martes, 25 de febrero de 2025

EL GUADALHAMAN: UN ENCLAVE PRÓXIMO A PATERNA DE RIVERA INSPIRADOR DE POETAS ANDALUSÍES (2)

 1.      EL GUADALHAMAN EN EL KITÂB AL-HULLA AL-SIYARA DE IBN AL-ABBAR 

La fuente originaria que citan algunos de estos autores es un códice árabe inventariado por el sirio-maronita Miguel Casiri en su obra Bibliotheca arabico-hispana escurialensis[i]; un catálogo en dos tomos escritos en latín donde se describen 1851 manuscritos árabes conservados en la Biblioteca del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. 

Un manuscrito árabe de la Biblioteca de El Escorial

    El manuscrito en concreto, una copia colacionada del original datada en 1582, está catalogado por Casiri con el nº 1649[ii] y contiene la obra Kitâb al-hulla al-siyara (La túnica recamada) cuyo autor es Muhammad ibn Abdallâh Ibn Abu Bakr Ibn al-Abbâr al Qudâi, conocido por Ibn al-Abbâr (Onda- Valencia, 1 de marzo de 1199 - Túnez, 6 de enero de 1260), uno de los grandes intelectuales de al-Ándalus del siglo XIII. La obra original parece ser fue escrita por Ibn al-Abbar sobre el año 1248 en Bujía (Argelia)[iii]

El códice recoge la historia de España y del Norte de África y un repertorio de biografías de reyes, príncipes, ministros, nobles, gobernadores… andalusíes y norteafricanos (unos 3.000 miembros de la aristocracia) del siglo I al VI de la hégira (VII al XIII de n.e.) que cultivaron la poesía insertando algunas composiciones poéticas de los mismos. Casiri ofrece un pequeño extracto en latín de las biografías de dichos poetas. 

Existen varias transcripciones y publicaciones del manuscrito en árabe, pero no ha sido traducido al español, por lo que ignoramos el contenido exacto del texto. Sí contamos con un resumen biográfico sobre Abdala Ben Moheb Ben Vazir Abu Mohamad, en latín, que Casiri inserta de la obra de Ibn al-Abbâr, en donde se hace referencia al Llanto de la Paloma (Columba Gemitu) y al Vadilhaman, (Columbarum Vallem),  es decir, Valle de las Palomas: 

Fragmento de la obra de Casiri sobre Abu Mohamad Ibn Wazir

“Abdalla ben Moheb ben Vazir abu Mohamad Hispalensis, vir bonarum artium studiis clarus, provimciam obtinuit Alcacerum territorio amplissimam. Eam Alcasserum scriptor noster vocat, id est Clavis Castrum; geographus vero Nubiensis pag. 153, ut supradictum est, appellat Alcasserum Ben Abi Danes; aitque in ea contineri Eboram, Badajoz, Sarissam, Emeritam, Cantaratassaif, et Coriam. Itaque Abdalla dum magna moliebatur, expugnato a christianis Alcacero die II gemadi prioris anno egirae 614, victus captusque fuit post ingentem arabibus cladem illatam. Eo enim praelio multa mahometanorum millia cecidere; complures etiam capti, alii admodum pauci turpiter fugati. Ille nom multo post arte et fuga libertati consulens, ad suos rediit dein Marochum petiit ubi praeturam ad tempus gesiit. Caeterum princeps infelicissimus Mohamedo Ben Josepho Ebn Hud regi, cui Almetuakelus cognometu, Hispalensium insidiis traditur; et ab eodem et praelio emeritensis redux cum fratre Aba Amru Abdelrahmano intersicitur, anno scilicet egira 627. Multa edidit carmina, quórum specimen extet in nostro códice, in primis vero poematium ocurrit elegantissimum De Columbae Gemitu, quem audivit praeteriens Vadilhamam, quod oppidum latine sonat Collumbarum Vallem, atque, ut aperté testatur auctor, urbes interjacet Arcos et Medina-Celi”.

 

********* 

Abdalla ben Moheb ben Vazir abu Mohamad. Ilustre hombre de las artes nobles, gobernó la provincia del vasto territorio de Alcaser. La por nosotros llamada Alcaser es una fortaleza clave; que sin embargo el geógrafo El Nubiense, pág. 153, como se mencionó anteriormente, llama Alcaser Ben Abi Danes y en la que se contenían las ciudades de Ebora, Badajóz, Sarissa, Merida, Alantara, y Coria. Y así, Abdalla mientras hacía grandes planes, tras ser conquistada Alcaser por los cristianos el día  2 gemadi del año de la hégira 614, fue vencido y capturado tras la gran derrota árabe infligida. En esa batalla cayeron muchos miles de mahometanos; además un gran número fue capturado, otros pocos huyeron vergonzosamente. No mucho después regresó junto a los suyos. Finalmente se dirigió a Marruecos, donde ejerció como prefecto cierto tiempo. El desdichadísimo príncipe es entregado al rey Mohamed Ben Josef Ebn Hud, cuyo sobrenombre es Almetuakel por las traiciones de los hispalenses; y regresando de la guerra emeritense, es asesinado con su hermano Aba Amru Abderramán en el año 627 de la Hégira. Publicó muchos poemas, una muestra de los cuales se detalla en nuestro códice. En los primeros se encuentra uno elegantísimo, del Llanto de la Paloma, que  escuchó  pasando por el Vadilhaman, lugar que en latín se llama “Collumbarum Vallem”, y como testimonia claramente el autor, está situada entre las ciudades de Arcos y Medinaceli.[iv]


 2.      LOS BANU WAZIR Y LAS CASIDAS AL LLANTO DE LA PALOMA 

Los Banu Wazir eran un clan familiar perteneciente a la nobleza almorávide de la ciudad de Silves, no estando claros los orígenes de la estirpe familiar ni su papel anterior a la fragmentación territorial de al-Andalus a mediados del siglo XII. Fue una de las familias más prominentes del Garb al-Andalus, la zona occidental de al-Andalus. 

Ibn al-Abbar refiere que los Wazir pertenecían al grupo étnico de los Qaysites, tribus originarias del Norte de la provincia de Arabia, Siria e Irak. Otros autores señalan que el patronímico Wazir podría indicar que un ascendiente de la familia fuese un visir (del árabe, وزير wazīr) al servicio de una autoridad local o bien se le otorgase a título honorífico por algún gobernante sin que ello conllevara responsabilidad política o administrativa[v]

Algunos historiadores deducen un origen bereber del linaje a tenor de la existencia de personajes con el mismo apelativo de Sidray[vi]; o por el parecido del antropónimo con el término bereber Si-darn, que significa “dos pies”. Por el contrario, hay quién le atribuye un origen muladí (descendiente de cristiano convertido al Islam) basándose en que el antropónimo Sidray no es común ni en la onomástica árabe ni en la bereber[vii]

También se relaciona a esta familia con Abu Bakr Ibn Sidray, un poeta y político judío del sur de al-Andalus que vivió en Santa María de Albarracín en el periodo de los primeros reinos de taifas donde llegó a ser secretario y ministro (wazir) del rey bereber de la taifa de Sahla (Albarracín, Teruel) [viii]. 

El fundador de la dinastía Banu Wazir, Sidray Ibn Wazir, será un personaje que jugará un importantísimo papel en las revueltas antialmorávides en el Garb al-Andalus y en el asentamiento de los Almohades en la Península. 

Ciudades de Gharb al-Andalus

Tras la caída de Califato de Córdoba en 1031 al-Andalus quedó fragmentada en multitud de núcleos independientes, los llamados primeros Reinos de Taifas. Esta fragmentación política sería aprovechada por los estados cristianos para avanzar sobre el territorio islámico. En 1085 el rey Alfonso VI conquista la importante taifa de Toledo, poniendo en alarma al resto de reinos, que para contener el avance cristiano reclaman en 1086, principalmente los de Badajoz y Sevilla, la ayuda de los almorávides, una tribu guerrera de nómadas bereberes del Norte de África con un sentido religioso del Islam más riguroso. 

Tras desembarcar en Algeciras, los almorávides, al mando de Yúsuf ibn Tasufín, derrotan al rey castellanoleonés en la batalla de Zalaca (1086), iniciando a partir de 1090 la conquista progresiva de todas las taifas con el objetivo de unificar de nuevo los territorios de al-Andalus e incorporarlos al Imperio Almorávide, principaindo un periodo bajo su dominio que se extendería hasta 1145. 

En 1121 surgen los primeros indicios del malestar andalusí contra los almorávides en la ciudad de Córdoba, donde se producirá una sublevación de la población. Nuevas rebeliones le seguirán en distintas ciudades, y a partir de 1140 una caída del poder almorávide en el norte de África por la presión de los almohades, un grupo más ortodoxo e intransigente aún. 

Ante la debilidad almorávide, en septiembre de 1144 un sufí, Abu-l-Qásim ibn Husáyn Ibn Qasi, que había sido recaudador de impuestos para el emir de Silves, inicia una revuelta antialmorávide en la ciudad de Mértola (Portugal), donde se proclama imán. Le seguirían otros partidarios que constituirían territorios musulmanes con gobiernos independientes, los llamados segundos reinos de taifas, en su mayoría de duración muy efímera, hasta el definitivo control de los almohades en 1151.

 

2.1. Abu Muhammad Sidray Ibn Wazir (N. ¿Beja/Silves?- M. ¿Sevilla?, 1170-1) 

Natural de Beja[ix] según unos autores y de Silves, según otros[x], Sidray ibn Wazir fue un poderoso líder político-militar que llegó a dominar el Occidente de al-Andalus, gobernando las importantes plazas de Badajoz, Beja, Évora, Silves y Mértola. Es considerado el fundador de la dinastía y su personaje más célebre. 

José A. Conde[xi] refiere que Sidray era hijo de Abdel Wahib ben Sidray, visir de Évora, quien también había sido valí de Algarbe. 

Los almorávides a su llegada a al-Andalus pusieron al frente del gobierno de las provincias musulmanas más importantes y en los mandos militares superiores a miembros de la tribu Sanhaga, cuya participación fue decisiva en la formación del imperio almorávide. Los cargos administrativos fueron confiados a miembros de influyentes familias naturales de los territorios conquistados. Es el caso de los Banu Wazir, con Sidray ibn Wazir a la cabeza, que gobernaba la provincia de Évora al servicio de la autoridad almorávide. 

En el contexto de las revueltas antialmorávides en el Algarbe, Abú Muhammad Sidray ibn Wazir subleva en 1144 las plazas de Beja y Évora y hace juramento de lealtad a Ibn Qasi, nombrándolo éste emir de Beja. Un mes después surgen desavenencias entre ambos líderes, Ibn Qasi destituye a Sidray y lo encarcela en la fortaleza de Mértola. Tras ser liberado, Ibn Wazir se desvincula del movimiento murīdūn de Ibn Qasi y apoyará al cadí de Córdoba Ibn Hamdin que en marzo de 1145 se había rebelado contra los almorávides en dicha ciudad, reconociéndolo como emir de los almorávides[xii]. En diciembre de 1145, Ibn Hamdin es derrotado en Écija por Ibn Ganiyya, gobernador en al-Andalus de los almorávides y se refugia en Badajoz. Ibn Qasi en su tentativa de extender su poder al valle del Guadalquivir fracasa y se tiene que retirar a su propio territorio del Garb. En enero de 1146 Sidray ibn Wazir con sus tropas al mando de su hermano Abu l-Hasan Ali b. Wazir y de su tío materno Abdallah Ibn al-Sumayl someten la mayor parte del territorio del Garb que controlaba Qasi, las provincias de Silves, Beja y Badajoz, convirtiéndose en el gran Señor del Occidente de al-Andalus. Ibn Qasi huye a África y pide el apoyo del soberano almohade Abd al-Mumen ibn Ali. 

Fortaleza de Mértola. Duarte de Armas (1509-1510). Wikipedia

En febrero de 1146 los almorávides de Ibn Gaiynya se hacen con el control de Córdoba expulsando a Ibn Hamdin rompiendo Sidray su alianza con éste. En junio de este año el ejército almohade acompañado de Ibn Qasi desembarca en Algeciras tomando las plazas más importantes del Gharb al-Andalus. Wazir se somete al poder almohade conservando bajo su mando las localidades de Évora y Beja, erigiéndose en el líder más poderoso de la región occidental de al-Andalus. En enero de 1147 el ejército almohade conquista Sevilla con la ayuda de Ibn Wazir y los gobernadores del Garb. Tras la conquista de Marrakech dos meses después, el régimen almohade sufre una grave crisis que es aprovechada por las comarcas sometidas en al-Andalus. En el Garb la insurrección  se inicia en Niebla y se extiende a Silves, Tavira, Faro, Badajoz, Mértola, y al territorio controlado por los Banu Wazir. Sidray mantendrá una posición no tan beligerante contra los almohades, centrándose en luchar contra Ibn Qasi, defenderse de los ataques de al-Batrugi, señor de Niebla y Tejada,  y derrotar al cadi de Badajoz, Muhammad Ibn al-Haggan. 

Durante 1147 a 1150, años de anarquía política en el Garb, Sydrai , ante la ausencia de poder estatal en al-Andalus, toma los títulos de emir y de al-Mansur Bi-Hallah (una especie de sultanato), quedando como gobernador y líder militar  del Occidente de al-Andalus[xiii]. 

A finales de 1150 Ibn Wazir, reconoce en Sevilla su fidelidad al gobierno almohade  ante su representante en al-Andalus, el walí  Barraz Ibn Muhammad. En Abril de 1151 Sydrai junto a otros caudillos andalusíes acuden a Salé (Marruecos) para renovar su juramento de lealtad a Abd al-­Mumin y reconocerlo definitivamente como soberano almohade. En septiembre de 1151, tras la muerte de Ibn Qasi, Sidray Ibn Wazir es nombrado gobernador de Silves, cargo que continuará ejerciendo hasta 1157 en que se traslada a Sevilla, junto a su hermano Abu al-Hasan ´Ali  para ejercer como consejero militar de Abu Yaqub Yusuf, hijo del califa al-Mumin. De aquí en adelante Ibn Wazīr iría escalando posiciones en el aparato político almohade, llegando a ser designado para llevar a cabo diferentes misiones diplomáticas. Con Abu Yaqub Yusuf asistió a la batalla de Zagabula en 1158 en la que estuvo a punto de morir. En 1159 estuvo preso en Sevilla por suponérsele que envió una carta al caudillo andalusí Ibn Mardanis, enemigo de los almohades, para que abandonase el asedio de Córdoba a cambio de Sevilla. Tras este incidente Ibn Wazir se ganará la plena confianza de los gobernantes almohades jugando un importante papel en la toma de decisiones  relativas a asuntos sociopolíticos de al-Andalus. En 1164 Sydrai junto a su hermano Ali forman parte de la delegación que acompaña Abu Yaqub Yusuf,  tras su investidura como califa a la muerte de su padre al-Mumin, a Gibraltar para recibir la lealtad de los gobernadores de al-Andalus. En 1169, por su conocimiento de la lengua romance, es designado por el califa para negociar, en nombre de los almohades, una tregua con el rey de León Fernando II[xiv]. Parece ser que murió en 1170-71[xv]


Quirate acuñado en Silves por Sidray ibn Wazir reconociendo a Ibn Hamdin 


2.2.  Ibn Wazir, Abu Bakr 

Abu Bakr Muhammad b. [Abi Muhammad] Sidray b. `Abd al-Wahhab b. Wazir al-Qaysi al-Shilbi. (n. ¿Silves? - ¿Alcacer do Sal?, m. Batalla Navas de Tolosa 1212)

 Político y militar de la región de Algarbe, fue una figura decisiva en la implantación de la dinastía almohade en al-Andalus que destacó también como poeta. 

Era un caballero andalusí con rango de comandante en Sevilla[xvi]. El 6 de Octubre de 1174, Abu Bakr, hijo de Sidray Ibn Wazir, es nombrado por el califa Abu Yaqub Yusuf (1163-1184) gobernador de la ciudad de Beja, tras ser recuperada por los almohades, aunque fue cesado a los pocos meses ante las quejas de la población por su cuestionada gestión política.

 

En 1178 su tío Alī Ibn Wazir, que fue gobernador del castillo de Serpa, junto a Umar Ibn Timsalik, gobernador de Beja, atacan Alcácer do Sal (en el Alentejo portugués) siendo ambos capturados por las tropas cristianas portuguesas y llevados con grilletes a Coimbra ante el rey Alfonso Enríquez. Con una cadena de hierro al cuello Timsalik fue torturado hasta la muerte; Alí Ibn Warzir por el contrario corrió mejor suerte y fue rescatado por el califa al-Mumin por 4000 dinares[xvii].

 

En 1191 el califa Yaqub al-Mansur (1184-1199) arrebata a los cristianos la ciudad de Alcácer do Sal, también denominada en las fuentes árabes Hisn Abi Danis (Castillo de Abu Danis), nombrando a Abu Bakr su gobernador, cargo que ejerció hasta su muerte el 16 de Julio de 1212 después de participar en la Batalla de las Navas de Tolosa adonde acudió como jefe de un destacamento de caballería. Al contrario que en Beja, su gestión como gobernador de Alcácer durante las dos décadas que lo ejerció, fue muy bien valorada. Tras su muerte le sucedió en el cargo su hijo Abd Allah. 


Se distinguió también Abu Bakr como poeta. Algunas de sus composiciones conservadas las recoge Ibn Al-Abbar en la Hulla, destacando un poema que Abu Bakr improvisó en las cercanías de la actual Paterna de Rivera. En uno de sus viajes a su  paso por el Wadi-l-Hamam, que Velázquez Basanta[xviii] traduce como “Cañada de las Palomas”, en el camino entre Arcos de la Frontera (Arkus) y Medina Sidonia (Medina Ibn al-Salim), al escuchar el canto de una hermosa doncella (kamil, -am) compuso esta bella casida: 

¡Ay de aquella paloma, que al zurear

en la cañada, renuncia a arrogarse el mal

de amores de quién está perdidamente enamorado!

 ¿Dónde están las lágrimas, dónde los

 vestidos de luto, dónde incluso los deliciosos

momentos vividos en medio de las tiendas?

¿Te has detenido en la más lujuriosa

espesura, batiendo las alas sobre una vaguada,

para celebrar que no tienes amor?

Cantas con Beta de Casiopea (al-kaff al-jadib),

un astro que con las yemas de los dedos

acompaña el melodioso son de las palabras,

y eres cual lechuza mañanera o diurna,

pues tu oficio, ¡oh paloma mía (ya hamam)!,

no es otro que [anunciar] la muerte (al-himan).

Yo soy aquel, cuyo cuerpo se libró

de la languidez cuando, indefenso,

puso su seguridad bajo la tiranía de Alwa.

Antes de eso no sabía yo que el

mal de amores adelgaza a los cuerpos

tanto como afila las espadas.

 

 

2.3. Ibn Wazir, Abu Muhammad 

Abu Muhammad Abd Allah b. Muhammad [b. Sidray] b. Wazir al-Silbi (¿Silves? , ¿? – Sevilla 1230).

     Fue el mayor de los hijos de Abu Bakr, de quién heredó su vocación por la poesía y su rango militar. Ocupó también el cargo de gobernador de Alcácer do Sal tras la muerte de su padre en 1212 en la Batalla de las Navas de Tolosa, responsabilidad que ostentó hasta el verano de 1217, en que los portugueses conquistaron definitivamente la ciudad tras una cruenta batalla. Para librarse de la muerte Abu Muhammad Ibn Wazir fingió su conversión al cristianismo, escapando a los pocos días a Marraquech.

 

Abu Muhammd regresó a Sevilla donde desempeñó algún cargo al servicio de los almohades. Encontrándose en Sevilla el califa almohade al-Adil, los cristianos del Algarbe hacen una expedición y saquean la vega de Tejada (Paterna del Campo) en mayo-junio de 1225. Alertada la población de Sevilla, se reúne y decide hacer una incursión contra los enemigos. Una buena parte de la población, mal pertrechada y sin experiencia militar, parte al encuentro de los portugueses, acompañada de menos de 100 caballeros al mando de Muhammad Ibn Wazir. Éste, previendo el desastre que se avecinaba, desaconsejó a la plebe sevillana enfrentarse a un enemigo numeroso, preparado y bien armado. La turba haciendo caso omiso le acusó de cobardía y se lanzó a la batalla. Muhammad y sus soldados se retiraron siendo la hueste musulmana prácticamente exterminada.

 

En 1228, el cabecilla Ibd Hud al-Mutawakkil se alzó en Murcia contra los almohades proclamándose emir de la taifa y conquistando hasta 1238 casi la totalidad de los territorios de Al-Ándalus. En 31 de Octubre de 1229 Ibn Hud somete la ciudad de Sevilla. En Marzo de 1230 Ibn Hud acude en socorro de la ciudad de Mérida asediada por las tropas del rey Alfonso IX, acampando en Alange. El rey leonés ataca a las huestes musulmanas y le infringen una dura derrota el 15 de marzo obligando a Ibn Hud a refugiarse en Badajoz que también sería tomada. En esta batalla participaron Muhamad b. Wazir y su hermano Abu Arm Abd al-Raman, quienes a su regreso a Sevilla son apresados por el populacho sevillano, y mandado ejecutar por Ibn Hud ante el temor de que se sublevaran.

 

Abu Muhammad Abd Allah, tuvo fama de poeta en la corte almohade. Así participó en la recepción que un grupo de personalidades norteafricanas y andalusíes preparó en Córdoba el 15 de Septiembre de 1171 para recibir al califa Abu Yaqut Yusuf, dedicándole un panegírico[xix].

 

Ibn al-Abbar refiere que Abu Muhammad recitó un poema de 7 versos cuando, al pasar con su padre, Abu Bakr, por la “Cañada de las Palomas” (Wadi l-Hamam) recordó otro poema con la misma temática, métrica y rima y compuesto por su padre en una ocasión anterior, conmovido por el canto de una doncella (kamil, -am):

 

¡Ay de aquella paloma (hamama), [que zureaba] en la cañada!

¿Tenías miedo de la muerte (al-himam) y te quejabas

porque ya no sufrirías más los reproches del enamorado?

Las palomas suelen mentir, pues ¿dónde está la

reclamación de quién tiene que aparentar tristeza

por alguien que [como tú] está discretamente oculto?.

Mis lágrimas, junto al mal de amores, son testigos;

pero si, yo hubiera porfiado con el cuerpo lánguido,

la languidez habría bastado.

Antes al contrario, yo te he disculpado,

¡oh paloma mía¡, pero tú no has podido soportar

una ayuda que aliviaría la sed de tu compañero.

de tu voluntad dependía alheñarte las palmas

de las manos, pero nunca podrías ponerte

un collar que por tu culpa está deshecho,

o ¿es que no ves que la madre de párpados

naturalmente ojerosos, el que la mira cree

que se queja por la pérdida de un hijo?.

Se disipó el arrullo, y por eso

estoy triste . ¡Ojalá no llegue yo a

saber lo que el amor es algún día!.

 

Ambas casidas debieron ser compuestas en las postrimerías del siglo XII o a principios del XIII, ya que Abu Bakr, fallecido en 1212, acompañaba a su hijo Abu Muhammad cuando éste recitó un poema de siete versos al pasar por el Wadi l-Hamam, y recordar el bello poema que su progenitor creó inspirado al escuchar el arrullo de una paloma en tan hermoso paraje. Cabe destacar que Velázquez Basanta, quién da a conocer sendas casidas de padre e hijo, traduce Wadi l-Hamam como “Cañada de las Palomas” y refiere que Abu Bakr improvisó su poema conmovido al escuchar el canto de una bella doncella a su paso por dicho paraje, aunque todos los autores previos desde el siglo XVIII refieren que el motivo de inspiración fue el triste y dulce canto de una paloma o una torcaz.

 

Genealogía Familia Wazir según Velázquez Basanta




[i] CASIRI M.: Bibliotheca arabico-hispana escurialensis. Matriti : Antonius Perez de Soto imprimebat. 1760. Tomus Posterior. Pags. 30-65.

[ii] Ms. 1654 en DERENBOURG, H., RENAUD, H., LÉVI-PROVENÇAL, E., Les manuscrits arabes de l’Escurial.- Paris : Ernest Leroux : Paul Geuthner, 1884-1928.- 3 v. Tomo III, P. ·. Págs. 187-188

[iii] MEOUAK, M.: Ibn al-Abbâr, en Enciclopedia de al-Andalus, Granada, El Legado Andalusí, tomo 1, 2002, 277-281 

[iv] Traducción de Patricia Fernández, Profesora de Latín y Griego del IES Paterna

[v] KHAWLI, A.: La famille des Banu Wazir dans le Garb d'al-Andalus aux XII et XIII siècles. Arqueologia medieval, Nº 5, 1997, págs. 106

[vi]  VELAZQUEZ BASANTA, F.: Ibn Wazir, Abu Bakr. Biblioteca de al-Andalus, nº 5 (2007), pp. 597. 

[vii] KHAWLI, A.: La famille des Banu Wazir dans le Garb d'al-Andalus aux XII et XIII siècles. Arqueologia medieval, Nº 5, 1997, págs. 103-116. Nota 11

[viii] VELAZQUEZ BASANTA, F.: Ibn Wazir, Abu Bakr. Biblioteca de al-Andalus, nº 5 (2007), pp. 596-603. 

[ix] DE OLIVEIRA MARQUES, A. H.: Histoire du Portugal et de son empire colonial (en francés). KARTHALA Editions.1998 p. 47.

[x] REI, A.: Os Místicos no Ġarb al-Andalus e os modelos sociológicos das suas vivências (séculos X a XIII). Revista Diálogos Mediterrânicos,  Nº. 13, 2017 (Ejemplar dedicado a: Dossiê "Direito e História no Mediterrâneo Ocidental"), págs. 152-174.

[xi] CONDE, J.A. Historia de la Dominación de los Árabes en España. Madrid. Imp. que fue de García. 1820. Tomo II. Págs. 276 y 347

[xii] Monedas y señores de Badajoz durante las segundas taifas. Sidray ibn Wazir. 15-10-2017, 3-10-2017 y 18-11-2017. Blog Historias de Badajoz de Fernando Iglesias Ruiz

[xiii] KHAWLI, A.: La famille des Banu Wazir…Pág. 108

[xiv] Ibidem. Pág. 108

[xv] VELAZQUEZ BASANTA, F.: Ibn Wazir, Abu Bakr. Biblioteca de al-Andalus, nº 5 (2007), pp. 597. Adballáh Khawli refiere que debió morir a finales de 1172 principio de 1173, en que ya no son citados en las fuentes documentales. Le Famille des Banu Wazir …

[xvi] VIDAL-CASTRO, F. Heroísmo o principios ético-sociales: la muerte en defensa de la comunidad. Personajes musulmanes fallecidos en la batalla de al-‛Iqāb o las Navas de Tolosa (1212). Alcazaba: Revista Histórico-Cultural Nº 12-13 (2012-2013), Págs. 117-138

[xvii] HUICI MIRANDA, A. Colección de crónicas árabes de la Reconquista / traduccion española de.: Instituto General Franco de Estudios e Investigacion Hispano-Arabe, Editorial Marroqui. Tetuan 1953. Volúmen 2. Al-Bayán Al-Mugrib Fi Ijtisár Ajbar Muluk Al-Andalus Wa Al-Magrib por Ibn Idári Al-Marrákus I Los Almodades. Tomo I. Págs. 21 y 22

[xviii] VELAZQUEZ BASANTA, F: Ibn Wazir, Abu Bakr. Biblioteca de al-Andalus, nº 5 (2007), Pág. 599

[xix] VELAZQUEZ BASANTA, F.: Ibn Wazir, Abu Bakr. Biblioteca de al-Andalus, nº 5 (2007), Pág. 602

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