Sevilla?, 1170-1) 

Natural de Beja[ix] según unos autores y de Silves, según otros[x], Sidray ibn Wazir fue un poderoso líder político-militar que llegó a dominar el Occidente de al-Andalus, gobernando las importantes plazas de Badajoz, Beja, Évora, Silves y Mértola. Es considerado el fundador de la dinastía y su personaje más célebre. 

José A. Conde[xi] refiere que Sidray era hijo de Abdel Wahib ben Sidray, visir de Évora, quien también había sido valí de Algarbe. 

Los almorávides a su llegada a al-Andalus pusieron al frente del gobierno de las provincias musulmanas más importantes y en los mandos militares superiores a miembros de la tribu Sanhaga, cuya participación fue decisiva en la formación del imperio almorávide. Los cargos administrativos fueron confiados a miembros de influyentes familias naturales de los territorios conquistados. Es el caso de los Banu Wazir, con Sidray ibn Wazir a la cabeza, que gobernaba la provincia de Évora al servicio de la autoridad almorávide. 

En el contexto de las revueltas antialmorávides en el Algarbe, Abú Muhammad Sidray ibn Wazir subleva en 1144 las plazas de Beja y Évora y hace juramento de lealtad a Ibn Qasi, nombrándolo éste emir de Beja. Un mes después surgen desavenencias entre ambos líderes, Ibn Qasi destituye a Sidray y lo encarcela en la fortaleza de Mértola. Tras ser liberado, Ibn Wazir se desvincula del movimiento murīdūn de Ibn Qasi y apoyará al cadí de Córdoba Ibn Hamdin que en marzo de 1145 se había rebelado contra los almorávides en dicha ciudad, reconociéndolo como emir de los almorávides[xii]. En diciembre de 1145, Ibn Hamdin es derrotado en Écija por Ibn Ganiyya, gobernador en al-Andalus de los almorávides y se refugia en Badajoz. Ibn Qasi en su tentativa de extender su poder al valle del Guadalquivir fracasa y se tiene que retirar a su propio territorio del Garb. En enero de 1146 Sidray ibn Wazir con sus tropas al mando de su hermano Abu l-Hasan Ali b. Wazir y de su tío materno Abdallah Ibn al-Sumayl someten la mayor parte del territorio del Garb que controlaba Qasi, las provincias de Silves, Beja y Badajoz, convirtiéndose en el gran Señor del Occidente de al-Andalus. Ibn Qasi huye a África y pide el apoyo del soberano almohade Abd al-Mumen ibn Ali. 

Fortaleza de Mértola. Duarte de Armas (1509-1510). Wikipedia

En febrero de 1146 los almorávides de Ibn Gaiynya se hacen con el control de Córdoba expulsando a Ibn Hamdin rompiendo Sidray su alianza con éste. En junio de este año el ejército almohade acompañado de Ibn Qasi desembarca en Algeciras tomando las plazas más importantes del Gharb al-Andalus. Wazir se somete al poder almohade conservando bajo su mando las localidades de Évora y Beja, erigiéndose en el líder más poderoso de la región occidental de al-Andalus. En enero de 1147 el ejército almohade conquista Sevilla con la ayuda de Ibn Wazir y los gobernadores del Garb. Tras la conquista de Marrakech dos meses después, el régimen almohade sufre una grave crisis que es aprovechada por las comarcas sometidas en al-Andalus. En el Garb la insurrección  se inicia en Niebla y se extiende a Silves, Tavira, Faro, Badajoz, Mértola, y al territorio controlado por los Banu Wazir. Sidray mantendrá una posición no tan beligerante contra los almohades, centrándose en luchar contra Ibn Qasi, defenderse de los ataques de al-Batrugi, señor de Niebla y Tejada,  y derrotar al cadi de Badajoz, Muhammad Ibn al-Haggan. 

Durante 1147 a 1150, años de anarquía política en el Garb, Sydrai , ante la ausencia de poder estatal en al-Andalus, toma los títulos de emir y de al-Mansur Bi-Hallah (una especie de sultanato), quedando como gobernador y líder militar  del Occidente de al-Andalus[xiii]. 

A finales de 1150 Ibn Wazir, reconoce en Sevilla su fidelidad al gobierno almohade  ante su representante en al-Andalus, el walí  Barraz Ibn Muhammad. En Abril de 1151 Sydrai junto a otros caudillos andalusíes acuden a Salé (Marruecos) para renovar su juramento de lealtad a Abd al-­Mumin y reconocerlo definitivamente como soberano almohade. En septiembre de 1151, tras la muerte de Ibn Qasi, Sidray Ibn Wazir es nombrado gobernador de Silves, cargo que continuará ejerciendo hasta 1157 en que se traslada a Sevilla, junto a su hermano Abu al-Hasan ´Ali  para ejercer como consejero militar de Abu Yaqub Yusuf, hijo del califa al-Mumin. De aquí en adelante Ibn Wazīr iría escalando posiciones en el aparato político almohade, llegando a ser designado para llevar a cabo diferentes misiones diplomáticas. Con Abu Yaqub Yusuf asistió a la batalla de Zagabula en 1158 en la que estuvo a punto de morir. En 1159 estuvo preso en Sevilla por suponérsele que envió una carta al caudillo andalusí Ibn Mardanis, enemigo de los almohades, para que abandonase el asedio de Córdoba a cambio de Sevilla. Tras este incidente Ibn Wazir se ganará la plena confianza de los gobernantes almohades jugando un importante papel en la toma de decisiones  relativas a asuntos sociopolíticos de al-Andalus. En 1164 Sydrai junto a su hermano Ali forman parte de la delegación que acompaña Abu Yaqub Yusuf,  tras su investidura como califa a la muerte de su padre al-Mumin, a Gibraltar para recibir la lealtad de los gobernadores de al-Andalus. En 1169, por su conocimiento de la lengua romance, es designado por el califa para negociar, en nombre de los almohades, una tregua con el rey de León Fernando II[xiv]. Parece ser que murió en 1170-71[xv]


Quirate acuñado en Silves por Sidray ibn Wazir reconociendo a Ibn Hamdin 


4.2.  Ibn Wazir, Abu Bakr 

Abu Bakr Muhammad b. [Abi Muhammad] Sidray b. `Abd al-Wahhab b. Wazir al-Qaysi al-Shilbi. (n. ¿Silves? - ¿Alcacer do Sal?, m. Batalla Navas de Tolosa 1212)

 Político y militar de la región de Algarbe, fue una figura decisiva en la implantación de la dinastía almohade en al-Andalus que destacó también como poeta. 

Era un caballero andalusí con rango de comandante en Sevilla[xvi]. El 6 de Octubre de 1174, Abu Bakr, hijo de Sidray Ibn Wazir, es nombrado por el califa Abu Yaqub Yusuf (1163-1184) gobernador de la ciudad de Beja, tras ser recuperada por los almohades, aunque fue cesado a los pocos meses ante las quejas de la población por su cuestionada gestión política.

 

En 1178 su tío Alī Ibn Wazir, que fue gobernador del castillo de Serpa, junto a Umar Ibn Timsalik, gobernador de Beja, atacan Alcácer do Sal (en el Alentejo portugués) siendo ambos capturados por las tropas cristianas portuguesas y llevados con grilletes a Coimbra ante el rey Alfonso Enríquez. Con una cadena de hierro al cuello Timsalik fue torturado hasta la muerte; Alí Ibn Warzir por el contrario corrió mejor suerte y fue rescatado por el califa al-Mumin por 4000 dinares[xvii].

 

En 1191 el califa Yaqub al-Mansur (1184-1199) arrebata a los cristianos la ciudad de Alcácer do Sal, también denominada en las fuentes árabes Hisn Abi Danis (Castillo de Abu Danis), nombrando a Abu Bakr su gobernador, cargo que ejerció hasta su muerte el 16 de Julio de 1212 después de participar en la Batalla de las Navas de Tolosa adonde acudió como jefe de un destacamento de caballería. Al contrario que en Beja, su gestión como gobernador de Alcácer durante las dos décadas que lo ejerció, fue muy bien valorada. Tras su muerte le sucedió en el cargo su hijo Abd Allah. 


Se distinguió también Abu Bakr como poeta. Algunas de sus composiciones conservadas las recoge Ibn Al-Abbar en la Hulla, destacando un poema que Abu Bakr improvisó en las cercanías de la actual Paterna de Rivera. En uno de sus viajes a su  paso por el Wadi-l-Hamam, que Velázquez Basanta[xviii] traduce como “Cañada de las Palomas”, en el camino entre Arcos de la Frontera (Arkus) y Medina Sidonia (Medina Ibn al-Salim), al escuchar el canto de una hermosa doncella (kamil, -am) compuso esta bella casida: 

¡Ay de aquella paloma, que al zurear

en la cañada, renuncia a arrogarse el mal

de amores de quién está perdidamente enamorado!

 ¿Dónde están las lágrimas, dónde los

 vestidos de luto, dónde incluso los deliciosos

momentos vividos en medio de las tiendas?

¿Te has detenido en la más lujuriosa

espesura, batiendo las alas sobre una vaguada,

para celebrar que no tienes amor?

Cantas con Beta de Casiopea (al-kaff al-jadib),

un astro que con las yemas de los dedos

acompaña el melodioso son de las palabras,

y eres cual lechuza mañanera o diurna,

pues tu oficio, ¡oh paloma mía (ya hamam)!,

no es otro que [anunciar] la muerte (al-himan).

Yo soy aquel, cuyo cuerpo se libró

de la languidez cuando, indefenso,

puso su seguridad bajo la tiranía de Alwa.

Antes de eso no sabía yo que el

mal de amores adelgaza a los cuerpos

tanto como afila las espadas.

 

 

4.3. Ibn Wazir, Abu Muhammad 

Abu Muhammad Abd Allah b. Muhammad [b. Sidray] b. Wazir al-Silbi (¿Silves? , ¿? – Sevilla 1230).

     Fue el mayor de los hijos de Abu Bakr, de quién heredó su vocación por la poesía y su rango militar. Ocupó también el cargo de gobernador de Alcácer do Sal tras la muerte de su padre en 1212 en la Batalla de las Navas de Tolosa, responsabilidad que ostentó hasta el verano de 1217, en que los portugueses conquistaron definitivamente la ciudad tras una cruenta batalla. Para librarse de la muerte Abu Muhammad Ibn Wazir fingió su conversión al cristianismo, escapando a los pocos días a Marraquech.

 

Abu Muhammd regresó a Sevilla donde desempeñó algún cargo al servicio de los almohades. Encontrándose en Sevilla el califa almohade al-Adil, los cristianos del Algarbe hacen una expedición y saquean la vega de Tejada (Paterna del Campo) en mayo-junio de 1225. Alertada la población de Sevilla, se reúne y decide hacer una incursión contra los enemigos. Una buena parte de la población, mal pertrechada y sin experiencia militar, parte al encuentro de los portugueses, acompañada de menos de 100 caballeros al mando de Muhammad Ibn Wazir. Éste, previendo el desastre que se avecinaba, desaconsejó a la plebe sevillana enfrentarse a un enemigo numeroso, preparado y bien armado. La turba haciendo caso omiso le acusó de cobardía y se lanzó a la batalla. Muhammad y sus soldados se retiraron siendo la hueste musulmana prácticamente exterminada.

 

En 1228, el cabecilla Ibd Hud al-Mutawakkil se alzó en Murcia contra los almohades proclamándose emir de la taifa y conquistando hasta 1238 casi la totalidad de los territorios de Al-Ándalus. En 31 de Octubre de 1229 Ibn Hud somete la ciudad de Sevilla. En Marzo de 1230 Ibn Hud acude en socorro de la ciudad de Mérida asediada por las tropas del rey Alfonso IX, acampando en Alange. El rey leonés ataca a las huestes musulmanas y le infringen una dura derrota el 15 de marzo obligando a Ibn Hud a refugiarse en Badajoz que también sería tomada. En esta batalla participaron Muhamad b. Wazir y su hermano Abu Arm Abd al-Raman, quienes a su regreso a Sevilla son apresados por el populacho sevillano, y mandado ejecutar por Ibn Hud ante el temor de que se sublevaran.

 

Abu Muhammad Abd Allah, tuvo fama de poeta en la corte almohade. Así participó en la recepción que un grupo de personalidades norteafricanas y andalusíes preparó en Córdoba el 15 de Septiembre de 1171 para recibir al califa Abu Yaqut Yusuf, dedicándole un panegírico[xix].

 

Ibn al-Abbar refiere que Abu Muhammad recitó un poema de 7 versos cuando, al pasar con su padre, Abu Bakr, por la “Cañada de las Palomas” (Wadi l-Hamam) recordó otro poema con la misma temática, métrica y rima y compuesto por su padre en una ocasión anterior, conmovido por el canto de una doncella (kamil, -am):

 

¡Ay de aquella paloma (hamama), [que zureaba] en la cañada!

¿Tenías miedo de la muerte (al-himam) y te quejabas

porque ya no sufrirías más los reproches del enamorado?

Las palomas suelen mentir, pues ¿dónde está la

reclamación de quién tiene que aparentar tristeza

por alguien que [como tú] está discretamente oculto?.

Mis lágrimas, junto al mal de amores, son testigos;

pero si, yo hubiera porfiado con el cuerpo lánguido,

la languidez habría bastado.

Antes al contrario, yo te he disculpado,

¡oh paloma mía¡, pero tú no has podido soportar

una ayuda que aliviaría la sed de tu compañero.

de tu voluntad dependía alheñarte las palmas

de las manos, pero nunca podrías ponerte

un collar que por tu culpa está deshecho,

o ¿es que no ves que la madre de párpados

naturalmente ojerosos, el que la mira cree

que se queja por la pérdida de un hijo?.

Se disipó el arrullo, y por eso

estoy triste . ¡Ojalá no llegue yo a

saber lo que el amor es algún día!.

 

Ambas casidas debieron ser compuestas en las postrimerías del siglo XII o a principios del XIII, ya que Abu Bakr, fallecido en 1212, acompañaba a su hijo Abu Muhammad cuando éste recitó un poema de siete versos al pasar por el Wadi l-Hamam, y recordar el bello poema que su progenitor creó inspirado al escuchar el arrullo de una paloma en tan hermoso paraje. Cabe destacar que Velázquez Basanta, quién da a conocer sendas casidas de padre e hijo, traduce Wadi l-Hamam como “Cañada de las Palomas” y refiere que Abu Bakr improvisó su poema conmovido al escuchar el canto de una bella doncella a su paso por dicho paraje, aunque todos los autores previos desde el siglo XVIII refieren que el motivo de inspiración fue el triste y dulce canto de una paloma o una torcaz.

 

Genealogía Familia Wazir según Velázquez Basanta


1.      EL WADI L-HAMAM EN UNA COMPOSICIÓN DEL POETA GRANADINO AL-KUTANDI (SIGLO XII) 

Refiere Velázquez Basanta[xx] que el Wadi l-Hamam, el paraje próximo a Paterna, es mencionado también en un poema de once versos del poeta granadino Abu Bakr Muhammad b. Abd al-Rahman al-Azdi al-Kutandi (m. 1187-9) en la obra el Mugrib (II, 264-5, nº 535) de Ibn Said. 

     Al-Mugrib fī ḥulā al-Magrib (Lo extraordinario sobre las joyas de Occidente) es una antología biográfica de poetas árabes de al-Ándalus y del Magreb atribuida al granadino Ibn Sa'īd al-Magribī (1213-1275/83). Escrita a lo largo de ciento quince años por seis autores diferentes, pertenecientes al clan familiar de los Banu Said, está compuesta de 15 libros: 6 dedicados a Egipto, 3 al Magreb y 6 a al-Andalus. La parte dedicada a al-Andalus la divide el autor en 3 libros:

·  Occidente (Garb al-Andalus): Córdoba, Sevilla, Badajoz, Silves, Beja, Lisboa y Málaga

· Centro (Mawsatat al-Andalus): Toledo, Jaén, Elvira y Almería

     ·  Oriente (Sarq al-Andalus): Murcia, Valencia, Tortosa, Albarracín, la Marca Superior y Mallorca

 En cada reino cita las cualidades geográficas, vegetales y minerales de cada una de las coras y los pueblos que forman parte de sus distritos para finalmente esbozar una biografía (más de 640), de los personajes más representativos de dichos lugares (reyes, ministros, jueces, secretarios, eruditos, literatos y poetas), incluyendo una selección de sus más bellas composiciones y poemas. Muchos investigadores consideran el-Mugrib como la más valiosa fuente para el estudio de la poesía andalusí y su historia.[xxi]

 Muhammad b. ‘Abd Ar-Rahman Al-Kutandi (n. 1119/20- m. 1188) nació en Cutanda (Teruel) aunque emigró a Granada, donde desarrolló su creatividad literaria y se relacionó con importantes poetas de su época. Nos aclara Velázquez Basanta que Ibn Said debió incluir la biografía de al-Kutandi, donde sugiere que nació, y por tanto la poesía a que hace referencia al Wadi l-Hamam, en el libro dedicado a Murcia, Kitab al-tatmir fi huli mamlakat Tudmir (Libro de la sazón de los frutos acerca de las alhajas del reino de Murcia), que no ha sido traducido aún al español[xxii].

 El mismo poema donde se cita al Wadi l-Hamam aparece en otra obra de Ibn Said, el Kitāb rāyāt al-mubarrizīn wa-gāyāt al-mumayyizīn (El libro de las banderas de los Campeones), datado en 1243, una antología de poesía arábigo-andaluza de los siglos X al XIII. Fue traducido al español por el arabista Emilio García Gómez[xxxi] en 1942 de un manuscrito depositado en El Cairo. En cuanto al poema de Kutandi que venimos tratando solo tradujo al español dos versos, el 4º y el 5º, sin embargo, el topónimo Wadi l-Hamam aparece al final del último verso, el 11º. Estos son los versos que tradujo:

(154) ¡Oh río de Sevilla! ¿No volverá nunca aquella

época, aunque solo sea en sueños?

 

Pasó para mí como un relámpago ofuscador, y desde

que me dejó, no he cesado de vivir en tinieblas.

 Quedamos pendientes, por tanto, de conocer la composición poética de al-Kutandi donde se cita el paraje cercano a Paterna que venimos tratando, a la espera de que se traduzca la parte de Mugrib de Ibn Said dedicada a los poetas andalusíes de Murcia, como sugiere el profesor Velázquez Basanta.



[i] CASIRI M.: Bibliotheca arabico-hispana escurialensis. Matriti : Antonius Perez de Soto imprimebat. 1760. Tomus Posterior. Pags. 30-65.

[ii] Ms. 1654 en DERENBOURG, H., RENAUD, H., LÉVI-PROVENÇAL, E., Les manuscrits arabes de l’Escurial.- Paris : Ernest Leroux : Paul Geuthner, 1884-1928.- 3 v. Tomo III, P. ·. Págs. 187-188

[iii] MEOUAK, M.: Ibn al-Abbâr, en Enciclopedia de al-Andalus, Granada, El Legado Andalusí, tomo 1, 2002, 277-281 

[iv] Traducción de Patricia Fernández, Profesora de Latín y Griego del IES Paterna

[v] KHAWLI, A.: La famille des Banu Wazir dans le Garb d'al-Andalus aux XII et XIII siècles. Arqueologia medieval, Nº 5, 1997, págs. 106

[vi]  VELAZQUEZ BASANTA, F.: Ibn Wazir, Abu Bakr. Biblioteca de al-Andalus, nº 5 (2007), pp. 597. 

[vii] KHAWLI, A.: La famille des Banu Wazir dans le Garb d'al-Andalus aux XII et XIII siècles. Arqueologia medieval, Nº 5, 1997, págs. 103-116. Nota 11

[viii] VELAZQUEZ BASANTA, F.: Ibn Wazir, Abu Bakr. Biblioteca de al-Andalus, nº 5 (2007), pp. 596-603. 

[ix] DE OLIVEIRA MARQUES, A. H.: Histoire du Portugal et de son empire colonial (en francés). KARTHALA Editions.1998 p. 47.

[x] REI, A.: Os Místicos no Ġarb al-Andalus e os modelos sociológicos das suas vivências (séculos X a XIII). Revista Diálogos Mediterrânicos,  Nº. 13, 2017 (Ejemplar dedicado a: Dossiê "Direito e História no Mediterrâneo Ocidental"), págs. 152-174.

[xi] CONDE, J.A. Historia de la Dominación de los Árabes en España. Madrid. Imp. que fue de García. 1820. Tomo II. Págs. 276 y 347

[xii] Monedas y señores de Badajoz durante las segundas taifas. Sidray ibn Wazir. 15-10-2017, 3-10-2017 y 18-11-2017. Blog Historias de Badajoz de Fernando Iglesias Ruiz

[xiii] KHAWLI, A.: La famille des Banu Wazir…Pág. 108

[xiv] Ibidem. Pág. 108

[xv] VELAZQUEZ BASANTA, F.: Ibn Wazir, Abu Bakr. Biblioteca de al-Andalus, nº 5 (2007), pp. 597. Adballáh Khawli refiere que debió morir a finales de 1172 principio de 1173, en que ya no son citados en las fuentes documentales. Le Famille des Banu Wazir …

[xvi] VIDAL-CASTRO, F. Heroísmo o principios ético-sociales: la muerte en defensa de la comunidad. Personajes musulmanes fallecidos en la batalla de al-‛Iqāb o las Navas de Tolosa (1212). Alcazaba: Revista Histórico-Cultural Nº 12-13 (2012-2013), Págs. 117-138

[xvii] HUICI MIRANDA, A. Colección de crónicas árabes de la Reconquista / traduccion española de.: Instituto General Franco de Estudios e Investigacion Hispano-Arabe, Editorial Marroqui. Tetuan 1953. Volúmen 2. Al-Bayán Al-Mugrib Fi Ijtisár Ajbar Muluk Al-Andalus Wa Al-Magrib por Ibn Idári Al-Marrákus I Los Almodades. Tomo I. Págs. 21 y 22

[xviii] VELAZQUEZ BASANTA, F: Ibn Wazir, Abu Bakr. Biblioteca de al-Andalus, nº 5 (2007), Pág. 599

[xix] VELAZQUEZ BASANTA, F.: Ibn Wazir, Abu Bakr. Biblioteca de al-Andalus, nº 5 (2007), Pág. 602

[xx] VELAZQUEZ BASANTA, F: Ibn Wazir, Abu Bakr. Biblioteca de al-Andalus, nº 5 (2007).Pág. 600. Puesto en contacto con el Catedrático de Estudios Árabes e Islámicos de la UCA para localizar la traducción de dicho poema, nos refiere no tener constancia que haya sido traducido.

[xxi] HANAA MOHAMED-HAMMADI MEJDOUBI: Ibn Said Al-Magribi. Al-Mugrib Fi Hulà Al-Magrib. Lo extraordinario sobre las galas del Occidente islámico El reino de Elvira y el reino Málaga. Tesis Doctorl. Universidad de Cordoba.2012

[xxii] Correo de F. Velázquez Basanta de 23 de Febrero de 2019.

[xxiii] GARCÍA GÓMEZ, E.: El libro de las banderas de los campeones / de Ibn Saʻīd al-Magribī : antología de poemas arábigoandaluces, editada por primera vez y traducida con introducción, notas e índices. Seix Barral Ediciones. Barcelona. 1978. 

domingo, 23 de febrero de 2025

EL GUADALHAMAN: UN ENCLAVE PRÓXIMO A PATERNA DE RIVERA INSPIRADOR DE POETAS ANDALUSÍES (1)



INDICE 

1. El Valle de los Baños, errada traducción del topónimo andalusí Wadi l-hamam 

 2. El Guadalhamam y el poema “Llanto de la Paloma” en la historiografía 

3. El Guadalhaman en el Kitâb al-hulla al-siyara de Ibn Al-Abbar 

4. Los Banu Wazir y las casidas al “Llanto de la Paloma 

a.      Abu Muhammad Sidray Ibn Wazir

b.     Ibn Wazir, Abu Bakr

c.      Ibn Wazir, Abu Muhammad

5. El Wadi l-Hamam en un poema del poeta granadino al-Kutandi (siglo XII)

6. El “Llanto de la Paloma”, canto célebre en los palacios de Arabia y Persia

7. Etimología del vocablo árabe Guadalhamam 

8.     8. Localización del Valle de las Palomas

9. El Valle del Rio Salado de Paterna, enclave histórico y arqueológico 

a. El Camino de Jerez a Alcalá de los Gazules.

b.La Torre de Sera

c. Los «Caños de Hercoles», el tramo del acueducto romano de Los Arquillos

d.Despoblado de Los Arquillos

e. Sepultura megalítica de Las Alcobainas

f.  El camino de Arkus a Medina Ibn Salim

g. El hisn Batarna, una fortaleza andalusí de la cora de Saduna

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Mi agradecimiento al arabista y doctor en Arte y Humanidades Miguel A. Borrego Soto, experto en la historia del Jerez andalusí, por facilitarme las biografías de los Banu Wazir y sus casidas y por las aclaraciones sobre el topónimo Wadi al-hamam; a Fernando Velázquez Basanta, Catedrático Emérito de Estudios Árabes e Islámicos de la UCA, por la información proporcionada y a la profesora del IES Paterna, Patricia Fernández, por la traducción del texto en latín de Casirí

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1.      EL VALLE DE LOS BAÑOS, ERRÓNEA TRADUCCIÓN DEL TOPÓNIMO ANDALUSÍ WADI L-HAMAM

En las reseñas históricas sobre Paterna de Rivera se suele indicar que el territorio en torno a su núcleo urbano y a la cercana Gigonza era conocido durante la época islámica como el “Valle de los Baños”, dada la abundancia de manantiales de aguas minerales de la zona. La referencia se la debemos a Marcos Ramos Romero[i] quién sitúa a Paterna en lo que un autor árabe llama el Valle de los Baños,en el camino de Medina al Guadalete, vía Écija, que fue el camino seguido por Tariq y Muza, antes de pasar el Guadalete”, deduciendo que “el autor árabe que da este dato debió ser de la zona o conocerla muy bien”. 

Ramos Romero se documenta en la obra de Eduardo Saavedra, La Geografía de España del Edrisi, reproducida en el n.º 37 de la publicación Textos Medievales[ii] en 1974, pero que ya había aparecido un siglo antes en varias entregas del Boletín de la Sociedad Geográfica de Madrid[iii] y como recopilatorio en una memoria[iv], ambos en 1881.

 Saavedra hace un análisis crítico de la obra de al-Idrisi (1.100-1.172) correspondiente a la Península Ibérica a partir de la traducción de Dozy/Goete[v] proponiendo la localización de los topónimos que menciona el geógrafo ceutí, comparando y rebatiendo las propuestas de otros arabistas e investigadores que con anterioridad la habían estudiado. 

Cuando se ocupa del fragmento donde Idrisi describe el camino terrestre de Algeciras a Sevilla: 

Quant á la seconde route (la route par terre), elle est comme             il suit: 

D´Algéziras on se rend á ar-Rataba, puis a la rivière de Barbate, puis á Faisana, où est une station, c´est un grand village où se tient un marché et dont la population est considérable; puis à la ville d´Ibn-as-Salim; puis à la montagne qui porte le non de Mont; puis à Aslouca, village où est une station; puis à al-Madain, puis à Dzirad al-hibala, station; de là à Seville une journée[vi]. 

Saavedra trata de demostrar que la ciudad de Ibn-as-Salim, o Ebn Açalim como él transcribe, no es otra que Sidonia, la actual Medina Sidonia, basándose en numerosos autores árabes (Ajbar Machmúa, Ebn Adarí, el Cartás, Ebn Álatir, Yacut, Rasis, Ebn Alcutía o Ebn Jaldún), quienes en sus respectivas obras aluden a la ciudad de Sidonia. Aporta como prueba concluyente un pasaje de un manuscrito de Ebn Alabar donde se refiere que el llamado valle Guadalhamam se hallaba entre Arcos y Medina Ibn Salim sugiriendo que si la palabra o grafía الحمام se transcribe como hammam y se le da el significado de baños, dicho valle habría que ubicarlo en la zona donde se encuentran los de Paterna y Gigonza, precisamente entre Arcos y Medina Sidonia. Pero el arabista tarraconense señala que la grafía árabe الحمام también se transcribe como alhamam cuyo significado es el de palomas o tórtolas, que es el que propiamente le dan los diferentes traductores de este texto de Ibn al-Abbar, como veremos más adelante. He aquí el fragmento de Saavedra: 

 “Áspero era el camino seguido por el audaz capitán mahometano, y por eso prefirió Muza un año después marchar por Medinasidonia, en dirección a los llanos de Jerez. ¿Cuál de estos dos caminos es el que describe Edrisi para ir de Algeciras a Sevilla?. Para resolver esta cuestión es preciso determinar primero la situación de la ciudad de Ebn Açalim (ابن أسلم  مدينة) que no es otra que la misma Medinasidonia, según adivinó, más que acertó, Rodrigo Caro. Repugna Dozy que Sidonia sea, entre los árabes, otra cosa que una comarca o provincia, desorientado en esto por el error del P. Flórez, que colocaba en Jerez la mal llamada colonia asidonense, restituida hoy a su verdadero sitio con el testimonio de las lápidas pertenecientes al municipio cesarino. Si esto no basta para convencernos de que Sidonia ha sido siempre ciudad que ha conservado su antiquísimo nombre, los mismos escritores árabes suministran la prueba cuando le dan tal condición; así el Ajbar Machmúa (pág. 15), Ebn Adarí (II, 15), y el Cartás (pág. 92), como Ebn Álatir (v, 390) y Yacut, sin dejar en olvido el moro Rasis, que conmemora las ruinas de sus antiquísimos monumentos. Indicio de ser esta la ciudad de la prole de Açalim ofrece Ebn Alcutia cuando dice (pág. 97), que los de esta estirpe estaban domiciliados en Sidonia; y demostración plena de ello se encuentra al leer en EIbn Jaldún que esa ciudad fue la primera en ganar Muza al entrar en campaña. El mismo arzobispo Don Rodrigo, en quién Dozy se apoya para sostener sus apreciaciones, da otro argumento en pro de lo que yo entiendo, al llamar a Medinasidonia Civitas salva, pues con ello no hizo sino traducir, como si fuera adjetivo el nombre propio سالم , que tiene la significación de integer, salvus. Pero un pasaje de Ebn Alabar (pág. 242) disipa todas las dudas que pudieran quedar, diciendo que el valle الحمام وادي (guadalhamam) se hallaba entre Arcos y la ciudad de Ebn Açalim. Si a la palabra الحمام se le da la equivalencia de tórtola o paloma, no resulta nada a favor ni en contra de la tesis, pero si se entiende como baños, saltan a la vista los de Paterna y Jigonza, precisamente situados entre Arcos y Medinasidonia. Más no se apuran con esto los argumentos; pues en las campañas de Aben Juzaf, rey de Marruecos, en Andalucía, referidas en el Cartás, se hace mérito de esta ciudad, primero en la marcha de un ejército desde Vejer a Jerez, y luego otra marcha análoga a la misma plaza de Jerez, tan obstinadamente asediada por el príncipe merinita. Idéntico indicio suministra otra marcha de Jerez a Vejer, citada por Ebn Hayán.” 

Aunque Saavedra tergiversó intencionadamente el significado de la palabra árabe haman para dar más fuerza a su argumentación, no erró sin embargo al situar el Guadalhaman en el entorno de Paterna, entre Arcos de la Frontera y la ciudad de Ibn As-Salim (Medina Sidonia). 

Por tanto, debemos entender que el Gualdalhaman, como recoge el autor del texto original, hace referencia al Valle de las Palomas y no al Valle de los Baños, como propuso interpretar ex profeso Eduardo Saavedra. Surgiría otra controversia en cuanto a la traducción de la palabra árabe Guada (Wadi) a la que se le da varios significados: río, valle, depresión, cañada…; de la que trataremos más adelante. 

2.      EL GUADALHAMAM Y EL POEMA “LLANTO DE LA PALOMA” EN LA HISTORIOGRAFÍA

 El topónimo Guadalhaman aparece citado en varias obras del siglo XVIII y XIX, aunque con diferentes variaciones o alteraciones en su nombre como consecuencia de la transliteración de la palabra árabe original (Wadilhamima, Wadilhaméma, Wadilhama), haciendo referencia al Valle de las Palomas y a una bella elegía que un célebre poeta árabe compuso al oír el dulce y triste arrullo de una torcaz al pasar por este lugar; una casida conocida entre los andalusíes como el Llanto de la Paloma. 


Así en 1791 Fermín Arana de la Varflora[vii] en Hijos de Sevilla Ilustres en santidad, letras, armas, artes, ó dignidad hace una pequeña semblanza del autor del poema Gemido de la Paloma

Abdalla Ben Mohab ben Vazir Abu. Mohamad fue mui instruido en las Artes liberales, y gobernó la Provincia de Alcaser, en la que según el Nubiense se contenían las Ciudades de Ebora, Badajóz, Sarissa, Merida, Cantarassaif, y Coria. Quando Abdalla formaba grandes Proyectos, ganaron los christianos aquella Provincia el año de la Egira de 614, y quedó, preso con otros muchos Árabes. Logró huirse de la prisión, y se retiró á Marruecos donde obtuvo la dignidad de Gobernador. Escribió elegantísimos versos entre los quales un Poema intitulado: Gemidos de la Paloma (c)

 

(c) Bibliot. Arab. Hisp. tom. 2. fol. 132. 

José A. Conde en Descripción de España de Xerif Aledris conocido por el Nubiense (1799)[viii] sitúa el Wadilhamima (Valle de las Palomas) en Guadarrama (Madrid), y nos detalla la historia del poema Llanto de la Paloma del visir de Sevilla Abdallá Ben Moheb:

 

El mismo Conde, veintidós años después, en Historia de la Dominación de los Árabes en España (Tomo III. 1821)[ix], ubica ahora el Valle de las Palomas en la Provincia de Cádiz refiriendo que el “wali (Abu Bakr) pasando por un ameno valle que llaman Wadilhaméma que está entre Arcos y Medina Aben Zelim oyó el triste y dulce canto de una torcaz, y compuso los bellos versos del llanto de la paloma”. El pasaje completo es el siguiente: 

CAPITULO II.

Continuan las guerras de los Muztimes. El rey Jaime toma las islas de Mallorca, Menorca é Ibiza. Muere Almamun. 

“Con la ausencia del rey Abu Aly Almamun, y con la pasada victoria y felices sucesos de Murcia todo parecía ya llano á los que seguían el bando de Aben Hud, y como entendiese que el wali de Sevilla, hermano de Abu Aly, había juntado gente y venia contra ellos, partieron á buscarle. El wali de Sevilla juntaba gentes en Algarbe, y sabiendo que Aben Hud se disponía contra él se valió de los Cristianos de Galicia para que le auxiliasen, y con toda su caballería vinieron á tierra de Mérida, y se juntaron con los caudillos de Cide Abu Abdala, y allí cerca de Alhanje se encontraron los de Aben Hud con ellos, y trabaron sangrienta batalla, y quedaron vencidos los caudillos de Cide Abu Abdala y sus auxiliares, y se acogieron á Mérida. Abdala ben Muhumad ben Wazir que había sido wali de alcázar Alfetah que se llamaba también alcázar de Abidenis que ocupáran entonces los Cristianos con Montanchis y otros fuertes, y su hermano Abderraman también, se acogió á Mérida. En ella había muchos esforzados caballeros Almohades, pero muchos más de los afectos al partido de Aben Hud, y por industria de estos fueron aquella noche entregados por traición á los caudillos del rey Aben Hud. Fue esta sangrienta batalla de Mérida en principio del año seiscientos veinte y nueve (1632) (1). De vueltas de la frontera de Algufia llevaron á los dos caudillos Abdala ben Muhamad ben Wazir y á su hermano Abu Omar Abderraman á Sevilla su patria, y en ella la plebe alborotada los atropello á pesar de su mérito y nobleza, y los acuchillaron y despedazaron, no con poco sentimiento del rey Aben Hud que apreciaba mucho á Abderraman Abu Omar por su erudición y admirable ingenio. Este fue el que glosó la excelente canción elegiaca de su padre Abu Becar. Cuéntase que este wali pasando por un ameno valle que llaman Wadilhamèma que está entre Arcos y Medina Aben Zelim oyó el triste y dulce canto de una torcaz, y compuso los bellos versos del llanto de la paloma que los de Algarbe suelen cantar de noche á la luz de la luna. Otros dicen que este ínclito caudillo Abu Omar y su hermano murieron alanceados de orden del rey Aben Hud poco tiempo después cuando este príncipe pasó desde Marruecos á tierra de Granada con poderosa hueste. En esta expedición se vinieron á su partido todos los alcaides de aquella tierra, y fue recibido con aclamaciones de alegría y de triunfo en la ciudad, y en ella dicen que le presentaron á estos dos caudillos Almohades que iban presos sufriendo con admirable constancia su adversidad, y luego los mandó matar, que ni sus virtudes propias ni la celebridad del padre pudieron evitar el irrevocable decreto del hado, y acabaron alanceados de orden de un príncipe que se preciaba de humano y amante de las letras.

(1) En Alcoday seiscientos veinte y siete, por error.”

En 1833 Joaquín Lorenzo Villanueva[x] en su obra Poesías escogidas señala también como autor de El Llanto de la Paloma a Abu Bakr, padre de Abderraman Abu Omar: 

“Con ser tantos los poetas célebres que tuvo aquella península cuando era en ella vulgar la lengua latina; todavía es mayor el número de los árabes que cultivaron la poesía durante su dominación. Conocida era ya entre los árabes el arte poética antes de Mahomed: algunos creen que fueron poetas antes que los siros. Pero desde la Egira (ó fuga de Mahomed) comenzó á hacer entre ellos grandes progresos la poesía, los cuales describe el árabe del siglo XIII. Abi-Baker, uno de los Almohades de Sevilla, en una obra que se conserva en la biblioteca del Escurial, intitulada, Tesoro de los Poetas, donde hace un juicio comparativo de los antiguos y modernos.

 

De estos árabes orientales heredaron su afición á la poesía los naturales de nuestras provincias; muchos de los cuales descendían de la corte de los califas de Damasco, célebre por su cultura, y por los literatos que en ella florecieron. No tienen número los poemas que escribieron los árabes de Córdoba, Sevilla, Granada, Murcia, Valencia, y Sétabis. Probable es que pereciese gran parte de estas obras en la quema de ochenta mil códices árabes que el indiscreto zelo redujo á cenizas en Granada después de su conquista. La multitud de poemas que se salvaron de aquella catástrofe, y se conservan en el Escurial, causa admiración a los doctos estrangeros que visitan aquella biblioteca. En un solo códice escrito de mano de Abi-Baker se hallan canciones de 72 poetas: en otro las hay de más de 130. De esta especie de coleciones hay varias. De este mismo árabe sevillano es la excelente elegía El llanto de la Paloma, que los árabes de la Bética cantaban de noche á la luz de la luna. De donde acaso nació el tono lúgubre de ciertas endechas que aun ahora cantan de noche en el campo los andaluces.

 

Escritores árabes de elegías y odas se cuentan en el Escurial hasta 29 muchos de ellos comparables a Horacio, como dice el siro-maronita Casiri (a), asegurando que en el escrutinio que hizo de los códices árabes del Escurial halló una casi innumerable multitud de poetas.

 

(a)    Casiri, Bibl. Hisp. Arábico. Escurialensis, t. 1. p. 128.” 

Carlos Romey[xi] en 1841 (Historia de España, Tomo III) recogiendo el relato histórico de Conde transcribe el topónimo como Wadilhama: 

“Con la ausencia del emir El Mamun, y con la última victoria y las novedades de Murcia, todo aparecía ya rendido á Ebn Hud para sus secuaces; más noticiosos de que el walí de Sevilla, hermano de El Mamun, está en marcha contra ellos, le salen al encuentro. Trae el Sevillano soldadesca del Algarbe, y en contraresto de los preparativos de Ebn Hud, acude á los cristianos de Galicia, quienes llegan á Mérida con su caballería y se incorporan con los caudillos de Cid Abu Abdalá. Tropiézanse junto á Albanche, traban sangrientísima batalla, y vencidos los aliados, tienen que guarecerse en Mérida; y con Abdalá, que había sido walí en Alcázar el Fetah ó Abydanes, ocupado á la sazón, como también Montanches por los cristianos, se retira igualmente su hermano Abd el Rahman. Había allí muchos gallardos jinetes almohades, pero preponderaban los afectos al partido de Ebn Hud, y estos últimos se amañaron tan eficazmente, que en la misma noche entregaron traidoramente sus compañeros á los jenerales del mismo Ebn Hud. Ocurrió aquella reñidísima refriega de Mérida en 629 (oct. ó nov. de 1231) (1). Al regreso de la raya de el-guf, trajeron ambos caudillos Abdalá ben Mohamed ben Wazir y su hermano Abu Omar Abd el Rahman á Sevilla, donde, á pesar de su mérito y nobleza, la plebe los atropelló, acuchilló y destrozó, muy á despecho del emir Ebn Hud, quien apreciaba muchísimo á Abd el Rahman por su injenio y erudicion, y por glosador de la peregrina cantinela elejíaca de su padre Abu Bekr. Cuéntase que dicho walí, al transitar por una vega amenísima, llamada Wadilhama, situada entre Arcos y Medina ben Zelim, oyó el arrullo suave y melancólico de un torcaz, y compuso los hermosísimos versos del quejido de la paloma , que los de Algarbe suelen cantar á la claridad de la luna. Dicen otros que el esclarecido caudillo Abu Omar y su hermano múrieron alanceados por disposición de Ebn Hud, de allí á poco, en su vuelta de Murcia á Granada con hueste poderosa; en cuya espedícion se le incorporaron á porfía los alcaides todos del país, aclamándole triunfalmente el vecindario de la ciudad, en donde dicen que le presentaron entrambos jenerales prisioneros, quienes sobrellevaban su adversidad con asombrosa entereza, y los hizo degollar ó alancear ejecutivamente, desentendiéndose de la nombradía del padre y de las prendas de los hijos, y dando cumplimiento á su fatal destino un príncipe que se preciaba de humano y de literato.”                                                  

Nicolás Rabal[xii] sitúa erradamente el Valle de las Palomas, al que llama Walamira, en Benamira (Soria): 

“En las historias árabes se cuenta que el poeta Aben Celin, de paso por el valle de Walamira, hoy Benamira, oyó el canto del torcaz, e inspirado en él, compuso unos célebres versos titulados Llanto de la paloma, que los árabes solían cantar de noche a la luz de la luna.” 

Autores portugueses como Oliveira Parreira[xiii] también se hicieron eco de las figuras de Abu Bakr  Sidray y su hijo Abdallah y el célebre Llanto de la Paloma:

Mario Méndez Bejarano (Diccionario de escritores, maestros y oradores naturales de Sevilla y su actual provincia. Tomo III. 1925[xiv]) atribuye erróneamente el poema a Abu `Amar ´Abd al-Rahman, hermano de Abu Muhammad `Abd Allah, y refiere que glosó una renombrada elegía a su padre que imitó Jorge Manrique en sus famosas Coplas a la muerte de su padre: 

3.126.— Abu 'Umar 'Abd-al-Rah'man. Excelente poeta nacido en Sevilla. Era hijo del gran poeta Abu-l Baka y glosó la renombrada elegía de su padre, que ya era muy conocida entre musulmanes y cristianos, y más tarde la imitó Jorge Manrique. «Cuéntase que este walí, pasando por un ameno valle, oyó el triste y dulce canto de una torcaz y compuso los bellos versos del llanto de la paloma, que los del Algarbe suelen cantar de noche a la luz de la luna. (Conde, IV parte, c. II.)

Después de la batalla de Mérida (629 de la hégira, 1232 J. G.) sucumbió de muerte violenta; según unos, arrastrado por la plebe; según otros, alanceado por orden del rey Ibn Hud.” 

Vemos por tanto que fueron numerosos los autores que recogieron en sus obras la historia del muy célebre canto y poema entre los andalusíes “Llanto de la Paloma”.



[i] RAMOS ROMERO, M. Paterna de Rivera. Ed. Diputación de Cádiz. 1983. Págs. 18, 70 y 74

[ii] UBIETO ARTETA, A. Idrisi. Geografía de España. Textos Medievales, 37. Ed. Anúbar. Valencia, 1974. Págs. 67-152. El pasaje que hace referencia al Valle de los Baños en Pág. 77

[iii] SAAVEDRA, E. La geografía de España del Edrisi. Boletín de la Sociedad Geográfica de Madrid. Tomo X. 1881. pp. 249-255 y 376-387; Tomo XI. pp. 102-115. El pasaje que hace referencia al Valle de los Baños en el Tomo X Año VI Mayo 1881, págs. 378-379

[iv] SAAVEDRA, E. La geografía de España del Edrisí. Madrid. Imprenta Fortanet. 1881. Págs. 13-14

[v] DOZY, R; DE GOEJE, M.J. Edrisi. Descripción de l’Afrique et de l’Espagne par Edrisi. Leyden, 1866.

[vi] Ibídem Págs. 214-215

[vii]ARANA DE LA VARFLORA, F. Hijos de Sevilla Ilustres en santidad, letras, armas, artes, ó dignidad” Número 1º. Sevilla. 1791. Impr. de Vazquez e Hifalgo. Pag. 8.

[viii] CONDE, J.A. Descripción de España de Xerif Aledris conocido por el Nubiense. Madrid. 1799. Impr. Real. Págs. 167-168

[ix] CONDE, J.A. Historia de la Dominación de los Árabes en España. Tomo III. Madrid. Imp. de García. 1821. Págs. 8-10.

[x] LORENZO VILLANUEVA, J. Poesías escogidas. Dublin.1833.. Impr. T. O´Flanagan. Pag. XI

[xi] ROMEY, C.: Historia de España desde el tiempo primitivo hasta el presente. Tomo III. Barna. 1841. Impr. De A. Bergnes y Cia. Págs. 117-118

[xii] RABAL, N.: Soria por. Serie España. Sus monumentos y artes- Su naturaleza e Historia. Barcelona. Ed. de Daniel Cortezo. 1889. Pág. 504.

[xiii] OLIVEIRA PARREIRA, A. M.: :Os Luso-Arabes (scenas da vida mussulmana no nosso país). Tomos 2. Typographia e Stereotypia Modena, 1898. Págs. 272-275

[xiv] MÉNDEZ BEJARANO, M. Diccionario de escritores, maestros y oradores naturales de Sevilla y su actual provincia. Tomo III. Sevilla. 1925. Tipografía Girones. Pág. 174. 


viernes, 12 de julio de 2024

LOS PERROS DE LA CASTA CALERO DE PATERNA

Durante el siglo XIX la familia Calero de Paterna gozo de gran celebridad y reputación en toda España como criadores de extraordinarios caballos de pura raza española. Igualmente los perros de caza de la casta Calero fueron de los más destacados en Andalucía, como se recoge en estos documentos que insertamos.


Periodico"El Guadalete" de 28 de Junio de 1862

El Guadalete. 28 de Junio de 1862

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El Campo  Nº 15.  1 de Julio de 1877

Artículo "La caza de conejos" de Adolfo Derqui y Campos



Descripción Geográfica é Histórica de la Provincia de Cádiz / Por Don Hermengaudio Cuenca y Arias. – Cádiz : Imp. de la Revista Médica de D. Federico Joly, 1879
CUENCA Y ARIAS, Hermengaudio






domingo, 23 de junio de 2024

RESUMEN HISTÓRICO LITIGIOS ENTRE PATERNA Y ALCALÁ

PERIÓDICO "EL ESTADO" 17 de Marzo de 1857 

Comunicado firmado por Manuel Lozano y José Caleros importantes agricultores y ganaderos paterneros, en contestación a una nota de presa de algunos vecinos de Alcalá de los Gazules aparecida en el periódico LA DISCUSIÓN el 4 de Diciembre de 1856, sobre la cuestión de la mancomunidad de pastos entre ambos municipios