viernes, 12 de julio de 2024

LOS PERROS DE LA CASTA CALERO DE PATERNA

Durante el siglo XIX la familia Calero de Paterna gozo de gran celebridad y reputación en toda España como criadores de extraordinarios caballos de pura raza española. Igualmente los perros de caza de la casta Calero fueron de los más destacados en Andalucía, como se recoge en estos documentos que insertamos.


Periodico"El Guadalete" de 28 de Junio de 1862

El Guadalete. 28 de Junio de 1862

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El Campo  Nº 15.  1 de Julio de 1877

Artículo "La caza de conejos" de Adolfo Derqui y Campos



Descripción Geográfica é Histórica de la Provincia de Cádiz / Por Don Hermengaudio Cuenca y Arias. – Cádiz : Imp. de la Revista Médica de D. Federico Joly, 1879
CUENCA Y ARIAS, Hermengaudio






domingo, 23 de junio de 2024

RESUMEN HISTÓRICO LITIGIOS ENTRE PATERNA Y ALCALÁ

PERIÓDICO "EL ESTADO" 17 de Marzo de 1857 

Comunicado firmado por Manuel Lozano y José Caleros importantes agricultores y ganaderos paterneros, en contestación a una nota de presa de algunos vecinos de Alcalá de los Gazules aparecida en el periódico LA DISCUSIÓN el 4 de Diciembre de 1856, sobre la cuestión de la mancomunidad de pastos entre ambos municipios



sábado, 4 de mayo de 2024

EL TRATADO DE PEÑA ARPADA DE 1285 (y 3)

 UN ACUERDO DE PAZ ENTRE EL REY SANCHO IV Y EL EMIR DE MARRUECOS ABU YUSUF



PEÑA ARPADA, IMPORTANTE ENCLAVE ARQUEOLÓGICO


    A unos 6 km. de Paterna de Rivera, en la margen izquierda de la carretera comarcal CA-5092 que se dirige a Alcalá de los Gazules, y en su término municipal, se levanta una gran formación de roca caliza del Periodo Jurásico de 226 m. de altura, que domina visualmente todo el territorio circundante. En ella se encuentran restos de una construcción castral de lo que parece ser una torre atalaya de época andalusí, dado los materiales arqueológicos hallados en su entorno.

    Su altura y privilegiado emplazamiento permiten el dominio visual de un amplio territorio y el control de importantes vías naturales de comunicación que trascurren a sus pies. Este peñasco calizo que destaca en el paisaje y ofrece refugio, defensa natural, recursos líticos, manantiales salobres y proximidad a cursos de agua, fue un lugar especialmente atractivo para el asentamiento humano desde época prehistórica.

    Un equipo de prestigiosos arqueólogos inspeccionó Peña Arpada en 2011 constatando evidencias materiales de ocupación humana desde el IV milenio a.C. hasta la Edad Moderna-Contemporánea, documentando tres importantes registros arqueológicos: una explotación minera postpaleolítica, un asentamiento ibérico-turdetano y una construcción castral medieval. Sus investigaciones y conclusiones fueron dadas a conocer en el N.º 42 de la Revista Almoraima[i].

1. Explotación minera post-paleolítica

    Geológicamente la formación se asienta en masas arcillosas yesíferas del Trías de las que emerge un gran dique de roca volcánica (ofita), y un pliegue vertical de calizas marmóreas y dolomías jurásicas que constituyen el promontorio rocoso conocido como Peña Arpada.

Corte estratigráfico Peña Arpada. P. Chauve. 1968

    Las ofitas o doleritas son las únicas rocas ígneas en la provincia de Cádiz, que aparecen asociadas a terrenos margo-yesíferos del Triásico. Durante la época triásica (251-201 m.a.) en la zona de depósito de las arcillas con yesos, se produjo la intrusión de magmas que ascendieron hacia la superficie a través de profundas fracturas dando origen a las llamadas ofitas. En la fase de plegamiento alpino los sedimentos arcillosos del Trías fueron empujados y las antiguas “chimeneas” de las rocas ofíticas se fragmentaron y trasladaron de su emplazamiento original. Por ello las ofitas afloran hasta la superficie, o alojadas muy cerca de ella, entre las rocas sedimentarias del trías, desarraigadas de las masas magmáticas de las que se alimentaron en su momento[ii].

    Por su dureza y alta resistencia al desgaste han sido utilizadas en la producción de útiles pulimentados a lo largo de la Prehistoria. Las canteras de ofitas fueron explotadas también más recientemente como áridos para la construcción de carreteras y caminos, balasto en las vías férreas, tapias, represas en torrenteras, etc.[iii]

    En la ladera oeste de Peña Arpada surge un gran dique de roca volcánica (ofita) sobre el que se estableció durante el periodo postpaleolítico un área minera destinada a la obtención útiles “para procesar productos alimenticios, como molinos de mano abarquillados, morteros, además de paletas, percutores y mazas mineras para la extracción de otros materiales, algunos probablemente relacionados con las extracciones de sal[iv]”. Este tipo de mazas se relaciona además con la extracción y preparación de limonitas o piritas ferruginosas, u ocres para pigmentos. Asociados a la explotación minera de ofitas, Giles et al. localizaron un taller de industria lítica de sílex, que ha sido datado en el periodo de transición del Neolítico al Calcolítico. Igualmente, en los suelos de los abrigos abiertos entre las peñas y en la propia área del filón de ofitas, han documentado fragmentos de cerámica a mano (galbos) que por su aspecto técnico atribuyen a la Edad del Cobre.


Útiles de roca de ofita (Fotos de Blog CH´USAY y Blog Entre Abulagas y Caíllos)

    En los terrenos arcillosos yesíferos del Triásico surgen afloramientos de aguas salobres que se relacionan con salinas asociadas a explotaciones ganaderas y asentamientos de poblaciones prehistóricas e históricas. Al Oeste de Peña Arpada, próximo a la cañada Real Marchantiega, existe una surgencia salobre y vestigios de antiguas salinas, explotadas probablemente desde la misma Prehistoria Reciente hasta la Edad Moderna. Giles et al. opinan que algunas de las mazas y percutores mineros de la explotación minera de ofitas pudieron estar relacionados con la actividad de extracción de sal y su transformación.
Silex (Fotos Blog Entre Abulagas y Caíllos)

    Los mismos arqueólogos han hallado, esparcidos por los descobijos del dique de ofitas, delgados filones de mineral ferruginoso, detectando entre este mineral algunos restos de escorias de fundición que indicarían otra actividad de extracción y explotación relacionados con la producción metalúrgica.

    Los expertos apuntan la concordancia que existe entre los asentamientos estables, los manantiales salobres, las vías pecuarias y los afloramientos rocosos de ofitas para la elaboración de las herramientas líticas.


2. Asentamiento púnico-turdetano

    Como novedad de la investigación llevada a cabo por Giles Pacheco et al. en Peña Arpada, señalan el establecimiento de un asentamiento púnico-turdetano evidenciado a través de la presencia en la zona de cerámicas (ánforas, fundamentalmente de producción local o regional) y otras vajillas de diversa tipología, cuya cronología inicial podría abarcar desde finales del s. IV al II a. C. La presencia de envases comerciales y la dispersión de los hallazgos, demuestran, según los investigadores, la existencia de un pequeño asentamiento rural de tipo subsidiario, dependiente de alguno de los oppida conocidos en la comarca como Mesa del Esparragal (Lascuta), Gigonza (Saguntia) o Medina Sidonia dedicado a la explotación agropecuaria que complementaría con la explotación de las salinas que surgen entre los yesos y arcillas del Trías en los pies de la peña.

Fragmento de ánfora púnica (Giles et al. Avance al estudio...)

    Este asentamiento habría que ponerlo en relación con el yacimiento arqueológico de Peña Batida o Batía situado a uns 3 km. al oeste, en el que se detectaron materiales de época orientalizante o ibérica del siglo IX-VIII a.C y pudo tener pervivencia hasta época romana[v].

Peña Batía en primer término con Peña Arpada al fondo


3. Estructuras arquitectónicas medievales

    Giles et al. han detectado en Peña Arpada restos arqueológicos de época medieval de tres categorías:

A) Estructura defensiva. En la cima de la peña se conservan restos edilicios de una “estructura defensiva constituida por una torre cuadrada con una dependencia en su base y restos de muros que se asientan sobre la misma roca caliza”. Desde la misma se visualiza un amplio territorio hacia la vertiente S y NW, estando resguardada al E por las crestas de caliza que se alzan por encima.
Resto de la torre andalusí de Peña Arpada. (Foto Web Fortificaciones de España)

    La construcción, en muy mal estado de conservación y con escasas estructuras murarias en pie, está realizada con la piedra caliza del lugar. En el flanco sur conserva una puerta con arco de medio punto que da acceso a una pequeña habitación cubierta con bóveda de cañón. En el interior del lienzo oeste se descubren, muy deteriorados, los vestigios de una escalera.

Habitáculo con bóveda de cañón ((Foto Web Fortificaciones de España)

    Exteriormente los arqueólogos observan dos tipos fábricas. Una mampostería irregular con bloques de mediano tamaño y enripiada que se adapta a las irregularidades del afloramiento rocoso, cuyo relleno interior está constituido con piedras de diferentes tamaños en una matriz de abundante argamasa. Y un segundo paramento con un grosor de 1,65 m formado con bloques de mayor tamaño y un mortero de arena y cal muy compacto.

  Los investigadores aludidos encuentran paralelismo en algunos aspectos edilicios con otras fortificaciones cercanas como Torre del Esparragal, Castillo de Torrestrella o Castillo de Berroquejo, ubicados en la zona fronteriza establecida en el siglo XIII con al-Andalus.

B) Otros restos constructivos. En la peña igualmente se localizan ladrillos toscos de 23,5 x 7 x 0,4 cm. de arcilla roja y amarilla, cuyas superficies conservan restos de la mezcla (cal y arena grisácea) empleada para su utilización mural, y que probablemente pertenecieron a otras estructuras arquitectónicas. El que las balsas de las salinas al pie de Peña Arpada estén construidas con este mismo tipo de ladrillo, hace posible que pueda haber una correlación temporal entre ambas construcciones.

C) Cerámicas. Se localizan un conjunto de producciones de barros rojizos y pastas finas a torno que, según los arqueólogos citados, pudieran pertenecer a vasos de época andalusí.

Restos cerámicos Peña Arpada (Foto de Blog CH´USAY)


4. Salinas de Peña Arpada

    Próxima a la Cañada Real Marchantiega, al oeste de Peña Arpada, aflora una surgencia de aguas salobres entre dos bloques de yeso. A escasos metros y siguiendo su cauce y la cañada en dirección a la carretera Paterna-Alcalá, Valiente et al.[vi] detectaron numerosos restos de ladrillos de pastas rojas y verdosas-amarillentas y fragmentos de cerámica de pastas rojas a torno muy erosionadas. En el mismo cauce localizan alineaciones y pavimentos de ladrillos que atribuyen a balsas dedicadas a la explotación de la sal. Destacan los arqueólogos que las dimensiones, barros y desgrasantes de estos ladrillos son similares a los hallados junto a la torre de Peña Arpada, lo que apuntarían a una producción limitada y estacional de sal de época islámica para autoconsumo de una pequeña población rural dedicada a la explotación ganadera.

    En cuanto a las cerámicas que hallaron en el mismo lecho del arroyo, a causa de su alta erosión, no encuentran tipologías claras de vasos cerámicos. Sí detectan cerámicas hechas a mano de características postpaleolíticas, similares a las cerámicas a mano encontradas en el hábitat prehistórico de Peña Arpada, indicando que han llegado allí por arrastre desde la cima de la peña.

Vestigios del enlosado de las balsas de la salina de época andalusí (Foto Blog CH´ÚSAY)


    La cerámica histórica medieval (galbos, bases y asas) del lecho del arroyo, es similar a las cerámicas islámicas halladas en el entorno de la torre ubicada en la cima de la peña

    Apuntan los investigadores la existencia de otras torres y castillos con dominio visual sobre las vías agropecuarias como Torre de Esparragal, Berroquejo o Torrestrellla. La torre de Peña Arpada controlaba la actual Cañada Real Marchantiega, que llegaba a Saguntia (Gigonza) y comunicaba al sur con las vías de comunicación de Medina, así como el antiguo camino de Jerez a Alcalá. Al Norte, entre Peña Arpada y Torre de Esparragal discurre otras importantes vías pecuarias, la Cañada de os Yesos y de la Miranda. A sus pies, en la cara norte y este, serpentea el rio Álamo.

    Todos estos hallazgos parecen apuntar a la existencia de un asentamiento rural andalusí al abrigo de una pequeña estructura castral.


EL TOPÓNIMO PEÑA ARPADA O PEÑA HARPADA

    El peñón de roca caliza que destaca en el paisaje entre Paterna y Alcalá recibe el nombre de Peña Arpada, Harpada, Arpá y, comúnmente entre los vecinos de Paterna y Alcalá como Peña Jarpá (aspirando la h) o Peñarpá.

    El Nomenclátor Geográfico de Andalucía (NGA) , cuya fuente de partida es la toponimia incluida en el Mapa Topográfico de Andalucía 1:10.000, recoge el topónimo como Peña Arpada.

    Según el Diccionario de la RAE (2014) Arpado, -da o también Harpado, -da es un adjetivo que significa “que remata en dientes pequeños como de sierra”.

    En el Diccionario de Autoridades (Tomo III. 1732) encontramos el adjetivo farpado, -da con el significado de “lo que remata y está cortado en farpas”. Las farpas según el mismo diccionario son “las puntas cortadas al canto de alguna cosa, como se ponen en cierta especie de banderas o estandartes”. El mismo diccionario en su tomo IV (1734) recoge una acepción del verbo harpar con el significado de “cortar en puntas alguna cosa”.

    Por tanto, el topónimo Peña Arpada hace referencia a un peñasco que remata en puntas, en alusión a las crestas o farallones calizos que caracterizan su morfología y lo distingue en el paisaje.

    Giles et al. no descartan que Peña Arpada o Harpada sea producto de la transcripción al castellano de un orónimo del tipo Sajra o su sinónimo Binna (romance pinna – “peña”).

    Además de los diferentes códices de los siglos XV al XVII, que recogen La Crónica de Sancho IV, el documento más antiguo en el que localizamos el topónimo Peña Harpada es el Privilegio en que se concede Tempul a Jerez de la Frontera en 1313, ratificado en 1333[vii], en el que Peña Arpada aparece como punto de referencia con respecto a la mojonera:

“...desde el mojón que está en la cumbre que está sobrel canno de Ercules do parte término Jerez con Arcos e con Alcalá e ende en adelante hasta otro mojón do se ayunta el Arroyo de la fuente de Gigonça al Arroyo de la Salina y el otro mojón cabo delante que está encima de la cantera de Gigonça que ha ojo a Penna Harpada e a la Bastida e otro mojón adelante está a par de Gigonça la Vieja, cerca del camino que va de Arcos a Alcalá y el otro mojón adelante está en esta Cabeza grande que está entre Gigonça la Vieja e Pajarete y el otro mojón adelante está en la Cabeza pedregosa cerca de una cueva de un yeso e el otro mojón está en la cumbre del Cerro de Fraja e va cabo adelante por la cumbre fasta el Puntal de la Sierra de las Cabras e va el otro mojón a un castellar antiguo como vierte aguas a Burnet...

    A principios del siglo XVI nos consta Peña Arpada como dehesa concejil de Alcalá de los Gazules, que fue usurpada por los Señores de la villa:

«...que por cuanto el Adelantado nuestro Sr. D. Pedro Henriquez y el señor Adelantado su hijo D. Francisco Henriquez que santa gloria ayan llevaron los frutos y rentas de las Dehesas de yerba de Paterna y las Cobatillas y la del Aguijón y Cermeño y de la Palmosa y Xaubtor y renta de bellota de los montes de esta su villa y las rentas del Almojarifazgo y carnicería y montaracía y aceite y jabón y almotacenazgo de esta su villa y pan de renta de los donadíos y asientos de tierras, hasta el día de oy se han rasgado y fecho en los términos de esta dicha Villa que son los de yuso expresados conviene a saber: el donadío y asiento de tierras que es en las Buytreras que alinda con los pozos de Diego Benites y con la casa que hizo Juan Domingues el viejo, alcayde que fue de Tempul, y con termino de Medina; y el otro donado de tierras que alinda con este dicho donadío y con la Bastida; y otro donadío que alinda por la una parte con el Higuerón y por la otra parte con la Dehesa Concejil de la Pena Arpada; y otro asiento y donadío que fue sacado de las tierras de Juan Jimenes de Medina, que alinda con el arroyo de la Cueva del Gato y con la Dehesa de la Pena; y otro donadío en Cortegana que alinda con termino de Paterna y de Gigonza; y otro asiento y donadío en Álamo, alindado con Cabeza Aguda y con las tierras de Alonso de Estrada; y otro donadío es junto con este y alinda con la Fuente de la Higuera; e otro asiento e donadío que alinda con estos dos antes deste y con el Lomo de Alcohola; y otro asiento y donadío que es en el Alamyllo, que alinda con dicha dehesa de la Pena Arpada; y el otro donadío es a la Fuente la Higuera alinda con Cabeza Aguda por la una parte y por la otra con el Álamo; e otro asiento y donadío es que alinda con la Cabeza de los Porquerizos y con el monte de Maina y con el Alamo, y con la Dehesa Concejil de Notares; [viii]...

El rey Sancho IV (Mss. Egerton 289)

    Por tanto, teniendo en cuenta que:

· Los cronistas árabes sitúan el lugar de la reunión y del tratado de paz entre Sancho IV y Ben Yusuf en un castillo o fortaleza próxima al río Guadalete,

· Ibn Abi Zar en “Rawd al-Qirtás” indica que el encuentro tuvo lugar en Hisn As-sajrat, es decir, el Castillo de la Peña, lugar al que llegaron Sancho IV desde Jerez y Abu Yusuf, desde Algeciras,

· El Sajrat andalusí suele ser un pequeño recinto fortificado ubicado en la cima de altos escarpes rocosos, adaptado al relieve, casi inaccesible, con una torre y un aljibe como elementos defensivos, que servía de refugio temporal a guarniciones y cuya misión principal era la de vigilancia y servir de refugio temporal a guarniciones. Unas características que se ajustan perfectamente al enclave castral de Peña Arpada,

· Los textos castellanos sitúan la reunión entre ambos soberanos en un lugar cercano a Jerez, que muchas crónicas denominan Peña Farpada o Harpada,

· El término Peña Farpada se repite en numerosos manuscritos de la Crónica de Sancho IV; ocupando algunos una posición de gran relevancia en las ramas superiores del stemma,

· En la cima de Peña Arpada se conservan restos edilicios de una estructura defensiva de lo que parece ser una torre atalaya de época andalusí, 

se puede deducir que el encuentro y pacto acordado el 21 de octubre de 1285 entre el rey castellano Sancho IV y el emir de Marruecos, Abu Yusuf, tuvo lugar en Peña Arpada, en el actual término municipal de Alcalá de los Gazules.

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Tras evidenciar la importancia geológica, arqueológica, histórica, etnográfica y natural de Peña Arpada, Giles Pacheco y colaboradores proponían que Ayuntamiento de Alcalá de los Gazules, Junta de Andalucía y Asociaciones de la comarca abordaran un proyecto de protección y conservación de este extraordinario enclave, así como su inclusión  en un itinerario dentro de las vías medioambientales y culturales de la provincia de Cádiz.

Pero para avanzar en el conocimiento sobre el pasado y riqueza que encierra Peña Arpada, documentar las huellas de las distintas culturas que se asentaron en su entorno y preservar tan importante patrimonio cultural, creemos preciso llevar a cabo estudios históricos e investigaciones arqueológicas así como emprender trabajos de restauración y conservación de los elementos y estructuras constructivas de época andalusí, que con el paso de los siglos  acusan un estado ruinoso. Se hace necesario por tanto, una intervención que garantice su conservación, acondicionamiento y protección y proyectos de difusión y divulgación entre la ciudadanía para una mayor concienciación y sentido de pertenencia.

Peña Arpada se encuentra situada en un espacio geográfico con un singular patrimonio histórico y arqueológico muy desconocido y poco estudiado. En su entorno se hallan significativos enclaves arqueológicos como Gigonza, Mesa del Esparragal, Peña Batía, Las Correderas, los Santos Nuevos, etc. que certifican la importancia que tuvo esta zona en la Antigüedad.

Tras la pandemia de Covid de 2020 asistimos a un auge del turismo, adquiriendo un protagonismo creciente el turismo rural, en el que los viajeros muestran un mayor interés por el medio ambiente y el patrimonio rural. Igualmente se ha producido un incremento de las actividades deportivo-lúdicas en el medio rural como senderismo, rutas en bicicleta, paseos a caballo,  excursiones educativas,  observación de animales, fotografía, etc.

Uno de los mayores atractivos del medio rural es su extraordinario patrimonio natural (paisajes, flora, fauna, geología, vías pecuarias, hidrología…) y cultural (arquitectura tradicional, monumentos, elementos etnográficos, gastronomía, fiestas, tradiciones, artesanía…).

Ante los problemas de baja natalidad y disminución de población de las áreas rurales con la consiguiente reducción de los servicios básicos y calidad de vida de sus habitantes, el turismo rural contribuye al desarrollo social y económico y  promueve la preservación del medio ambiente y el patrimonio cultural.

Parte fundamental del patrimonio de los pueblos que conforman la comarca interior de la Janda (Alcalá de los Gazules, Medina Sidonia, Paterna de Rivera y San Jose del Valle) es su valioso legado arqueológico, amenazado, desprotegido y sometido a expolio y abandono por la desidia y desinterés de las administraciones públicas que deben velar por su protección y salvaguarda. La falta de iniciativas institucionales, de interés científico y de apoyo  económico, abocan a estos bienes  culturales a la ruina e incluso, a su desaparición.

El estudio, investigación, puesta en valor y difusión del patrimonio arqueológico puede suponer un importante incentivo para el desarrollo económico, cultural y turístico de los pueblos de la comarca interior de la Janda.

Tenemos algunos ejemplos exitosos en la  provincia de Cádiz de recuperación y puesta en valor del patrimonio arqueológico como los proyectos de Escuelas Taller en Zahara de la Sierra, Vejer, Chiclana, El Puerto de Santa María, Espera o Arcos de la Frontera. En la misma comarca de la Janda contamos con destacadas intervenciones en el patrimonio arqueológico. Medina Sidonia, con Salvador Montañés a la cabeza, ha sido pionera desde hace más de 30 años en realizar excavaciones arqueológicas sistemáticas que han permitido descubrir, recuperar y sacar  la luz un imponente patrimonio desde a prehistoria hasta a la alta edad media, que atrae actualmente a numerosos visitantes, siendo hoy día uno de los pueblos más turísticos de Cádiz. En Alcalá de los Gazules se han realizado excavaciones y restauración en la torre el homenaje del Castillo,  en la Fuente romana de Salada, en el complejo  hidráulicos de la calle Alfonso X, así como enel yacimiento de la Edad del Hierro de Taramilla, la ermita mozárabe del Jautor o la necrópolis de Paraje de Monte Bajo del Neolítico hasta los comienzos de la Edad del Bronce. En 2014, el proyecto Aqva Dvcta, encabezado por el profesor de Historia Antigua de la Universidad de Cádiz, Lázaro Lagóstena, se marcó como objetivo e poner en conocimiento de la sociedad el acueducto romano Tempul-Gades y divulgar sus valores históricos, culturales, patrimoniales y territoriales. En San José del Valle Gigonza Aventura ofrece desde hace varios años un novedoso proyecto de ocio educativo con el propósito de dar a conocer la historia de Gigonza y ofrecer la experiencia de vivir las distintas épocas que han pasado por este enclave a través de visitas teatralizadas y visitas guiadas.

    El patrimonio arqueológico, junto al histórico, artístico, monumental y natural, son importantísimos recursos para el progreso económico y social del medio rural. Para su puesta en valor, las administraciones públicas, las instituciones académicas y educativas, las entidades económicas, los ciudadanos y las asociaciones culturales han de involucrase conjuntamente para acometer, desarrollar y financiar  proyectos que contribuyan al progreso y desarrollo turístico y cultural de las poblaciones  de la Janda Interior.

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Mi agradecimiento al Doctor en Letras D. Pablo Enrique Saracino, profesor  de Literatura Española de la Edad Media en la carrera de Letras de la Universidad de Buenos Aires, quien tuvo a bien proporcionarme generosamente las copias de las crónicas no disponibles en las Bibliotecas digitales.



En las fotografías insertas de otras Web se indica la página de donde se han obtenido, habilitándose un enlace a la misma. Si existe algún titular de los derechos sobre estas fotografías y desea que sean retiradas, basta con que nos lo indiquen por medio del correo electrónico.


NOTAS

[i] GILES PACHECO, F. ; VALIENTE CÁNOVAS S. ; GILES GUZMÁN F. ; GUTIÉRREZ LÓPEZ J. M.: Avance al estudio de una explotación minera postpaleolítica de ofitas (doleritas) para elementos de molienda y pulimentados en Peña Arpada (Alcalá de los Gazules, Cádiz).  Almoraima: revista de estudios campogibraltareños,  Nº. 42, 2011, págs. 117-142

[ii] LUJÁN MARTÍNEZ, M.; GRACIA PRIETO, J.; JORDÁN LÓPEZ, A.; DOMÍNGUEZ BELLA, S.; SÁNCHEZ BELLÓN, Á.: Geología del PN de los Alcornocales en torno a Alcalá de los Gazules. Geologuía 15. Cádiz. 2015

[iii] J. M. GUTIÉRREZ MAS, S. DOMÍNGUEZ-BELLA, J. P. MORAL CARDONA, “Introducción al estudio de las rocas ofíticas de la provincia de Cádiz”, Tavira: Revista de Ciencias de la Educación 5, 1988, 131-144.

[iv] VALIENTE CÁNOVAS, F. GILES PACHECO y GUTIÉRREZ LÓPEZ, J. Mª: «Manantiales salinos y afloraciones de ofitas: evidencias geoarqueológicas en la Prehistoria del interior de Cádiz», RIPARIA 1 (2015), pp. XXXX. http://hdl.handle.net/10498/17xxx

[v] FERNÁNDEZ BARBA, R. Y CÍSCAR MALIA, J.J.: “Actuación arqueológica preventiva, control arqueológico de los movimientos de tierra, del proyecto de conducción de agua a Alcalá de los Gazules del abastecimiento a la Zona Gaditana. Paterna de Rivera y Alcalá de los Gazules, Cádiz”, Anuario Arqueológico de Andalucía 2006, Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, Sevilla, 2010, pp. 342-359.

[vi] VALIENTE CÁNOVAS, S. GILES PACHECO, F. MINGORANCE RUIZ, J.A. SANTIAGO PÉREZ, A.:  Salinas de la Hoya y de la Peña de Arpada. Alcalá de los Gazules”.  PátinaNº. 17-18, 2014, págs. 187-209

[vii] AMJF, Histórico Reservado, Cajón 11, nº 6, Año 1500, 63v-64r

[viii] Archivo General De Andalucía. Fondo Medinaceli. 1 de Febrero de 1513. Transacción entre D. Fadrique Enríquez de Ribera y el concejo de la Villa de Alcalá, Legajo 75-39 (Signatura AGA: 1301/660-70


BIBLIOGRAFÍA


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Crónica de España del Arzobispo Don Rodrigo Jiménez de Rada; tradújola en castellano y la continuó hasta su tiempo Don Gonzalo de la Hinojosa Obispo De Burgos y después un anónimo hasta el año de 1454. (Bibl. Nac.—Dd.—179). Colección de documentos inéditos para la historia de España / por el Marqués de la Fuensanta del Valle, José Sancho Rayon y Francisco de Zabalburu. Madrid. Imprenta De José Perales y Martínez. 1898. Tomo CVI.

Crónicas de los reyes de Castilla, desde Don Alfonso el Sabio hasta los católicos Don Fernando y Doña Isabel / colección ordenada por Cayetano Rosell. 3 vol. Biblioteca de Autores Españoles. Madrid : M. Rivadeneyra, 1875-1878.

Crónica de los reyes de Castilla (1248-1305) par Jofré de Loaisa, ed. de Alfred Morel-Fatio en Bibliothèque de l’Ecole des Chartes, Tome 59 . 1898.

DOMBAY, FRANZ VON: Geschichte der Mauritannischen Könige/Verf. von d. arab. Geschichtschreiber Ebül-Haßan Aly Ben Abdallah Ben Ebi Zeraa aus der Stadt Feß gebürtig. Aus d. Arab. übers., u. mit Anmerk. erl., von Franz ... Ibn-Abī-Zarʿ, ʿAlī Ibn-ʿAbdallāh. Agram, 1797

FERNÁNDEZ BARBA, R. Y CÍSCAR MALIA, J.J.: “Actuación arqueológica preventiva, control arqueológico de los movimientos de tierra, del proyecto de conducción de agua a Alcalá de los Gazules del abastecimiento a la Zona Gaditana. Paterna de Rivera y Alcalá de los Gazules, Cádiz”, Anuario Arqueológico de Andalucía 2006, Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, Sevilla, 2010, pp. 342-359.

FERNÁNDEZ LÓPEZ, S.: Sobre aljibes hispano-musulmanes. Estudios de historia y arqueología medievales nº 07-08. Universidad de Cádiz. 1987. Págs. 209-222

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GAYANGOS, PASCUAL DE: Traducción del fragmento del Rawd al-Qirtas sobre la 4ª expedición del emir Yusuf, en APÉNDICE C: De los Benu Abde-l-hakk ó Benimerines. Ilustraciones de la Casa de Niebla. Memorial Histórico Español. Tomos X. Madrid, Imprenta Nacional, 1857, págs. 592-625

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HERRERA, Miguel de (ed.), 1554. Chronica del muy esclarecido principe y rey don Alfonso, el qual fue par de Emperador e hizo el libro de las siete partidas. Y ansimismo al fin deste libro va encorporada la Chronica del rey Don Sancho el Brauo, hijo deste rey don Alonso el Sabio. Valladolid: Sebastián Martínez

IBN JALDUN: Al-‘Ibar: Kitāb al-‘Ibar (Libro de los ejemplos). El nombre completo de la obra es “Kitāb Al-ʿibar wa-dīwān al-mubtadaʾ wa-al-ẖabar fī ayyām al-ʿarab wa-l-ʿaǧam wa-al-barbar wa-man ʿāṣara-hum min ḏawī al-sulṭān al-akbar wa-huwa Tārīẖ” (Libro de la evidencia, registro de los inicios y eventos de los días de los árabes, persas y bereberes y sus poderosos contemporáneos). Relata en siete volúmenes la historia árabe-islámica desde la creación del mundo hasta el siglo XIV. El tomo VI se refiere a la historia de los árabes y los bereberes en el Magreb.

IBN KHALDOUN: Histoire des Berbères et des dynasties musulmanes de l'Afrique Septentrionale: par; traduite de l'arabe par M. Le Baron de Slane. en 4 vls., París, 1852-1856. La 5ª expedición en tomo VI págs. 110-120

LUJÁN MARTÍNEZ, M.; GRACIA PRIETO, J.; JORDÁN LÓPEZ, A.; DOMÍNGUEZ BELLA, S.; SÁNCHEZ BELLÓN, Á.: Geología del PN de los Alcornocales en torno a Alcalá de los Gazules. Geologuía 15. Cádiz. 2015

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TERÉS SÁDABA, E.: Materiales para el estudio de la toponimia hispanoárabe. Tomo I. Nómina fluvial. CSIC. Instituto Filología. Departamento de Estudios Árabes. 1986

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miércoles, 1 de mayo de 2024

EL TRATADO DE PEÑA ARPADA DE 1285 (2)

UN ACUERDO DE PAZ ENTRE EL REY SANCHO IV Y EL EMIR DE MARRUECOS ABU YUSUF




PEÑA ARPADA, LUGAR DE ENCUENTRO DE SANCHO IV Y ABU YUSUF

1. El Lugar de encuentro según las crónicas árabes

    Los cronistas árabes sitúan el lugar de la reunión y del tratado de paz entre el rey castellano y el sultán de Marruecos en un castillo o fortaleza próxima al río Guadalete.

    Ibn Jaldun omite en su crónica el lugar donde se vieron Sancho IV y Abu Yusuf. Es Ibn Abi Zar quién en al-Qirtás indica donde se encontraron ambos soberanos, aunque los arabistas que han traducido esta crónica difieren en la transcripción y/o traslado al castellano del topónimo.

    Dombay[i] en su traducción al alemán (1797) no especifica el lugar del encuentro, solo que la reunión tuvo lugar cerca del rio Guadalete:

“Den folgenden tag in der früh begaben fich Ebu Jakob, und Sandscho zu dem Fürsten der Muselmänner, und trafen ihn in der Nähe des Flusses Guadalete an; dieser war schon auf diese Zusammenkunft vorbereitet,…”
….
“Temprano al día siguiente, Ebu Jacob y Sancho fueron donde el príncipe de los musulmanes y lo encontraron cerca del río Guadalete; él ya estaba preparado para esta reunión,…”

    Moura (1828) traduce al portugués el texto de Ibn Abi Zar y ubica el encuentro en Sahara, cerca del Guadalete; suponemos se refiere a Zahara de la Sierra:

“Na manha do dia seguente partiu o Principe Abu-Iacub com Sancho ao encontró do Principe dos musulmanes; e tendo-se ajumtado en Sahara sobre o rio Guadalete, e disposto-se o dito príncipe a encontrar Sancho naquelle mesmo dia…”
….
En la mañana del día siguiente, el Príncipe Abu-Yacub salió con Sancho al encuentro del Príncipe de los musulmanes; y habiéndose reunido en Sahara junto al río Guadalete, y el dicho príncipe estuvo dispuesto a encontrarse con Sancho ese mismo día…”

    Tornberg[ii], que traduce al-Qirtás del árabe al latín (1846), refiere que la reunión fue “in castello el-Sakhrae, prope Vadi Lekk”.

“Postero die Abu-Jacub et Schandja imperatori Muslemorum obviam ierunt, quem in castello el-Sakhrae proe Vadi-Lekk offenderum.”
….
“Al día siguiente, Abu-Jacub y Sancho fueron a encontrarse con el comandante musulmán, a quien encontraron en el castillo de el-Sakhra cerca de Wadi-Lekk.”

    Gayangos (1857) ubica el encuentro en Hisn As-sajrat, cerca del Guadalete:

“A la mañana siguiente el Amir y Sancho se pusieron juntos en marcha para la corte del amir de los muzlimes: este salió [de Algeciras] á recibirlos, y los encontró en Hisn As-sajrat, cerca del Guadalete”

    Baeaumier, en su traducción al francés (1860) fija la cita en el Castillo El-Sakhra, cerca de Oued Lekk (Guadalete):

“Le lendemain, Abou Yacoub et Sancho se rendirent chez l'émir des Musulmans, qu'ils trouvèrent au fort El-Sakhra, près de l'Oued Lekk, et qui prit ses dispositions pour les recevoir le jour même;…”
….
“Al día siguiente, Abou Yacoub y Sancho se dirigieron al emir de los musulmanes, a quien encontraron en el Castillo El-Sakhra, cerca de Oued Lekk, y quien hizo arreglos para recibirlos ese mismo día;...”

    Por su parte Huici Miranda (1964) traduce el topónimo árabe como Castillo de la Fuente de la Peña, cerca del Guadalete, aunque no lo identifica con ningún lugar geográfico.

    Estos arabistas europeos, que tradujeron el “Rawd al-Qirtás” en varios idiomas, utilizaron los manuscritos y copias de bibliotecas a su alcance[iii], aunque presentaron dificultades en su labor por los problemas que tuvieron para traducir numerosos topónimos y antropónimos[iv]. Así, en el pasaje que nos interesa, existen controversias sobre dos topónimos: Wadi-Lakka (Guadalete) e Hisn al-Sajrat (Castillo de la Peña).


WADI-LAKKA (RÍO GUADALETE)

    Todos los textos árabes refieren que el tratado de paz fue firmado cerca del rio Guadalete, hidrónimo que unos autores traducen como tal al castellano y otros transcriben la grafía árabe en caracteres del alfabeto latino, es decir, “Wadi-Lekk” o “Oued Lekk”.

    Gayangos ya advertía en su traducción de al-Qirtás que en los escritos árabes aparece el hidrónimo como Guadaleque[v], y no Guadalete, del vocablo árabe compuesto وادي (wadi) y ليك (Lek o Leque)[vi]:

    Elías Terés[vii], gran especialista en hidronimia hispanoárabe ha estudiado los topónimos relacionados con el agua recopilados de los textos árabes sobre Al-Andalus, entre ellos Guadalete. El arabista señala que los autores árabes que hacen referencia a la Batalla del Guadalete en 711 escriben Lakka o Lakko. Otros autores árabes hacen referencia al río por otros motivos y circunstancias diferentes a la célebre contienda. Así Ibn Hayyan (siglo XI), alude al Wadi Lakka como un río de la  cora de Saduna. El geógrafo Al-Zuhri (siglo XII), aparte de la batalla del Guadalete, indica que el Wadi Lakka se encuentra al oriente de Cádiz, nace en las montañas de Takurunna y después de recorrer 40 parasangas desemboca en el Océano en Sant Bataru (Santi Petri). Yaqut (siglo XIII) señala que Qalsana estaba situada a 20 parasangas de Saduna (Medina Sidonia), en la confluencia de los ríos Nahr Lakka con el Nahr Bita (Majaceite). También Himyari (siglo XIV-XV) menciona la batalla y sitúa la ciudad de Qalsena cerca de la confluencia del Wadi Lakko con el Nahr Bita. Indica igualmente que un rio que pasa por Ronda tiene un curso subterráneo y cuando emerge se une con el Wadi Lakko.

Rio Guadalete (Wadi Lakko) y su afluentes Majaceite (Nahr Bita)

    Según Terés la forma Wadi Lakko evolucionó a partir del siglo XIII. Así Ibn Said (siglo XIII) alude al Wadi Lak, hermoso río que franqueaba Jerez. Pero será precisamente en el Qirtas donde Ibn Abi Zar menciona en reiteradas ocasiones a Wadi Lakk durante la 5ª campaña del emir Ibn Yusuf en la Baja Andalucía (1285). Terés opina que el autor incurre en errores pues el término Wadi Lakk que inserta en el texto en árabe, no siempre corresponde con el actual río Guadalete. Localiza dos pasajes en que Wadi Lakk se puede identificar con el río Guadalete. Pero en las demás incursiones benimerines, el río Wadi Lakk se sitúa en el itinerario de Jerez a Sevilla, entre al-Aqwas (Torre Alocaz) y Carmona. Elías Terés deduce que este Wadi Lak, dada su situación en el itinerario de Jerez en dirección a Sevilla, no es otro que el rio Guadaira, junto a Alcalá de Guadaira.

    En cuanto a las transcripciones castellanas que hacen referencia a la batalla del Guadalete, Teres Sádaba señala que Rodrigo Jiménez de la Rada (siglo XIII) en su obra De Rebus Hispaniae registra además de Guadalete, las formas Vadalac y Vedelac; en la Primera Crónica General (siglos XIII-XIV) aparece como Guadalet; en la Crónica de Pedro I (Siglo XV) como Guadaluete; y en otro documento del siglo XVI se cita como Bedalac.

    En cierta documentación castellana del siglo XIII, no alusiva a la batalla, el hidrónimo aparece escrito como Guadalec, Guadalet, Guadelac y Guadalaque. En estas transcripciones romanzadas alternan las terminaciones en -c y en -t finales. Ello se explica, según Menéndez Pidal, porque “el Arzobispo Don Rodrigo habría tomado de los textos árabes, traduciéndolos, el nombre que aparece escrito, según los códices, Vadalac o Vadelac, y como en la grafía antigua la -c y la -t son muy parecidas, otros leyeron en la obra del Arzobispo Guadalet, versión aceptada por la Primera Crónica General y divulgada por ello.[viii]

Terés Sádaba nos revela la evolución del término árabe Wadi Lakka/Lakko hasta el romanzado Guadalete. Más difícil es asimilar etimológicamente la identificación del Wadi Lakko, mencionado en la 5ª campaña de Abu Yusuf en Andalucía, con el río Guadaira (Wadi Ayra/Ira)[ix], que el arabista aragonés deduce por su ubicación geográfica en atención al itinerario seguido por los benimerines de Jerez a Sevilla. Aunque considera que en dos pasajes de al-Qirtás la ubicación del hidrónimo Wadi Lakk sí coincide con el actual río Guadalete. Cabe pensar que sean dos ríos distintos con un nombre parecido y que por errores en los traslados o copias del manuscrito original se transcribieran con la misma grafía.


HISN AL-SAJRAT (CASTILLO DE LA PEÑA)

    El lugar concreto donde firmaron el tratado de paz Sancho IV y Abu Yusuf, según al-Qirtás, fue el Castillo el-Sakhra o Hisn al-Sajrat, es decir, el Castillo de la Peña. Encontramos el topónimo con diferentes transcripciones/traducciones en las ediciones europeas de al-Qirtás:
  • Moura lo traduce como Sahara
  • Tornberg[x] y Baeaumier[xi], castillo el-Sakhrae
  • Gayangos[xii], Hisn As-sajrat
  • Huici Miranda, por su parte, traduce el topónimo como Castillo de la Fuente de la Peña
    En esta 5ª campaña de Abu Yusuf en la Baja Andalucía, Ibn Abi Zar hace referencia a dos topónimos que incluyen el término Hisn as-Sajrat, y que parece ser, se refieren al mismo lugar, pues se encontraba en el itinerario de Jerez a Sevilla: Hisn Ayn as-Sajrat, es decir, Castillo de la Fuente de la Peña, y Ayn as-Sajrat, Fuente de la Peña.

    El 16 de Mayo de 1285 el emir Abu Yusuf, desde el sitio de Jerez, envía a su hijo Abu Mutarrif a saquear tierras sevillanas. Cabalgó hasta Yabal Ibriz[xiii] (Montaña de Ibriz) para hacer la oración de medio día, continuó hasta la puesta de sol y dio pienso a los caballos a orillas del Wadi Lakk. Anduvo toda la noche y amaneció en Hisn Ayn as-Sajrat[xiv], donde se emboscó hasta media tarde. Cabalgó de nuevo con sus tropas hasta el anochecer, se detuvo para alimentar a sus caballos y continuó toda la noche amaneciendo cerca de al-Qal´a[xv] desde donde partieron 500 caballos hacia Sevilla para raziar sus campos.

    Para Gayangos “la Fuente de la Peña quizás sea Nuestra Señora de Layna, o la vega de Layna, junto al Guadalete. De al-ayn (la fuente) pudo fácilmente formarse Layna”. Por su parte Moura refiere que “Ain Sagra significa nascente do rochedo, donde nasce o rio Guadalete. Os Hespanhoes chamao Zahara oa tal castello”, en alusión a Zahara de la Sierra.

    El sábado 2 de Junio de 1285 el emir mandó a su hijo Abu Yacub a internarse con un importante destacamento en tierras sevillanas. Se dirigió hacia Yabal Ibriz donde alimentó a los caballos; de allí fue a al-Akwás[xvi], donde los musulmanes alabaron a Dios. Anduvieron de nuevo durante la noche hasta amanecer sobre Ayn Sajra[xvii]; allí descansaron y reanudaron la marcha a las tres de la tarde hasta que les anocheció en el Wadi Lakka. En su camino hacia Sevilla las tropas se dispersan en la oscuridad de la noche por la niebla y por el mal estado de los caminos. Tras reunir Abu Yacub la hueste, se puso en marcha y amaneció cerca del Guadalquivir. Atravesó el río y ordenó a los suyos correr y algarear la tierra dirigiéndose cada división a una comarca de los cristianos.

    Dada la ubicación de este topónimo en el camino de Jerez a Sevilla, entre Alocaz y el Guadalquivir, se puede decir que Hisn Ayn as-Sajrat y Ayn as-Sajrat, son el mismo lugar. Terés[xviii] localiza Ayn as-Sajra `Fuente de la Peña´ en la Hacienda de Zafra, a 5 km. de Alcalá de Guadaira; hipótesis que comparte Manzano Rodríguez[xix]:

“… esa Ayn as Sajra “Fuente de la Peña” a la que llegan inmediatamente después, ha de identificarse, según creemos, no con la lejana Zahara en la provincia de Cádiz, sino con la Hacienda de Zafra (topónimo que responde al étimo árabe Sajra), y que hoy es un caserío a cinco kms. y en término de Alcalá de Guadaíra…”

    Por su parte, el filólogo Juan Martínez Ruíz[xx] sitúa ‘ayn al-sajra' ‘fuente de la peña', en Arroyo Jara, entre el Guadalete y Alcalá dé los Gazules.

    Téres Sadaba[xxi] localiza igualmente el encuentro entre Sancho IV y Abu Yusuf en Hacienda de Zafra, próximo a Alcalá de Guadaíra, río que identifica con el Wadi Lakk:

“Todavía se cita una vez más a este rio en la obra de Ibn Abi Zar, con motivo de la paz que se concertó ese mismo año 684 = 1285, entre musulmanes y cristianos, hecho que tuvo lugar en Hisn as-Sajra [sic: الصخر ة con leve errata] situad cerca de Wadi Lakk. Es posible que esa Sajra sea Zahara, cerca del Guadalete; pero por los repetidos casos hasta aquí vistos en los que ese ‘castillo' o ‘fuente' de as-Sajra aparece relacionado con ese wadi, referido al Guadaíra, también hay razón para sospechar que esa paz pudo concluirse en el lugar hoy ocupado por la Hacienda de Zafra, en término de Alcalá de Guadaíra”.

    Llama la atención que en las dos menciones de este topónimo en el camino seguido por los benimerines desde Jerez hacia Sevilla se incluye el vocablo árabe ayn, es decir, fuente. Sin embargo, todos los arabistas que han traducido al-Qirtás sitúan el lugar del encuentro entre Sancho IV y Abu Yusuf cerca del Guadalete, en Hisn as-Sajra, es decir, Castillo de la Peña; excepto Huici Miranda que lo traduce como Castillo de la Fuente de la Peña, quizás por considerar que se trata del mismo lugar.

Hacienda de Zafra o de San José de Buenavista. Álcalá de Guadaira

    Pero si tenemos en cuenta que la Hacienda de Zafra está cerca de Alcalá de Guadaira y a escasos kilómetros de Sevilla, la ciudad castellana más importante, poblada y protegida militarmente del valle de Guadalquivir; es extraño que el emir de Marruecos se desplazase hasta dicho lugar y se expusiese a una posible ofensiva cristiana. Los más lógico es que el encuentro tuviese lugar en un entorno más seguro para el emir, situado en el margen izquierdo del Guadalete, más próximo a Algeciras y accesible a vías de comunicación que permitiesen una evacuación rápida; condiciones que cumpliría Peña Arpada, donde algunos autores sitúan el encuentro.

    El étimo árabe الصخرة«sajra» o «as-sakhra», se traduce como ‘peña', ‘roca' y por extensión ‘peña fortificada'. El mismo significado “habla de su esencial ubicación en la cima de altos escarpes rocosos; por ello no suelen presentar una gran extensión. Cabría considerarlos como recintos fortificados reducidos, de menor importancia y tamaño. Una muralla que en ocasiones no la circundaba totalmente, una torre y un aljibe constituirían sus elementales defensas. Su misión, generalmente, era la de meras torres almenaras o de vigilancia, por lo que hay que considerarlas como una derivación toponímica de las mismas; pero según los casos, el enclave concreto puede variar desde tener una guarnición temporal a ser de una relativa entidad concreta[xxii]”.

    Solían ser recintos naturales, de reducidas dimensiones, adaptados al relieve, apenas modificados y casi inaccesibles, que contaban con pocos elementos defensivos, una cerca irregular y algún aljibe, y servían de refugio temporal a guarniciones encargadas de vigilar puntos estratégicos[xxiii]. Así algunos autores opinan que las as-sajra “pudieron funcionar en la práctica a modo de atalayas, dada su elevada posición y el correspondiente dominio visual que de ello se derivaba[xxiv]”.


2. El Lugar de encuentro según las fuentes castellanas

    Los textos castellanos sitúan la reunión entre Sancho IV y el emir Abu Yusuf en un lugar cercano a Jerez, cuya denominación toponímica encontramos con ciertas variantes en las distintas fuentes, posiblemente debido a errores de transcripción o interpretación en los sucesivos traslados y copias de los manuscritos originales. Así, las diferentes variantes del topónimo que aparecen en las crónicas son: Peña Ferrada, Peña Farrada, Peña Farpada, Peña Harpada, Peña Farpida, Peña Farnida, Peña Forada, Peña Horadada y Peñafiel.

    Alfonso X inició un proyecto historiográfico con el objetivo de narrar la historia de la Península desde sus orígenes hasta su propio reinado, que se plasmó en dos versiones de la Estoria de España; aunque ambas quedaron inacabadas. A la muerte del Rey Sabio la actividad historiográfica castellana continuó en diversos centros de la Península, aunque no se conocen testimonios de crónicas desde 1284 hasta 1345 que hagan referencia a los reinados de Alfonso X, Sancho IV y Fernando IV. Sí existen cuatro crónicas distintas que narran los hechos de este periodo basadas en fuentes que hubieron de haberse redactado en estos años[xxv]:

  • Crónica de los reyes de Castilla de Jofré de Loaysa (+23-1-1308), cuyo propósito es continuar la De rebus Hispaniae de Rodrigo Jiménez de Rada en el punto en que éste la había dejado, desde el año 1241 hasta 1305, cuando reinaba Fernando IV. Escrita en romance, es traducida al latín para facilitar su enlace con la obra de Jiménez de la Rada, idioma en el que ha llegado hasta nosotros. En el fragmento donde se trata el tratado de paz entre Sancho IV y Abu Yusuf, no se menciona donde tuvo lugar el encuentro[xxvi].
  • *Historia hasta 1288 dialogada, segmento que forma parte de una compilación realizada en el siglo XV, conocida con el nombre de Estoria del fecho de los godos, de la que se conservan once manuscritos, aunque solo en siete se transmite esta crónica. La Historia dialogada narra los hechos de los reyes de Castilla de 1248-1288: Fernando III, Alfonso X y Sancho IV. Esta crónica ubica el encuentro entre Sancho IV y Abu Yusuf en Las Albuheras[xxvii] (Laguna de La Janda).
Las Albuheras. Mapa del Reynado de Sevilla» de Francisco LLobet (1748)
  • Historia en décadas (manuscrito 1342 de la Biblioteca Nacional de Madrid, datado en el siglo XVI)[xxviii], considerado como un resumen de los hechos de la Crónica de tres reyes. Este manuscrito sitúa el encuentro en Peña Horadada[xxix].
  • Crónica de tres reyes (CR3). Alfonso XI ordena redactar la crónica de los 3 reyes que le anteceden agrupadas en un solo manuscrito, como paso previo para narrar los hechos ocurridos bajo su mandato. Según Saracino, la C3R ha sobrevivido en 39 manuscritos, confeccionados entre los siglos XIV y XVI, aunque con un alto nivel de variación y contaminación. La Crónica de Sancho IV (CSIV), incluida en la Crónica de tres reyes, se atribuye a Fernán Sánchez de Valladolid y fue redactada entre 1340 y 1345.
    La CSIV se incluye en 38 de esos 39 manuscritos conocidos de la C3R que contienen total o parcialmente la crónica que narra los hechos del reinado del rey don Sancho. Hemos podido acceder a 35 crónicas digitalizadas de las 38, para comprobar con qué topónimo denomina cada una el lugar del encuentro entre Sancho IV y Abu Yusuf. Mi agradecimiento al profesor Pablo E. Saracino que tuvo la gentileza y la molestia de proporcionarme las copias de los manuscritos a los que no pude acceder en las Bibliotecas digitales.

· Real Academia Española. (A)

o A (E-6-5373). Siglo XV. Peña Forada. Pág. 7 r.


· Biblioteca Central de la Diputación Provincial de Barcelona (B)

o B (1159). Siglo XVI. Peña Farpida. Pág. 125 v.

 

· Biblioteca Capitular Colombina (Col)


o Col (84-7-34). Siglo XVI. Peña Farpida. Pág. 34 r.

 

· Biblioteca del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. (E)

o E1 (M.II.2). Siglo XV: Peña Foradada

o E2 (N.III.12). Siglo XV: Peña Farpada. Pág. 59 v.


o E3 (Y.I.5) Omite el encuentro entre los soberanos

o E5 (Y.II.15). Siglo XVI: Peña Foradada. Pág. 105 v.


o E6 (Y.III.11). Siglo XVI: Peña ¿Foranida? ¿Farnida?. Pág. 141 v.

 o E7 (Z.III.7). Siglo XV: Peña Forada. Pág. 87 v.


o E8 (Z.III.12), Siglo XV: Peña Foradada. Pág. 139 v.

· Biblioteca de la Real Academia de la Historia (H)


o H1 (9-4761). Siglo XIV. Peña Ferrada. Pág. 54 v.

 

o H2 (9-28-3-5509). Siglo XVI. Peña Forada. Pág. 76 r. 


o H3 (9-459). Siglo XVI. Comienza en el décimo año de reinado de Sancho IV

o H4 (9-458). Siglo XVI. Peña Harpada. Pág. 74 v. 

o H5 (9-457). Siglo XV. Peña Foradada. Pág. 160 r. 


· Hispanic Society (HS2)

o HS2 (B1498). 1400-1410. Comienza en 1293

 · British Library (L)

o L (Egerton 289). Siglo XV y XVI. Peña Forada. Pág. 312

 · Biblioteca Menéndez Pelayo (MP)

o MP1 (M-563). Siglo XIV: Peñafiel (Es considerada la crónica más antigua)

· Biblioteca Nacional de España. (N)

o N1 (642). Siglo XV: Peña Farpada. Pág. 99 v. 

o N2 (829). Año 1489: Peña Farpada. Pág. 64 r. 


o N3 (1342). Siglo XVI: Peña Horadada. Pág. 126 

o N4 (1775). Siglo XVI: Peña Forada. Pág. 155 v. 

o N6 (5775) Siglo XVI: Peña Ferrada. Pág. 181 r. 


o N7 (6410). Año 1550: Peña Ferrada. Pág. 134 


o N8 (7403). Siglo XVI: Peña Farpada. Pág. 318 

o N9 (9233). Siglo XV: Peña Farrada. Pág. 111 v. 

o N10 (10132). Siglo XV: Peña Farpada. Pág. 137 

o N11 (10195). 1440-1443: Peña Farpada. Pág. 75 

o N13 (10277). Siglo XV: Peña Forada. Pág. 84 v. 

o N14 (13002). Siglo XVI: Peña Harpada. Pág. 84 r. 

o N16 (7684). ¿Siglo XVI?: CSIV: ff. 1r-6v. Solo 6 folios, se inicia en décimo año del reinado Sancho IV

· Bibliótheque Nationale de Francia (P)

o P (Esp. 327). Año 1458: Peña Forada. Pág. 127 v.

· Biblioteca Universitaria de Salamanca (S)

o S1 (1742). Siglo XVI: Peña Ferrada. Pag. 51 r. 

o S2 (2091). Siglo XVI: Peña Farpada. Pag. 81 r. 

· Biblioteca de la Torre do Tombo de Lisboa (T)

o T (Livraria 1958). Siglo XV: Peña Farpada. Pág. 75

 

    Llama la atención la versión del manuscrito M-563 de la Biblioteca Menéndez Pelayo, considerado el más antiguo (siglo XIV), que registra Peñafiel, topónimo que no guarda analogía fonética ni en su raíz con las variantes de las otras crónicas. Ya advierte Saracino[xxx] que “aquellas zonas textuales en las cuales se acumulan topónimos y antropónimos es donde tienden a aglutinarse los errores de copia”, por dos razones: “la ignorancia del copista y la pretensión, del mismo copista, de ser capaz de aportar la versión correcta”. Así apunta que “solemos encontrar lugares en los cuales tenemos un considerable número de errores superpuestos o bien de lecciones, que en apariencia se nos presentan como correctas, a causa de su estabilidad en la tradición y no son más que el fruto de ‹‹lectiones faciliores››, es decir, el remplazo de un vocablo infrecuente por otro de mayor circulación. Si bien esto suele ser una práctica muy común en toda operación de copia, cuando se realiza en un topónimo se altera y se pierde el dato histórico”. Así es frecuente que el escribano no lea claramente el topónimo por no conocerlo o a causa de una grafía confusa o ilegible y sustituya el vocablo por otro, transmitiendo el error de una copia a las demás.

    La mayoría de los textos medievales no han llegado hasta el hoy en su forma original, sino a través de copias sucesivas. Los filólogos, con el objetivo de acercarse los más fielmente al manuscrito original, elaboran el llamado stemma codicum, un árbol genealógico de todos los testimonios o copias conservadas de una obra a partir de la comparación entre ellos y de la detección de errores de transcripción. El stemma es el cuadro genealógico de una o varias familias de manuscritos, fuentes de una misma obra. Los filólogos identifican los manuscritos pertenecientes a una misma familia por sus elementos característicos: mismos errores de transcripción, lagunas en el texto, por la inserción de pasajes o reconstrucciones, etc. Las diferencias que aparecen en el texto copiado solo pueden ser errores introducidos por el copista. El texto original se considera libre de errores, éstos surgen y se reproducen a causa de la contaminación de las sucesivas copias. El objetivo final del filólogo es reconstruir el manuscrito original perdido.

    En el stemma que propone Saracino en su tesis Doctoral, hemos insertado las variantes del topónimo que cada crónica registra indicando el lugar del encuentro entre Sancho IV y Abu Yusuf en 1285.


    Al analizar el árbol genealógico podemos observar cómo se corresponden las variantes toponímicas homónimas o que comparten el mismo lexema o raíz, con las distintas ramas familiares de manuscritos propuestas, es decir, se confirmaría la unidad de transmisión de las diferentes variantes del topónimo y la filiación de los manuscritos de cada grupo. Así en la familia S1 estaría por un lado Peñafiel en el manuscrito más antiguo conocido de la CSIV; y por otro lado, y pertenecientes al grupo S1-L, Peña Farpada/Harpada en una rama, y Peña Forada/Foradada en otra rama. Del tronco S2 surgirían la rama S3 con Farpada/Farpida/Farnida y la rama S4, con Farpada en el manuscrito E2 y Farrada/Ferrada derivados del hipotético manuscrito O. Ya advertimos anteriormente la discrepancia del término Peñafiel, del manuscrito más antiguo, con el resto de variantes toponímicas.

    Vemos como el término Peña Farpada se repite en numerosos manuscritos de la CSIV que proceden de la transmisión de copias de familias diferentes; ocupando algunos una posición de gran relevancia en las ramas superiores del stemma. Esto, unido a la existencia desde el siglo XIV de un lugar geográfico con el mismo nombre próximo al río Guadalete, como refieren las crónicas y otra documentación medieval, acreditarían que estamos ante el topónimo del manuscrito original.


    La crónica de Sancho IV vio la imprenta solo en dos ocasiones; por primera vez en 1554[xxxi] y posteriormente, en 1875[xxxii] ubicando ambas el lugar del pacto en Peña Ferrada. La edición de Rossel toma como base el manuscrito BNM 829 (N2), que trasmite el vocablo Peña Farpada; pero lo colaciona con 4 manuscritos de la Biblioteca de El Escorial, otro del Duque de Osuna y con el de Sebastián Martínez publicado en 1554, optando por el topónimo Peña Ferrada.


    Contamos con una edición crítica de la Crónica de Sancho IV realizada por Pablo E. Saracino[xxxiii], para cuya elaboración se basó en 6 códices: N10, N11-E3, MP1-HS2, E1, E2 y N2. Una edición crítica pretende acercarse lo más posible al texto primitivo, al original, eliminando los errores y las alteraciones de los copistas que hayan podido surgir con el tiempo. Saracino en esta edición sitúa el encuentro en “un lugar que dicen Peñafarpada” incluyendo en una nota las variantes del manuscrito MP1 (Peñafiel) y el del manuscrito E1 (Peña Foradada).

 Gaibrois[xxxiv], que maneja la crónica de Rosell de 1875 (basada en el manuscrito N2) sitúa el encuentro en Peña Cerrada, aunque inserta en una nota las diferentes denominaciones que dan al lugar otros autores:

Crónica[xxxv], pág. 72. dice que el lugar de reunión se llamaba Peña Ferrada; Ortiz de Zúñiga[xxxvi], Peña Cerrada; la Crónica[xxxvii], ms. citada. Peña Farpada y El Cartas[xxxviii], Hisn Abajra.

    Francisco J. Fernández[xxxix] ve más convincente que el encuentro entre Sancho IV y Abu Yusuf fuese en Peña Arpada, entre Paterna de Rivera y Alcalá de los Gazules:

  “La Crónica de Sancho IV también describe ese encuentro e identifica el lugar como ‹‹Peña Farpada››, hoy Peña Arpá, lugar próximo a Paterna de Rivera y situado aproximadamente a mitad de camino entre Sevilla y Algeciras. Por otro lado, el itinerario de Sancho IV contiene una laguna documental entre el 11 y 26 de octubre en la que encajan muy bien las vistas de Peña Arpá y el tratado del día 21.

 

Peña Arpada. Mapa Topográfico. MTN50 Minutas(1915-1960)

 

NOTAS


[i] DOMBAY, FRANZ VON: Geschichte der Mauritannischen Könige/Verf. von d. arab. Geschichtschreiber Ebül-Haßan Aly Ben Abdallah Ben Ebi Zeraa aus der Stadt Feß gebürtig. Aus d. Arab. übers., u. mit Anmerk. erl., von Franz ... Ibn-Abī-Zarʿ, ʿAlī Ibn-ʿAbdallāh. Agram, 1797. Pag. 372

[ii] TORNBERG, C. J.: Annales regum Mauritaniae a conditio Idrisadorum imperio ad annum fugae 726, ab Abu-l Hasan Ali ben Abd Allah ibn Abi zer̓ Fesano vel ut alii malunt, Abu Muhammed Salih ibn Abd el Halim Granatensi conscriptos ad librorum manuscriptorum fidem edidit, scripturæ varietatem notavit, latine vertit observationibusque illustravit. Upsala, 1843-1846. Vol. II. Pag. 317. Traducción al latín, junto con la edición.

[iii] Así Tornberg se valió de 9 manuscritos, Moura de 4 textos árabes, Beaumier de 2 códices. En Huici Miranda Págs. 7-13

[iv] MANZANO RODRÍGUEZ, Pág. 385

[v] GAYANGOS. Nota 2. Pág. 592

[vi] GAYANGOS. Nota 3. Pág. 599

[vii] TERÉS SÁDABA, E.: Materiales para el estudio de la toponimia hispanoárabe. Tomo I. Nómina fluvial. CSIC. Instituto Filología. Departamento de Estudios Árabes. 1986

[viii] TERÉS SÁDABA, : Pág. 358

[ix] Ayra/Ira es un nombre preexistente, de época prerromana, por tanto, no árabe.

[x] TORNBERG, Vol. II. Pag. 317.

[xi] Roudh el-Kartas : histoire des souverains du Maghreb (Espagne et Maroc) et annales de la ville de Fès ([Reprod.]) / trad. de l'arabe par A. Beaumier,... ; publ. sous les auspices du Ministère des affaires étrangères. à l'impr. impérialeà l'impr. impériale (Paris). 1860

[xii] GAYANGOS, Págs. 616-617

[xiii] Elías Terés opina que debe localizarse en zona próxima a Las Cabezas de San Juan.

[xiv] Todos los textos de los arabistas europeos, excepto Huici Miranda, coinciden en la transcripción del topónimo, Castillo de la Fuente de la Peña:

Tornberg (Pág. 304): castellum Ain el-Sakhrae
Dombay (Pág 355): Festung Ajnus Sachra
Baeaumier (Pag. 500) forteresse d'Aïn El-Sakhra
Moura (Pág. 392): Castello Ain-Sagra (a)
Gayangos (Pág. 602): castillo de - نع ةرخصلا Ayn-Assajra (b)
Huici Miranda (Pág. 653): Fuente de la Peña

[xv] Gayangos e Huici Miranda la identifican con Alcalá de los Gazules. Terés Sadaba piensa que al-Qal´a no es otra que Qal´at Yabir, la actual Alcalá de Guadaira.

[xvi] Huici Miranda lo identifica con Arcos de la Frontera y Elías Terés con Alocaz, donde existía un puente romano perteneciente a la Vía Augusta, que en la Edad Media se transformó en un puente fortificado de la Banda Morisca.

[xvii] Los diferentes autores que ha traducido al-Qirtás coinciden en la transcripción de la grafía árabe y cuyo significado es Fuente de la Peña:

Tornberg (Pág. 308): Ain el-Sakhrae
Dombay (Pág 362): Ajnus Sachra
Baeaumier (Pág. 507). Aïn el-Sakhra
Moura (Pág. 392): Ain-Assagra (Zahara)
Gayangos (Pág. 608): Ayn Sajra
Huici Miranda (Pág. 661): Ain al-Sajra

[xviii] TERÉS SÁDABA, Pág. 355

[xix] MANZANO RODRÍGUEZ, La 5ª expedición (684/1285). Págs. 101

[xx] MARTÍNEZ RUÍZ, J.: Toponimia gaditana del siglo XIII. CADIZ EN EL SIGLO XIII Actas de las «Jornadas Conmemorativas del VII Centenario de la muerte de Alfonso X el Sabio» CADIZ, 1983

[xxi] TERÉS SÁDABA, Págs. 356-357

[xxii] FRANCO-SÁNCHEZ F.: La toponimia árabe de los espacios viales y los espacios defensivos en Sax. Revista El Castillo de Sax. 2021. Pág. 36.

[xxiii]FERNÁNDEZ LÓPEZ, S.: Sobre aljibes hispano-musulmanes. Estudios de historia y arqueología medievales nº 07-08. . Universidad de Cádiz. 1987. Págs. 209-222

[xxiv] PALACIOS ONTALVA, J.S.: La fortificación islámica en torno a Toledo: terminología y toponimia. Al-Magreb y al-Ándalus en la Edad Media e inicios de la Edad Moderna, Homenaje al profesor Mohamed Cherif. Págs. 59-84. 2021

[xxv] SARACINO, PABLO E. “Las crónicas de Sancho IV : un indicio de la producción cronística durante los «oscuros» años posteriores a la muerte de Alfonso X”. Studia Hispánica Medievalia IX: volumen II: Actas de las X Jornadas Internacionales de Literatura Española Medieval y Homenaje al Quinto Centenario del Cancionero General de Hernando del Castillo. Buenos Aires, Universidad Católica Argentina, 24-26 de agosto de 2011

[xxvi] Crónica de los reyes de Castilla (1248-1305) par Jofré de Loaisa, ed. de Alfred Morel-Fatio en Bibliothèque de l’Ecole des Chartes, Tome 59 . 1898., pág. 350

[xxvii] Biblioteca Nacional de España. MSS/9559. Fol.187.

[xxviii] Saracino, Pablo E. “Las crónicas de Sancho IV : un indicio de la producción cronística durante los «oscuros» años posteriores a la muerte de Alfonso X”. Jornadas Internacionales de Literatura Española Medieval (10ª : 2011 : Buenos Aires)

[xxix] Crónica de los Reyes de Castilla [Manuscrito]: D. Alonso el Sabio o el X, D. Sancho el Brabo o el III, D. Fernando el IV, D. Alonso el XI. Biblioteca Nacional de España Mss/1342. Fol CIX vto. (112 vto.)

[xxx] SARACINO, P. E.: Algunos topónimos en la Crónica de Sancho IV: la ecdótica al rescate del dato histórico. VI Congreso Internacional de Letras | 2014 Transformaciones culturales. Debates de la teoría, la crítica y la lingüística. Págs. 1654-1660

[xxxi] HERRERA, Miguel de (ed.), 1554. Chronica del muy esclarecido principe y rey don Alfonso, el qual fue par de Emperador e hizo el libro de las siete partidas. Y ansimismo al fin deste libro va encorporada la Chronica del rey Don Sancho el Brauo, hijo deste rey don Alonso el Sabio. Valladolid: Sebastián Martínez. En esta publicación se sitúa el lugar del encuentro en Peña Ferrada. Pág. 130

[xxxii] Crónicas de los reyes de Castilla, desde Don Alfonso el Sabio hasta los católicos Don Fernando y Doña Isabel / colección ordenada por Cayetano Rosell. 3 vol. Biblioteca de Autores Españoles ; 61, 68, 70). Madrid : M. Rivadeneyra, 1875-1878. Toma como base el manuscrito BNM 829 (N2) Sitúa igualmente el encuentro en Peña Ferrada. Pág. 72 Tomo I.

[xxxiii] SARACINO, P. E.: Estudio y edición crítica de la Crónica de Sancho IV. Tesis Doctoral. Universidad de Buenos Aires, Facultad de Filosofia y Letras. 2009.

[xxxiv] GAIBROIS DE BALLESTEROS, Cap. III. En una mano el pan y en la otra el palo. Págs. 54

[xxxv] Crónicas de los reyes de Castilla ed. Rosell. Rivadeneyra. Madrid, 1875

[xxxvi] Annales eclesiasticos, y seculares de la muy noble, y muy leal civdad de Seuilla, metropoli de la Andaluzia: Que contiene sus mas principales memorias desde el año de 1246 ... hasta 1671 ... / formados por D. Diego Ortiz de Zuñiga. En Madrid : en la Imprenta Real, por Iuan García Infançon : a costa de Florian Anisson ..., 1677. Pág. 141

[xxxvii] Crónica manuscrita, copia del siglo XVI, existente en la Bibl. de la R. A. de la H. (II, 4-5). Debe hacer referencia al manuscrito H4 (9-458), él único de la RAH que registra Peña Harpada.

[xxxviii] El Cartas, noticia de los reyes del Magreb e historia de la ciudad de Fez por Aben Abi Zara, traducción castellana con prólogo y notas por A. Huici, Valencia, 1918

[xxxix] FERNÁNDEZ SÁNCHEZ, Pág. 709.