sábado, 1 de febrero de 2014

"Paterna se muere de hambre". La grave crisis de trabajo de 1935

Artículo publicado en la Revista "El Alcaucil" nº 39.  Septiembre 2004. Paterna de Rivera (Cádiz)
  
La calamitosa situación que desde muchos años padecían los jornaleros de Paterna vino a agudizarse en la primavera de 1935 ante el pavoroso problema del paro: los paterneros pasaron hambre. Relatamos aquí los hechos recogidos por el diario conservador  La Información” de Cádiz, y la campaña iniciada en la capital para socorrer a las familias de los obreros. Destacó  la figura de D. Elías Ahuja, el generoso filántropo siempre recordado por nuestros mayores y que tanto hizo por Paterna y sus vecinos en tan angustiosos días. 

Paterna, un pueblo de jornaleros 


            Entrado el siglo XX, la práctica totalidad de la masa obrera de Paterna, como pueblo agrícola que era desde su fundación, trabajaba en las labores propias del campo; solo una minoría de pequeños propietarios cultivaban sus propias fincas. La reducida extensión del término municipal de Paterna hacía imposible emplear a todos sus jornaleros, obligando a la abundante mano de obra existente a buscar trabajo en los términos colindantes, con la conflictividad que ello acarreaba con los obreros de dichos municipios, donde se concentraban grandes latifundios en los que extensas superficies de tierra no eran cultivadas.  La mayor parte de los labores agrícolas se concentraban en unos pocos meses del año -siembra y siega fundamentalmente- dando lugar a largos periodos de desempleo en los que el obrero se buscaba la vida como podía –espárragos, tagarninas, carbón, cacería, etc-, hecho que se agravaba aún más durante los años de lluvias o sequía. Por otro lado, era habitual que durante la siega los patronos contratasen mano de obra más barata de otras provincias que desplazaban a los jornaleros locales. Todo ello aumentaba la precariedad laboral (bajos sueldos, trabajo de sol a sol, etc.) y daba lugar a que los jornaleros viviesen en unas condiciones de vida infrahumanas: miserables vivienda, alimentación insuficiente, frecuentes enfermedades, falta de vestimentas y calzado, analfabetismo, etc.
            Ante el desamparo en que habitualmente quedaban las familias  paterneras cada año, el ayuntamiento se veía obligado a socorrerlas con los escasos recursos con que contaba, bien emprendiendo obras públicas, lo que no daba para mucho, bien, cuando la situación empeoraba, dando socorros de pan; y, en último extremo, haciendo impopulares derramas recaudatorias entre los contribuyentes más pudientes.
            La calamidad, como consecuencia de la falta de trabajo, fue una constante durante los siglo XIX y XX  entre la población de Paterna siendo un problema que los gobernantes locales afrontaban con impotencia y desesperación ante la precariedad económica de las arcas municipales y la cortedad de un término municipal, insuficiente para absorber tanta mano de obra.
            Esto hizo que en Paterna floreciese un importante y reivindicativo movimiento obrero anarco-sindicalista que tuvo su origen en la Revolución de 1868, tras las visitas propagandísticas de Fermín Salvochea a nuestro pueblo, donde rápidamente arraigaron sus ideales revolucionarios y  movilizó a los partidarios más adeptos.

Las esperanzas de la II República 


            La llegada de la II República el 14 de Abril de 1931, supuso grandes esperanzas para la mayor parte de la población española, sobre todo para la masa trabajadora que  esperaba mejorar sus penosas condiciones laborales, sociales y económicas. Pronto se emprendió una legislación reformista decretándose en las primeras semanas de gobierno una serie de leyes (Ley de Términos Municipales, Ley de Laboreo Forzoso, creación de Jurados Mixtos) encaminadas a mejorar el escenario laboral en el campo.
            Sin embargo las ilusiones puestas en la República se desmoronaron rápidamente, las medidas emprendidas no surtían efecto y los jornaleros se desesperaban. El panorama del paro obrero era alarmante dándose en estos años cotas de desempleo nunca vistas dada la crisis económica mundial que se arrastraba desde el crack de 1929.
            La legislación progresista de la República, que dio al trabajador mayor protagonismo,  trajo consigo una reactivación del movimiento obrero. Los trabajadores,  agrupados en torno a los sindicatos, llevarán a cabo una reivindicativa lucha por las mejoras laborales, lo que condujo a una mayor conflictividad social y riesgo de altercados públicos.
En Paterna la mayoría de los trabajadores se agruparon en torno a dos grupos anarquistas: el faista “Libre Examen”, más radical, con unos 10 miembros, y la cenetista “Asociación Campesina Cultural”, que en  junio de 1931 contaba con 500 afiliados.

            La situación empeoró con la llegada al gobierno de los partidos derechistas tras las elecciones del 19 de Noviembre de 1933, que llevaron a cabo una política conservadora derogando la mayor parte de las leyes reformistas del bienio anterior, lo que provocó un agravamiento de las condiciones laborales y llevó a un periodo de huelgas y movilizaciones.
            Tras los graves sucesos de Octubre de 1934 (insurrección obrera de Asturias), el Gobierno derechista disuelve todos los ayuntamientos izquierdistas y nombra gestoras con personas de matiz conservador. En Paterna el gobernador civil de la provincia, D. Luis Armiñan Odriozola, nombrará el 9 de Octubre una gestora a cuyo frente estará como alcalde Manuel Barroso Benítez. Así mismo clausurará en la provincia todas las sedes de las asociaciones obreras y de partidos políticos de izquierdas, y prohibirá los actos públicos, manifestaciones, mítines, etc. En Paterna se clausuraron el partido Izquierda Republicana hasta el mes de julio de 1935, y la cenetista Asociación Campesina Cultural, que estuvo cerrada más de un año, hasta el 15 de Noviembre de 1935.
Manuel Barroso dimitiría a los dos meses, el 28 de Diciembre, fundándose en los “muchos  prejuicios que el cargo le ocasiona”. Dos días después ocuparía el cargo Manuel Orihuela Ríos, pero el 16 de enero de 1935 varios concejales piden su confirmación mediante votación, siendo elegido por mayoría de votos otra vez Manuel Barroso Benítez, que permanecerá hasta Octubre de dicho año. La gobernabilidad del pueblo durante 1935 fue difícil para los munícipes ante la gran crisis obrera; solo se celebraron sendos plenos capitulares en Marzo, Abril y Mayo de 1935, meses en que la situación era más angustiosa, y quedaba patente los temores de altercados y desordenes públicos.

La crisis de trabajo de 1935 en Paterna 


            El año 1935 comenzaba en la provincia de Cádiz con una tremenda crisis de trabajo. Paterna, por sus peculiares circunstancias y características, acusaría más que ningún otro pueblo la grave situación laboral que con los meses se transformaría en un serio problema de subsistencia para el vecindario, llegando a tomar tintes de verdadero dramatismo entrada la primavera: la miseria y el hambre se apoderarían de nuestro pueblo.
El 27 de Marzo de 1935 el Ayuntamiento informaba por medio de un telegrama al Gobernador Civil del  pavoroso paro obrero que desde que se concluyeron las faenas de verano se hallan completamente parados y hambrientos los 1000 obreros todos agrícolas que existen en esta población debido principalmente a la escasísima extensión de este término municipal”. (AMP. Libro Registro de Salidas nº orden 303). El 10 de Abril se le comunicaba al Delegado Provincial de Trabajo las cifras de paro en Paterna: Paro total: 835, Paro parcial: 40, Trabajando:25. (AMP. Libro Registro de Salidas nº orden 333). 
 
Transcurrían los días y, sin trabajo ni recursos con que socorrer a los trabajadores, la crisis obrera fue agravándose de tal manera que algunos labradores propietarios del pueblo, conmovidos por la situación de autentica calamidad de las familias paterneras, hicieron donaciones de trigo y garbanzos para que pudiesen alimentarse. (AMP. Libro Registro de Salidas nº orden 349). El 22 de Abril una comisión compuesta por el alcalde Manuel Barroso Benítez, los concejales Francisco Téllez Sánchez y Francisco Gallo de la Vega, D. Baltasar Díaz Coca, D. Francisco García y el secretario del ayuntamiento D. Federico Villagrán y Galán, se trasladó a Cádiz a visitar al Gobernador Civil para darle cuenta de la alarmante crisis. (Diario “LA INFORMACIÓN” 27-Abril-1935). Para facilitar trabajo y socorros a las familias, el Gobernador haría gestiones ante un rico filántropo gaditano que había hecho fortuna con negocios en América: D. Elías Ahuja y Andría. Pero había pasado prácticamente todo el mes de Abril y, no solo no se vislumbraba soluciones, sino que la cosa empeoraba aún más.

La denuncia de un anónimo periodista en el Diario “La Información” de Cádiz 


            Afortunadamente para nuestros vecinos, a finales de Abril un periodista de Cádiz visitaba de forma casual Paterna y en el poco tiempo que estuvo, tan solo una hora, se hizo eco de la desolada situación de un pueblo al que la falta de trabajo le había arrastrado al hambre. A tal punto quedó impresionado y conmovido dicho periodista, cuyo nombre desgraciadamente ignoramos, que el 25 de Abril en el Diario “La Información” de Cádiz, y bajo el pseudónimo “X”, en un artículo titulado “Paterna se muere de hambre” denunciaba la espantosa calamidad y miseria de nuestro pueblo y sus vecinos.  (Diario “LA INFORMACIÓN”25-Abril-1935) 
 
            Dos día después, el sábado 27 de Abril, en el mismo periódico aparecía otro artículo titulado “Una limosna para Paterna”, firmado por D. Manuel Barberá Saborido, cura párroco en Paterna desde hacia 4 años y colaborador habitual del periódico sobre temas de carácter religioso. Agradecía el cura al “simpático periodista” que diese a conocer la amarga realidad de Paterna “porque hacía falta que la provincia se enterara de lo que ocurre en esta”, añadiendo, “y ahora de que se enteren y sepan que es mucho más tétrico y terrible el cuadro que ofrecen estos campesinos hambrientos y desesperados”. Refería haber agotado sus cortos ahorros en limosnas ofrecidas a los pobres que diariamente se presentaban a su puerta desde que llegó a Paterna. Los pocos pudientes del pueblo que habitualmente ofrecían sus limosnas tampoco podían continuar su caritativa labor, la plaza de abastos llevaba 15 días vacía, el agua potable igualmente escaseaba pues los pozos estaban casi agotados por la sequía. Hasta que no comenzasen las faenas de recogida de las mieses en el campo, que emplearan a los obreros parados, no cabía más que una solución, “y es ella que como el hambre no espera, se dé pan, aunque solo sea pan”. Hacía finalmente un llamamiento a los lectores, apelando a su sentimiento católico, para que enviasen cuanto antes un limosna que aliviasen el hambre en Paterna, por medio del Director de “La Información”, o bien al Alcalde o al  Párroco de la villa. (Diario “LA INFORMACIÓN”27-Abril-1935)
 
            No solo Paterna sufría las consecuencias del paro, muchos otros pueblos de la provincia también supieron de calamidades, pero los más afectados en estos meses fueron nuestro pueblo y Trebujena. 

La triste realidad de un pueblo sin trabajo 


De la siguiente forma describía un periodista de “La Información” el estado en que se encontraban nuestro pueblo en la primavera de 1935 (Diario “LA INFORMACIÓN” 4-MAYO-1935):   

“... Paterna tiene unos 3.200 habitantes, unos 800 vecinos, aproximadamente. Aquí todos son obreros, a excepción de un pequeñísimo número de pegujaleros. Unos 57 propietarios, si así puede denominarse a los que poseen un fanega de tierra. Uno de los orígenes, el principal seguramente, de la crisis  que se atraviesa, es la pequeñez de nuestro término municipal, que empieza con la primera casa y termina en la última del pueblo. En este pueblo no existe medio de vida alguno: ni campo, ni industria, ni comercio, ni nada. Hace quince días que no hay mercado. Los obreros de Paterna son 938 y de ellos 864 completamente indigentes. Estos braceros nuestros, cuando trabajaban, y hace nueve meses que no ganan ni un jornal, lo hacían en los campos de Jerez, Arcos, Alcalá y otros pueblos próximos. Decimos cuando trabajaban, porque ahora ni en esos ni en otros términos municipales estos campesinos encuentran ocupación. Así es que son poquísimos los que pueden mantenerse. Somos nosotros –exclama el doctor Morillo- y apenas podemos vivir con gran escasez.    El municipio ha venido repartiendo diariamente unos trescientos kilos de pan entre 170 0 180 familias, contando con algunos donativos recibido; pero ya nos hemos quedado sin una sola peseta. Para que se den ustedes idea –dice el alcalde y secretario- de la mísera forma en que se desenvuelve este Ayuntamiento, hemos de decirles que única y exclusivamente tiene el ingreso que proporciona el impuesto de consumo y éste no puede ser más pobre. Una muestra: el presupuesto municipal es de 45.000 pesetas y al presente tenemos un déficit de 18.000. Esta precaria situación hace que no se paguen sus sueldos ni de los médicos ni al secretario.
 
Detalles emocionantes que revelan la tragedia de este pueblo. No hay en España población tan pobre como Paterna
En este relato que la autoridad nos va haciendo de los infortunios que el pueblo viene soportando resignadamente, se habla de sucedidos que causan verdadero horror.  Un pobre campesino que después de un penoso y largo recorrido por el campo llegó a encontrar una pequeña carga de leña, al transportarla, lleno de contento a su casa, cayó desmayado en plena calle, agobiado bajo el peso de una enorme debilidad. Otro vecino, cabeza de numerosa familia, que salió una mañana con escopeta y solo dos cartuchos en busca de alguna caza que le permitiese llevar alimento a los suyos no pudo regresar con la caza anhelada hasta cuarenta y ocho horas después, tropezando entonces, para colmo de sus desdichas, con que nadie quería ni podía adquirir el conejo con tantos esfuerzos logrado. Por fin, el alcalde, compadecido, lo compró. Tan tristes como éstos, nos contaron muchos otros casos.
   Por las noches, ante la amarga perspectiva de acostarse sin haber llevado el mas pequeño bocado a la boca durante todo el día, los padres acuden a las casas en busca de algo que les haga perder el involuntario ayuno; socorro que la mayor parte de las veces no encuentran, porque aquellos a quienes acuden hállanse en tan parecida situación de agobio como ellos. Y así un día y otro día y una noche y otra noche, sin que este estado de desesperación parezca tener término.
   Según hemos dicho, el ayuntamiento vino repartiendo donativos de pan diariamente, donativo que consistía en dos kilos y medio para las familias de seis o más hijos, y de kilo y medio para las que tienen menor número. El espectáculo que ofrecen los pequeñuelos comiendo ansiosamente en pan recibido, mientras los padres solo se alimentan del placer de ver comer a sus hijos, es delos que enternecen y ablandan los más duros corazones. Y esos padres que lo sacrifican todo por sus hijos, se lanzan al campo a buscar por los alrededores alguna persona que, menos desagraciada que ellos, pueda brindarles un pedazo de pan. Y unas veces, tras largas caminatas, lo encuentran y otras no.
   Estas escenas y estos episodios se registran a diario en el sufrido pueblo de Paterna.” 

La ciudad de Cádiz se moviliza


La grave denuncia del anónimo periodista y del Padre Barberá conmovió a los diferentes estamentos de la sociedad gaditana por las vergonzosas noticias que llegaban de los dos pueblos, poniéndose en marcha de forma espontánea una campaña para recabar fondos que aliviasen la crítica situación de tantas familias de parados. Así la Federación de Estudiantes Católicos organizó  una función benéfica extraordinaria a celebrar en el Gran Teatro Falla el jueves 2 de Mayo a las siete de la tarde con el mismo programa de actuaciones que la dicha institución había llevado a cabo en el mes de Marzo. (Diario “LA INFORMACIÓN” 28-Abril-1935). La función hubo de suspenderse el día 30 ante la imposibilidad de que algunos de los artistas que tenían que tomar parte en el espectáculo, pudiesen estar presentes dicho día por tener otros compromisos de trabajo. (Diario “LA INFORMACIÓN” 30-Abril-1935). 
 
Así mismo se abrió una suscripción popular para los trabajadores de Trebujena y Paterna, recibiendo el diario “La Información” numerosos donativos en metálico, entre los que destacó por su cuantía el de Ramón de Carranza que dio 1.000 Ptas. para los dos pueblos, no obstante hubo humildes obreros que hicieron modestas aportaciones. (Diario “LA INFORMACIÓN” 30-Abril-1935). Los pocos paterneros más desahogados económicamente también hicieron sus donativos. (Diario “LA INFORMACIÓN” 2-MAYO-1935):   

Por otra parte el 29 de Abril se reunió la Junta de Protección a Menores bajo la presidencia del Gobernador Civil, D. Luis Armiñan Odriozola, y a su propuesta se acordó destinar 5.000 Ptas. a los hijos de los obreros de Paterna y Trebujena. Para distribuir dicho dinero se nombró una comisión compuesta por el propio gobernador, el secretario de la Junta D. Andrés López Gálvez y el Inspector Provincial de Sanidad D. Victoriano Lenzano, que visitarían ambos pueblos el día 2 de Mayo al objeto de estudiar sobre el terreno la forma de llevar a cabo el reparto del dinero. (Diario “LA INFORMACIÓN” 30-Abril-1935)
            El día 2 de Mayo en el mismo periódico el Padre Barberá agradecía la respuesta caritativa de la sociedad gaditana hacia el pueblo de Paterna en un artículo titulado “Paterna sabrá agradecer”. (Diario “LA INFORMACIÓN” 2-Mayo-1935)

La Junta de Protección a Menores visita Paterna  


            El Jueves 2 de Mayo la comitiva de la Junta de Protección compuesta por López Gálvez y Lenzano, acompañada por un redactor de “La Información”, haría la visita acordada a Paterna para conocer de primera mano la realidad de sus vecinos. A las 4 de la tarde eran recibidos por el alcalde D. Manuel Barroso, el secretario D. Federico Villagrán, el médico titular D. José Morillo y D. Julio Diez Romero, médico ya jubilado, que pondrán al tanto a la comitiva de la angustiosa crisis que vivía el pueblo (Ver texto inserto más arriba en  La triste realidad de un pueblo sin trabajo).
            Conocida la situación de la población, los delegados de la comitiva exponen a las autoridades locales los acuerdos adoptados en Cádiz por la Junta de Protección a Menores el día 29 de Abril: aliviar primero el hambre de los niños evitando que se interrumpa la distribución de pan que hasta el momento venía haciendo el Ayuntamiento y posteriormente establecer con carácter permanente una cantina o comedor escolar que subvencionaría la Junta. Mientras consideraron preciso montar una cocina con útiles enviados desde Cádiz para ofrecer a los niños una o dos comidas diarias, aunque con los fondos que pudiera aportar la Junta no se podría atender a los 600 niños “hambrientos”, por lo que sería necesario recaudar fondos en el pueblo entre los ricos, los casinos y los partidos políticos. Sin embargo las autoridades locales advertirán a los delegados que en Paterna no había ricos, que los casinos cerraron y que los partidos políticos no disponían de medios. Ante tales circunstancias los comisionados ofrecieron enviar al día siguiente por lo menos 1.000 Ptas. para dar el mismo socorro de pan que se venía haciendo hasta que se instalase la cocina. Los alimentos se comprarían en Cádiz y la comida sería servida por jóvenes de la localidad. La cantina estaría regida por una Junta local compuesta por el alcalde Manuel Barroso como el Presidente y los siguientes Vocales: los médicos D. Julio Díez y D. José Morillo, el secretario del ayuntamiento D. Federico Villagrán, y los maestros D.ª Alicia Fernández de la Mora y D. Eduardo Moreno Careaga.; aunque el alcalde cedió la presidencia a D. Julio Diez.
            Pero la solución definitiva para acabar con tan tremenda crisis era según el alcalde, los médicos y cuantas personas hablaron con la comisión y el periodista, “agregar este Ayuntamiento al pueblo de Jerez, como ya había estado en otra ocasión”.
            Antes de abandonar Paterna, y mientras las autoridades y delegados estaban reunidos en el Ayuntamiento, el redactor de “La Información”  fue a visitar al cura, D. Manuel Barberá Saborido, seguido por una muchedumbre de niños que creían que los visitantes les traían pan, zapatos y juguetes.
            Por último se despedían las autoridades y cura de la comitiva rogándoles diesen a conocer a los gaditanos la triste miseria de los habitantes de Paterna y dirigiesen una súplica al comercio gaditano para que enviasen alimentos con que socorrer siquiera a los niños.
            El ayuntamiento de Cádiz, haciéndose eco del precario estado en que se hallaban  Paterna y Trebujena, sobre todo nuestro pueblo, trataron del asunto en sesión capitular, solicitando el concejal Sr. Hervías cooperase a la suscripción en especies para socorrerlos. (Diario “LA INFORMACIÓN” 4-Mayo-1935)
            En Cádiz mientras tanto, y respondiendo a los llamamientos de la prensa y del Padre Barberá de acudir en auxilio de ambos pueblos, se había iniciado una colecta.  El día 4 de Mayo, damas y señoritas de la burguesía gaditana (Conchita Alcina, Elisa Súnico, Mercedes Moreno Pirla, Mercedes Lizaur, Juanela Baldazano y Sra. de Baldazano) recorrían domicilios particulares, comercios y mercados pidiendo donativos y comestibles. Incluso la mujer del Gobernador Civil D.ª Carmen Oliver se ofreció a acompañar estos grupos de mujeres en su colecta. También se anunciaba la celebración de la suspendida función benéfica en el Gran Teatro Falla para el 15 de Mayo. (Diario “LA INFORMACIÓN” 5-Mayo-1935)
 

El Obispo visita Paterna 


            El Domingo 5 de Mayo el Obispo de Cádiz hacía una breve visita a nuestro pueblo acudiendo a la Iglesia, donde estuvo orando en el sagrario ante la Virgen de la Soledad. Después, acompañado del Padre Barberá, del beneficiado de la iglesia y del antiguo párroco de la villa, Fernando Ramírez de Orellana, recorrió a pie las calles de nuestro pueblo, “casi solas” según el P. Barberá (téngase en cuenta la conflictividad entre anarquistas y religiosos en Paterna en estas fechas). Poco después de partir el Obispo era recibida en el Ayuntamiento una representación de mujeres de la capital que venía a hacer entrega de los donativos, en especie y en metálico, recogidos en Cádiz. Tras la entrega, el ayuntamiento obsequió  a las visitantes “en el patio andaluz del casino de la villa”, posteriormente asistieron a la iglesia, para terminar la visita recorriendo las calles del pueblo acompañadas de las autoridades y el vecindario (Diario “LA INFORMACIÓN  7 y 8-Mayo-1935).
            El 7 de Mayo las postulantes, a las que se sumó la esposa del Gobernador Civil, continuaron con su labor visitando comercios y casa particulares. (Diario “LA INFORMACIÓN” 8-Mayo-1935). Las damas gaditanas continuaron unos días más recogiendo gran cantidad de donativos en especie que eran transportados hasta Paterna en un camión de Sanidad, y también numerosos donativos en metálico. (Diario “LA INFORMACIÓN”11-Mayo-1935).
            El día 10 D. Manuel Barberá en otro publicado en “La Información” titulado “Paterna va respirando...”, daba cuenta de la mejora de la situación de los obreros de nuestro pueblo gracias a los donativos recibidos. Agradecía especialmente el cura al  Diario  La Información”, por ser el precursor de la campaña que puso a nuestro pueblo en primer plano de actualidad en la provincia durante Abril y Mayo. Numerosas cartas había recibido el P. Barberá de toda la geografía peninsular, destacando él, las de los obreros sindicalistas cristianos de Madrid, y las de muchos sacerdotes que con sus escritos enviaban algunas monedas. (Diario “LA INFORMACIÓN”12-Mayo-1935).

D. Elías Ahuja socorre a los paterneros 


            El Gobernador Civil, Sr. Armiñán, había manifestado a los periodistas que un filántropo gaditano haría una importante donación, manteniendo, a petición del prócer, su anonimato y el carácter de lo ofrecido; aunque todos sabían que no podía ser otra persona que D. Elías Ahuja y Andría. El magnífico donativo iba a ser entregado en la tarde del día 11 de Mayo por el propio Gobernador que acudiría para ello a Paterna.
            A las tres de la tarde de dicho día partía de Cádiz  D. Luis Armiñán acompañado de su secretario, Luis del Rosal, y de los dos periodistas que hacían la información diaria en el Gobierno Civil. Antes de llegar a Paterna la comitiva paró en Medina Sidonia, que se encontraba en fiestas, siendo recibido por las autoridades locales que le aguardaban. Tras una breve visita partieron hacia Paterna, donde el pueblo en masa esperaba en la Plaza y ante las puertas del Ayuntamiento el alcalde, concejales, secretario, médicos y maestros. Sabía la muchedumbre que un camión cargado de gran cantidad de comestibles precedía al coche del gobernador y quién era tan generoso donante, a pesar de que D. Elías puso el mayor empeño para que su nombre  permaneciese en secreto.
            Llegado el camión se trasladó a unas dependencias del Ayuntamiento donde se almacenó la carga: 450 Kg. de garbanzos en paquetes de 5 Kg., 450 de arroz, 450 de alubias, 450 de patatas, 85 de tocino, 48 latas de leche condensada marca “El Niño”y un saco de almendras. Los comestibles se repartirían entre las 179 familias más necesitadas y 15 viudas, teniendo en cuenta el número de hijos menores de 14 años. A cada familia también se le proporcionarían unos vales para pan –dos kilos y medio por persona- y aceite. El donativo serviría para diez días, al cabo de los cuales, D. Elías facilitaría otro de igual cantidad.
            Al poco de llegar el Gobernador al Ayuntamiento y ser recibido por la comitiva local, se acercó a saludarlo el Padre Barberá y exponiéndole el sufrimiento que venía padeciendo el pueblo.
            A las 5 y cuarto se procedió al reparto del donativo, manifestando el gobernador a los hombres y mujeres que venían con sus canastos y sacos a recoger los alimentos, que lo que iban a recibir era obra del ilustre y generoso filántropo gaditano D. Elías Ahuja y Andría, acción que a su juicio merecía la Gran Cruz de Beneficencia, por lo que podían los vecinos proponer al ayuntamiento lo acordase en pleno para elevarlo  posteriormente a su autoridad.
            La primera autoridad provincial se interesó por las dos escuelas de Paterna, girando una visita a las mismas. El periodista de “La Información” califica la escuela de niños, a cuyo frente estaba el maestro D. Eduardo Moreno Careaga y adonde asistían más de 90 alumnos, como un desván: “viejo, destartalado y sin cristales sus ventanales es impropio para albergar a criaturitas que necesitan luz y alegría y que en un mal local y si material pedagógico, no se puede vivir y mucho menos se puede enseñar”. Pasan después a ver la escuela de niñas dirigida por D.ª Alicia Fernández de la Mota y Solórzano, una enorme habitación que anteriormente había servido de granero, en parecidas condiciones a la de niños, donde estaban matriculadas 75 alumnas, pero acudían muchas más, hermanas de aquellas que no podían quedar solas en casa porque sus madres iban a lavar o buscar alimentos. El Sr. Armiñan prometió hacer algunas gestiones para mejorar la educación de los niños de Paterna.
            Después se dirigirán hacia la iglesia, donde -relata el periodista- el Padre Barberá les mostrará “una valioso cáliz y otros objetos de culto... unos lienzos de gran mérito y sobre todo nos puso frente a la Patrona de Paterna, la Santísima Virgen dela Iniesta, traída al pueblo hace tres siglos por el duque de Alcalá” –evidentemente el periodista no se informó bien o se confundió-.
Concluida la visita, el coche de la comitiva abandonaba Paterna a las 6 y media de la tarde. (Diario “LA INFORMACIÓN” 12-Mayo-1935).

La función benéfica en el Gran Teatro Falla el 15 de Mayo de 1935 


            Para el miércoles 15 de Mayo se había organizado en Teatro Falla de la capital la función benéfica destinada a ayudar a los parados de Paterna y Trebujena y que no pudo celebrarse el Jueves 2 de Mayo. La demanda de entradas para presenciar el espectáculo, tanto en la capital como desde otras partes de la provincia, sobre todo San Fernando, pronto casi agotaron las localidades disponibles. (Diario “LA INFORMACIÓN” 14-Mayo-1935).
            La función, que dio comienzo a las 7 de la tarde, llenó completamente el Teatro Falla, asistiendo entre otros, las autoridades de Paterna (Manuel Barroso, Federico Villagrán, Julio Díez, Francisco García y Manuel Díaz Gutierrez) y, a invitación del alcalde  de la ciudad, los miembros del Congreso Hispano-Franco-Marroquí que Transporte que esos días se estaba celebrando en Cádiz,. El festival benéfico fue un completo éxito. (Diario “LA INFORMACIÓN”16-Mayo-1935).
            El  Jueves  16 de Mayo, el Marqués de la Eliseda, D. Francisco Moreno Herrera, Diputado a Cortes, remitió un escrito al Ministro de Obras Públicas exponiéndole la angustiosa situación particular de Paterna, haciéndola extensiva a la población de Trebujena, “seguramente los dos pueblos de España que más hambre están pasando” y rogaba al Gobierno que acudiese en socorro “pero urgentemente, sin dilaciones ni trámites de ninguna índole”. Proponía obras públicas para Paterna: carretera a Puerto Real, Cuartel de la Guardia Civil, escuelas .... “Allí está todo por hacer; sin embargo allí la gente se muere de hambre por falta de trabajo. ¡horrible sarcasmo!. (Diario “LA INFORMACIÓN” 22-Mayo-1935). El Marqués de la Eliseda era hijo del Conde de los Andes, y yerno de los duques de Medinaceli. Monárquico independiente por el Frente de Derechas, obtuvo el acta de diputado Cádiz en las elecciones generales del 19 de Noviembre de 1933.
Programa de la función
Nueva visita del Gobernador y D. Elías Ahuja 

El Jueves 23 de Mayo el Gobernador Civil visitará de nuevo nuestro pueblo acompañado esta vez de D. Elías Ahuja para ver la situación en que se hallaba la población. (AMP. Registro de Entradas 22-Mayo-1935. Orden nº 445). Esta visita sería bastante importante para Paterna, pues D. Elías, viendo que el panorama, a pesar de que había mejorado algo, aún era espantoso, decidirá socorrer nuevamente con comestibles, y lo más importante, emprender obras que empleasen a los numerosos parados. 
 
            Unos días después, el lunes 27 de Mayo, acompañado por un arquitecto Don Elías volvería a nuestro pueblo. (Diario “LA INFORMACIÓN” 29-Mayo-1935). Había ofrecido al alcalde y al Gobernador Civil la construcción a su costa de un edificio en el lugar que ocupaba el Mercado de Abastos –propuesto por él mismo-, donde establecer escuelas públicas modernas con el fin de mejorar la enseñanza, y la Casa Consistorial, para acomodar convenientemente las dependencias municipales. (AMP AC 29-Mayo-1935).  

El Sábado 2 de Junio D. Elías llamó por teléfono al Gobernador Civil para preguntar por la situación de Paterna. El Sr. Armiñan a su vez citó al alcalde de Paterna en Cádiz, Manuel Barroso, para dirigirse a la casa de D. Elías e informarle en persona. La autoridad de nuestro pueblo  participará a D. Elías que un determinado número de paterneros habían salido a trabajar, pero que quedaban muchos sin colocación. En la conversación el filántropo gaditano anunció que volvería a mandar más comestibles y que iniciaría el estudio para llevar el agua a Paterna, antes de comenzar las obras del grupo escolar. (Diario “LA INFORMACIÓN” 4-Junio-1935). Y así fue, el 9 de Junio D. Elías mandó un camión de víveres para repartir entre los paterneros. (AMP. Registro de Entradas 8-Junio-1935. Orden nº 492).

Desaparece el hambre, pero la falta de trabajo no   


Pasaba el mes de Mayo y, con las ayudas y donativos recibidos, sobre todo desde Cádiz gracias a la campaña allí iniciada, y a la desprendida generosidad de D. Elías,  el hambre se fue atajando, pero la solución definitiva pasaba por dar trabajo a tanto parado. Y a pesar de que muchos consideraron exageradas las noticias catastróficas que la prensa había recogido sobre Paterna desde finales de Abril, el Padre Barberá auguraba que el mes Junio solo paliaría en parte el paro obrero, pues las labores de recolección  serían cortas, y temía que la falta de trabajo provocar conflictos en el pueblo: 

“En Paterna gracias a las buenas almas que acudieron solícitas al llamamiento de nuestras voces, después de hacer una obra de caridad, han evitado momentos tristísimos, y por qué no decirlo, días de luto. ¿Exageraciones?. No he de ocultar que muchos así han calificado nuestros clamores y súplicas. Nada nos importa y tranquilos estamos de haber dicho la verdad; que todos esos que hablan a la ligera, miran más a la ligera todavía los males del prójimo y ninguno como el párroco. ¡Exageraciones después de seis meses sin trabajo alguno en un pueblo sin término y sin hacendados ricos!. ¡Exageraciones en un año seco, después de unos años de libertinaje en el agro, que no han dejado ni un pájaro ni un roedor con vida!. ¡Exageraciones en un pueblo donde todos son obreros y no hay ni una industria, ni una fábrica... Evitáronse días funestos que lo vi tan cercanos quizá como nadie... Mayo pudo ser sangriento en Paterna y no lo fue. Las buenas almas y entre ellas las primeras en acudir a todo lo bueno; los católicos. Mayo pudo ser sangriento en Paterna y no fue en Paterna gracias a la gestión de la primera autoridad y a la magnanimidad y altruismo de don Elías Ahuja. Y junio, un junio ardoroso y canicular se nos presenta. El hambre, es verdad, se ha quitado; pero el trabajo, más necesario que el pan, aún no llega.. Y como el campo no lo dará completo, porque sus tareas propias serán cortas para unos pocos tenemos el conflicto en pie.. Junio ha señalado este año en sus días las fiestas grandes y sería grande el día , también, en que los brazos caídos de estos buenos campesinos pudieran ocuparse , porque el mantenimiento espléndido, el socorro abundante es solo compás de espera y no debe prolongarse ni un momento más. Trabajo quieren, trabajo piden a voces en las calles estos hijos del trabajo que del trabajo vivieron y vivirán...” . (Diario “LA INFORMACIÓN”5-Junio-1935).

No se equivocó el cura. El verano de 1935 se presentó malo para los jornaleros dada la escasez de la cosecha a causa de la sequía de dicho año. A pesar de las obras emprendidas por  D. Elías para dar trabajo y los donativos recibidos desde Cádiz, en Septiembre 600 obreros continuaban parados.
 
La situación en el campo no solo no mejoraría, la lucha de los agraviados jornaleros por una vida digna fue en vano; con la Guerra Civil el desastre y la tragedia se consumaron. En Paterna, una población eminentemente de izquierdas y con una importante masa de trabajadores afiliados al sindicato cenetista, la represión franquista, al igual que en otros mucho pueblos, fue brutal y despiadada. Los principales dirigentes obreros e izquierdistas fueron perseguidos y asesinados y gran número de paterneros tuvieron que huir por temor al exterminio que los sublevados y partidarios estaban llevando a cabo.

 

 

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