miércoles, 8 de octubre de 2025

INTERVENCIÓN 650 ANIVERSARIO BATALLA DE GIGONZA (8-OCTUBRE-2021)


TEXTO ÍNTEGRO

  Señor Alcalde, Sres. concejales,  autoridades, vecinos y amigos. Buenas tardes y encantado de verles aquí.

   En primer lugar deseo expresar mi más sincero agradecimiento a BAÑOS DE GIGONZA y al AYTO.  DE SAN JOSE DEL VALLE por invitarme a participar en estas jornadas conmemorativas para hablarles de Gigonza.

 Es para mí un gran honor intervenir en este acto institucional con motivo del 650 aniversario de la Batalla de Gigonza; entendiéndolo no como la celebración de un suceso bélico, que evidentemente tenemos que valorar y juzgar en el contexto de su época, sino de un acontecimiento histórico que constata la relevancia de Gigonza y su  castillo  en la defensa del territorio fronterizo con Granada durante la Reconquista.  

 Antes permítanme hacer especial mención y un reconocimiento póstumo a Salvador Cantizano Pineda,  socio fundador de BAÑOS DE GIGONZA S.L.  que nos dejó hace ya un año y que, precisamente hoy, creo tenemos en la memoria muchos de los presentes. La familia Pineda consciente del potencial de Gigonza y las posibilidades de poner en valor y  explotar su extraordinaria riqueza patrimonial, acometió hace ya unos cuantos años el proyecto cultural, turístico y educativo que hoy es BAÑOS DE GIGONZA, todo un revulsivo turístico, cultural  y económico para San José del Valle y la comarca.

    Salvador era un entusiasta y apasionado de Gigonza que trabajó y se implicó de manera muy activa para que el proyecto familiar se materializase y tuviese éxito.

************

    Desde la prehistoria Gigonza constituyó  un enclave perfecto para el asentamiento de núcleos de población gracias a su estratégico emplazamiento y la abundancia de recursos naturales. De posible origen celtibero, tenemos constatada la presencia en este sitio de una población indígena turdetana, que opuso fuerte resistencia a Roma y fue asediada infructuosamente por el cónsul Catón en el siglo II a.C. Tras ser sometida por la fuerza, pasa a ser una ciudad romana estipendaria, Saguntia, perteneciente en el siglo I al convento jurídico de Gades. Es citada por Tito Livio, Plinio, Ptolomeo y el Anónimo de Rávena y constituye una de las estaciones o mansiones de la calzada romana secundaria que unía Hispalis con Asido. En época visigoda Sagontia destaca por ser una importantísima fortaleza situada en territorio bizantino que será conquistada por el rey visigodo Witerico en el 607. Durante la dominación musulmana es nombrada por las fuentes árabes como Siguntsa. Perteneciente a la cora de Sidonia; es un distrito castral  del  que dependen varias alquerías bajo el control de una fortificación (hisn), que se encuentra emplazado en el camino que  comunica el Estrecho de Gibraltar con el Valle del Guadalquivir, transitada por  las huestes musulmanas en sus campañas militares por la zona y donde incluso acampa el ejército omeya en sus expediciones contra el rebelde Ib Hafsun.

Hispania Veteris pars Occidentalis  Orientalis 1649

    La Batalla de las Navas de Tolosa en 1212 supone el comienzo del desmoronamiento del imperio almohade. Con la toma por Fernando III en 1248  de Sevilla, la plaza musulmana más importante de la Baja Andalucía, se inicia la Reconquista del valle del Guadalquivir. En los sucesivos años se irá incorporando al territorio cristiano el resto de ciudades del valle de Guadalete por medio de pactos. Pero la revuelta mudéjar de 1264 obliga a  Alfonso X a conquistar por las armas de manera definitiva toda la zona de Guadalete y expulsar a todos los musulmanes. Como consecuencia, toda la comarca queda prácticamente despoblada, estableciéndose una extensa zona fronteriza entre las posesiones castellanas y el reino de Granada, que estuvo vigente durante dos siglos y medio.

    A partir de entonces las nuevas tierras conquistadas estarán expuestas a la amenaza  por un lado de los musulmanes de reino de Granada, y por otro de los meriníes del norte de África que tras cruzar el estrecho desembarcan en Algeciras o Tarifa  para adentrarse en territorio gaditano.

    Para consolidar los territorios conquistados y garantizar su defensa, Alfonso X llevará a cabo una política de repoblación de efectivos humanos repartiéndoles bienes, casas y tierras. En Arcos de la Frontera, el monarca otorgó a su concejo en 1264 los mismos términos que había tenido en tiempo de los moros. A la jurisdicción de Arcos pertenecía entonces la alquería de Gigonza, que fue concedida, junto a otras posesiones, al Almirante  D. Pedro Martínez de Fee, jefe de la flota castellana.

    Durante estos años Gigonza  estará en primera línea fronteriza, expuesta a las razzias norteafricanas de los meriníes  que asolan una y otra vez las ciudades, aldeas y campos del  valle del  Guadalete. La inestabilidad e inseguridad de la zona, será el motivo por el que el rey Sancho IV hiciera en muy pocos años (1282-1289) donación de Gigonza a sucesivos  propietarios: Orden de Calatrava, escribanos del rey, Diego Pérez de Fe y Diego Pérez. Ello nos hace pensar en la situación de abandono en que se encontraba Gigonza debido a las razias meriníes de 1275 a 1285.

   A principios del siglo XIV la estratégica fortaleza de Tempul es conquistada por las tropas castellanas. Castillo y término de Tempul serán cedidos por el monarca a la ciudad de Jerez en 1313. Para permitir la continuidad del término de Jerez con el de Tempul, la franja del término de Arcos que se interponía entre ambos y al que pertenecían las tierras de Gigonza, fue cedida a la jurisdicción jerezana. Pasaba la aldea de Gigonza a estar integrada desde principios del siglo XIV en el término de Jerez.

    Por el amojonamiento del término de Tempul concedido a Jerez en el privilegio de 1313 conocemos una serie  de datos descriptivos  sobre Gigonza y su entorno. Así se cita  Gigonza la Vieja, en referencia a las ruinas de la antigua Saguntia; diferenciándola de una asentamiento más moderno. Menciona así mismo  el camino de Arcos a Alcalá, que trascurría por Gigonza. Aparece el arroyo de la fuente de Gigonza, donde se emplazarían los molinos de agua; y el arroyo de la salina,  que recibía el agua de los manantiales minerales que afloran en Gigonza. También se nombra la cantera de Gigonza, de la que se obtendría la materia prima para la actividad edilicia y piedras de molino. Sin embargo no se nombra el castillo, por lo que podríamos deducir su edificación posterior.

    Probablemente la torre de Gigonza fue construida en el primer tercio o a mediados del siglo XIV, dada las analogías y similitudes arquitectónicas (dimensiones, material constructivo, el zócalo de cimentación, las bóvedas vaídas de sillares, el motivo decorativo de sus puertas, etc.) con las torres de Lopera, Aguzaderas, el Águila o Gandul, edificadas en dicha época en la campiña sevillana.

   La amenaza constante de las correrías de granadinos y norteafricanos obligó a los monarcas castellanos, desde el siglo XIII, a reforzar esta franja fronteriza mediante la construcción de torres, castillos y otras fortificaciones organizadas en un complejo sistema defensivo y ofensivo formado por tres líneas defensivas:

1.   Gigonza junto al Castillo de Tempul constituyen las plazas fuertes más avanzadas y expuestas del vasto término de Jerez formando la primera  línea defensiva junto a otros castillos como los de Benalup, Torrestrella y Lascuta.

2.    Una segunda línea la formaban Alcalá de los Gazúles, Medina Sidonia y Arcos que cerraban el paso hacia Jerez como primera resistencia seria en caso de agresión.

3.    La tercera línea de defensa será la ciudad de Jerez de la Frontera, que se erige en la plaza estratégica más importante de la retaguardia, alejada de la frontera y más segura,  ciudad base que se abastecía a los castillos y fortificaciones avanzadas.

Estructura defensiva de las tierras gaditanas en 1350 (García Fernández, M. 1989)


    Bartolomé Gutiérrez refiere que en el año 1320 el Cabildo de Jerez procuraba mantener los castillos y torres que había en despoblado donde había muy buenas fortalezas, refiriendo que la de Gigonza era "invencible por su  espacioso fortalecido parage y construcción".

   Con la victoria de la Batalla de Salado en 1340 y la toma de Algeciras en 1344 los castellanos controlarán el paso del Estrecho de Gibraltar y cesará definitivamente el peligro meriní del norte de África. Pero la amenaza de las incursiones musulmanas no acabará; desde las villas serranas del reino de Granada, sobre todo desde la serranía de Ronda, los nazaríes hostigarán continuamente los campos y posiciones cristianas. 

Eran ataques sorpresas, de corta duración, lejos de sus enclaves de origen, que tenían por objetivo la obtención de un botín (ganados, armas, bienes o cautivos para el negocio esclavista), hacer el mayor daño posible a las cosechas y generar miedo e inseguridad a los cristianos para impedir una ocupación efectiva del territorio. Por ello, los asentamientos cristianos tenían que estar próximos a castillos, torres o ciudades fortificadas donde refugiarse la población con el ganado ante las correrías musulmanas.

A mediados del siglo XIV nos encontramos que Gigonza es propiedad de Mayor Rodríguez de Quadros casada con Juan Rodríguez Sotomayor e hija de Juan Arias de Quadros, señor de Espera. Al morir sin hijos Mayor Rodríguez, dejó sus propiedades, entre las que se encontraba la Torre de Gigonza, así como los derechos sobre la herencia de su padre a su marido Juan Rodríguez de Sotomayor. Esto motivó un pleito con su cuñado Alfón Arias de Quadros por la mitad de Espera y las aceñas Arcos y Gigonza. Ante la sentencia favorable a Juan Rodríguez en Octubre de 1350, los familiares de su mujer montaron en cólera y lo asesinaron en la torre de Gigonza en 1351. Su cuñado Alfón Arias de Quadros, usurpará por la fuerza la cuantiosa herencia a su hija Marina Gonzalez. En 1352 Pedro I ordenó que dichos bienes le fuesen devueltos a Marina González, pero no fue obedecido. Entre 1382 y 1387 Marina González de Sotomayor interpuso un nuevo pleito que ganó, así como las cuatro apelaciones sucesivas, con sentencia final el 2 de Agosto de 1384.

    En este contexto y escenarios se producirá la Batalla de Gigonza. Sabemos de esta acción bélica de los caballeros jerezanos gracias al denominado “Libro del Alcázar”, un manuscrito del siglo XVI que se conserva en la Biblioteca Municipal de Jerez de la Frontera.

    Aunque el manuscrito no refiere cuanto tuvo lugar la batalla, Bartolomé Gutiérrez en su Historia de Jerez,  fija la fecha en el año 1371.  Si tomamos al pie de la letra los datos que ofrece la crónica quizás la batalla hubo de producirse unos años antes. Relata la crónica que Jerez estaba constantemente  amenazada por las frecuentes correrías de los musulmanes; por un lado por tierra, desde el reino de Granada, excluyendo a Jimena y Algeciras pues habían sido castigadas por las tropas cristianas ocasionándoles grandes daños. Y por otro lado y muchas veces, allende el mar, desde África cruzando el estrecho, tocando tierra en Gibraltar o Algeciras y cabalgando hasta las mismas puertas de Jerez.  Y relata el cronista como en una de estas acciones un gran número de moros a pie y a caballo (4000 especifica mas adelante) procedentes de África y del reino de Granada entraron en el término de Jerez y lugares comarcanos  corriendo y robando los campos.

    Sí tenemos que tener en cuenta  que, como se ha dicho antes, las amenazas de los meriníes desde el norte de áfrica cesaron tras la batalla del Salado en 1340 y la toma de Algeciras en 1344, la acción bélica en Gigonza con granadinos y meriníes  hubo de producirse antes de 1344.

    Pero entrando en los detalles de la batalla, los caballeros jerezanos debieron advertir la presencia de los musulmanes en sus campos gracias al sistema de torres vigías y fortalezas desplegadas en enclaves estratégicos  por el vasto término  de Jerez. Estas torres  estaban interrelacionadas unas con otras ópticamente y en ellas estaban establecidos, según Bartolomé Gutiérrez, castellanos con su guarnición” que “hacían sus velas de noche y de día,  dando avisos unas a otras con mechones y ahumadas o espejos cada vez que había entrada de moros. Gigonza estaría enlazada  visualmente con la Torre del Esparragal, la antigua torre árabe de Torrecera, Peña Arpada y Torre del Sotillo.

    Conocida la amenaza en Jerez, los caballeros son llamados a toque de campana. Bajo el pendón de la ciudad se  reúnen 300 caballeros y sus peones y parten con sus trompetas y tambores con mucho orden y cuidando la formación. Aclara el cronista que partieron de una  manera diferente a la que solían, a buen paso y no corriendo para que los caballos estuviesen descansados  y juntos en el encuentro con los moros. Los jerezanos alcanzan a la algarada  en Gigonza,  5 leguas de Jerez, con un considerable  botín obtenido de toda la comarca.  Al verlos los caballeros jerezanos mandan tocar sus trompetas y tambores y, encomendándose a Santiago, patrón de España,  acometen con  sus lanzas bajo el brazo a los moros. Durante el enfrentamiento que se alargó hasta la noche,  los jerezanos pelearon tan “varonilmente”, según la crónica,  que provocaron la huida de los moros, arrebatándoles todo el botín. Tras una encarnizada lucha las tropas jerezanas mataron a más de 1.000 musulmanes, cautivaron a unos 1.100 y lograron escapar más de 2.000 huyendo hacia la sierra entre las breñas. Por la parte de los jerezanos hubo muchos heridos  y algunos muertos, no especificándose su número. 

    Así se desarrolló la llamada Batalla de Gigonza en la que llama la atención que 300 caballeros jerezanos con sus peones, de los que el texto no da su número, vencen a más de 4.000 árabes, matando a más de mil y apresando a otros mil. Esta gesta en Gigonza trascenderá como una de las grandes batallas de la historia medieval jerezana, junto a otras hazañas de los caballeros jerezanos.

    La Batalla de Gigonza quedó plasmada también en un preciso y detallado grabado que se conserva en la Biblioteca Municipal de Jerez, que es el que aparece en el programa de mano  publicitario de estas jornadas. El grabado nos ofrece una preciosa información sobre cómo era Gigonza a finales de la Edad Media. Destacan los detalles sobre la fortificación, con la torre y la cerca, el escudo de los Pérez de Gallegos en la puerta, y la infraestructura hidráulica (fuente, pilar, canal, presas, molinos), que abastecía de agua a los habitantes de la dehesa, a los ganado, las huertas y los molinos harineros, el arroyo de los molinos, la sierra de Gigonza,  el canchal, etc.

Grabado Batalla de Gigonza. Biblioteca Municipal de Jerez

    Parece ser que durante los siglos XIV y XV, con objeto de conmemorar las hazañas victoriosas  de los caballeros jerezanos durante la Reconquista, se mandaron pintar frescos en diferentes edificios emblemáticos de Jerez, como las Casas Capitulares, la casona del corregidor, Puerta del Real, etc.    

Escudo Pérez de Gallegos
Con el paso del tiempo los frescos se fueron deteriorando y un descendiente de uno de aquellos caballeros jerezanos ordenó se hicieran copias de las mismas para posteriormente pintarlas en lienzos y perpetuar así los hitos históricos más importantes de los jerezanos durante la reconquista. Bartolomé Gutierrez en su Historia de Jerez hace referencia a que 11 grandes lienzos se exhibían en el salón principal de la casa de Juan de Gallegos, posiblemente un descendiente de Gonzalo Pérez de Gallegos, dueño de Gigonza a partir 1513.

    Las incursiones de los nazaríes  desde  Ronda se seguirán produciendo hasta la toma de Granada en 1492. En ocasiones irrumpirían en la misma Gigonza, como en marzo de 1427 en que varios ganaderos se quejan al concejo de Jerez por robos de sus ganados por los moros. Fue además en este periodo el Castillo de Gigonza lugar de descanso, refugio y punto de encuentro desde donde los caballeros jerezanos organizan expediciones y cabalgadas cristianas hacia tierras granadinas Así por ejemplo  en Abril de 1457 una milicia formada por el corregidor y la mayoría de los regidores y jurados Jerez solicitan al cabildo manden más contingentes de hombres y se unan a ellos en Gigonza, en cuya fortaleza estarían refugiados y desde donde llevarían a cabo la ofensiva.

Y para finalizar sólo un apunte anecdótico. El lugar donde se fundó en 1695 el Convento de los Carmelitas Descalzos de San José del Valle, del que solo se conserva esta Iglesia Vieja, edificio en el que encontramos, era conocido como Paraje de la Teja y Boca del Valle. Precisamente en el siglo XV hasta la Boca del Valle suelen llegar y quedar con frecuencia  los caballeros en sus expediciones por estas tierras, como punto de entrada a la sierra. 

Muchas gracias por su atención y espero que  disfruten de las actividades conmemorativas organizadas este fin de semana.

 

 


miércoles, 1 de octubre de 2025

TIERRAS DE LA PETENERA

NOTICIERO UNIVERSAL. 29 de Junio de 1960

Precioso artículo dedicado a Paterna y la Petenera del dramaturgo madrileño José M.ª Rodríguez Méndez publicado el el periódico barcelonés Noticiero Universal en 1960