Todo pueblo atesora un conjunto de rasgos y peculiaridades que lo definen y lo diferencian de otros pueblos, que lo hacen singular y único. La historia, el paisaje, las tradiciones, los modos de vida, los personajes, las fiestas, la gastronomía... son algunos de estos elementos característicos que conforman la identidad de un pueblo, su esencia.
Esta identidad es el resultado de la interacción
de un colectivo humano en un espacio geográfico a lo largo de la historia. Es
un proceso evolutivo y siempre en construcción, que se nutre de múltiples
influencias internas y externas. La identidad no se pierde, se transforma y a
pesar del rechazo de parte de la población a los cambios, éstos se asimilan y
terminan incorporándose al acervo colectivo.
Los
elementos claves que definen la identidad de un pueblo son el factor humano, el
medio físico, la historia y la cultura.
El Territorio desempeña un papel relevante en
este proceso; el relieve, la fauna, la
flora, el paisaje, la geología, la hidrología, etc. influirán en la forma y
modos de vida de sus habitantes, en sus relaciones, en la explotación de los
recursos naturales, en el desarrollo económico, en las comunicaciones, en el
urbanismo, etc. Sin territorio no hay
pueblo.
Historia y patrimonio cultural
serán también factores de importancia capital en la construcción de la
identidad de un pueblo. Sin la memoria, sin el conocimiento del pasado, sin
elementos culturales distintivos no existe identidad.
Cinco siglos de historia han
generado entre los paterneros un poderoso vínculo de
pertenencia en torno a un Legado Cultural propio y común, que nos une y nos
distingue, más allá de la diversidad y diferencias que puedan coexistir.
La identidad de Paterna se ha ido
edificando principalmente en torno al medio rural; la dependencia
histórica de nuestro pueblo al sector primario de la economía (agricultura,
ganadería, caza, actividades recolectoras, extractivas, etc.) ha sido
determinante en las relaciones sociales de los paterneros y ha originado una
fuerte cohesión comunitaria.
Este
sentido identitario no se restringe solo a los propios paterneros, a él
se puede acceder por nacimiento, por arraigo generacional, por una prolongada
residencia, por una actividad profesional, etc.
Determinadas manifestaciones culturales se erigen como
elementos simbólicos o referentes de la personalidad de un pueblo o
comunidad. Los paterneros, de entre todo su vasto acervo cultural,
reconocen y asumen históricamente una serie de elementos con los que se
sienten especialmente identificados y representados. La Petenera, los
encierros callejeros, el toro del Aleluya, el cante flamenco, las aguas
mineromedicinales, los antiguos balnearios, la cría de caballos, sus edificios singulares
(iglesia, ayuntamiento, cementerio, posada,...), sus lugares emblemáticos
(Fuentecita, Visillo, Cortegana, Tajo, Silera,…), el carnaval, la artesanía
local (forja, navaja, palma, cantarería, etc.), la cacería, la gastronomía, la
romería, los productos de la tierra (caracoles, espárragos, tagarninas,
alcauciles…), los oficios y trabajos
tradicionales (garbanceras, arrieros, segadores, caleros,…), etc., entre
otros muchísimos, expresan y simbolizan la idiosincrasia de nuestro pueblo y su
gente y forman parte de una valiosa herencia cultural.
El objetivo de este Blog es dar a conocer, compartir y
divulgar la Historia y el Patrimonio Cultural de Paterna de
Rivera. Pretendemos también que sea un espacio abierto a la
participación, a las aportaciones de los paterneros que con sus
conocimientos, comentarios, vivencias,
recuerdos, fotografías, etc. contribuyan a valorar, preservar y promocionar
el rico y variado legado cultural de
nuestro pueblo.
En un
mundo cada vez más globalizado y en constante transformación el Patrimonio Cultural de
Paterna se presenta también como un excelente recurso económico, turístico
y social generador de desarrollo territorial.
Enhorabuena por la iniciativa, Juan.
ResponderEliminarLlevo una temporada queriendo tratar contigo un tema de nuestra historia. Ya lo veremos.
Un abrazo