El principal premio de la XLII edición del Concurso Internacional se queda desierto
Ni el Ruiseñor de Paterna, ni Carlos de Bornos, ni Manuel Cordero ni Caracolillo de Paterna. La XLII edición del Concurso Internacional de Cante por Peteneras no tiene dueño. Así, al menos, lo decidió el jurado de la gran final de esta cita -la noche del sábado en Paterna de Rivera- que dejó desierto el premio de cante por peteneras Perro de Paterna al no alcanzar ninguno de los participantes el porcentaje mínimo de puntuación recogido en las bases del concurso.
No fue el único premio de este emblemático certamen que se quedó sin beneficiario, así el premio de cante libre Rufino de Paterna, fue declarado igualmente desierto, y sólo Manuel Cordero, cantaor de Las Cabezas de San Juan, salió con un galardón entre sus manos, el premio de cante libre Niño de la Cava, que le entregó el propio Rufino de Paterna.
Argentina, los Rancapino, padre e hijo, y Paco Cepero, entre los artistas invitados
Sin embargo, a pesar de que la petenera se quedó sin dueño, la gala final del concurso resultó a juicio de los organizadores un rotundo éxito en lo que se refiere a la masiva afluencia de público y a la calidad del espectáculo ofrecido por todos los artistas invitados como Argentina, Paco Cepero y los Rancapino, padre e hijo.
De esta forma, la final del XLII Concurso Internacional de Cante por Peteneras, que se celebró en el patio del IES Paterna, contó con un público formado por más de dos mil personas. Un público que primero disfrutó con la evocación del cartel anunciador de esta edición para lo que hizo su aparición en el escenario la mujer paternera que figura en dicho cartel, como si diera vida al mismo acompañada del toque de Didier Macho y la percusión de Garú.
A continuación, la joven paternera Paula Jiménez Caravaca bailó una guajira interpretada por El Cachorro de Paterna que estuvo acompañada por Miguel Chamizo al toque y Carmen Noble a las palmas.
Seguidamente se procedió al desarrollo del Concurso propiamente dicho con las actuaciones de los finales.
Tras este acto central, y mientras el jurado deliberaba, tuvo lugar la gala con la actuación de Rufino de Paterna que estuvo arropado por Rafi Aguirre, María José Aguirre y Carmen Noble, a las palmas y coros; Garú, a la percusión; José Antonio Aibar, a la flauta y al acordeón y las guitarras de Didier Macho y Miguel Chamizo. Todos ellos hicieron las delicias del público con una cuidada y bonita selección de temas que componen el último disco del cantaor.
Tras esta aplaudida actuación, se subió a las tablas el maestro Paco Cepero, quien, acompañado por Bolita, ofreció momentos emocionantes como los producidos al hacer sonar con su guitarra los acordes de su mítica Agua Marina.
Otra presencia de altura, Argentina, tomó el testigo del guitarrista jerezano. La cantaora onubense, que se hizo acompañar por las sonantas de Bolita y de Eugenio Iglesias así como de unos excelentes palmeros como son los Mellis, ofreció un recital en el que exhibió su prodigiosa voz y su oficio como cantaora de prestigio. Destacar el detalle de incluir en su repertorio un cante por peteneras, repitiendo lo que en pasadas ediciones hicieran en la veterana cita paternera artistas como Manuel Lombo o Miguel Poveda.
Alonso Núñez Rancapino albergaba desde hacía tiempo el deseo de formar parte de la larga lista de figuras del flamenco que han formado parte de los carteles del concurso-festival de Paterna. El sábado le llegó el turno y, para su satisfacción y la del público asistente, apareció el genio que porta el duende.
La gala fue coronada por su hijo acompañado por Paco Cepero. Alonso demostró el momento dulce en el que se encuentra su carrera, siendo el artista más demandado en los festivales flamencos de la provincia este año.
El homenaje al presentador Pepe Marín y la entrega de premios cerraron, definitivamente, una bonita noche.
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