1. EL GUADALHAMAN EN EL KITÂB
AL-HULLA AL-SIYARA DE IBN AL-ABBAR
La fuente originaria que citan algunos de estos autores es un códice árabe inventariado por el sirio-maronita Miguel Casiri en su obra Bibliotheca arabico-hispana escurialensis[i]; un catálogo en dos tomos escritos en latín donde se describen 1851 manuscritos árabes conservados en la Biblioteca del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.
Un manuscrito árabe de la Biblioteca de El Escorial |
El códice recoge la historia de España y del Norte de África y un repertorio de biografías de reyes, príncipes, ministros, nobles, gobernadores… andalusíes y norteafricanos (unos 3.000 miembros de la aristocracia) del siglo I al VI de la hégira (VII al XIII de n.e.) que cultivaron la poesía insertando algunas composiciones poéticas de los mismos. Casiri ofrece un pequeño extracto en latín de las biografías de dichos poetas.
Existen varias transcripciones y publicaciones del manuscrito en árabe, pero no ha sido traducido al español, por lo que ignoramos el contenido exacto del texto. Sí contamos con un resumen biográfico sobre Abdala Ben Moheb Ben Vazir Abu Mohamad, en latín, que Casiri inserta de la obra de Ibn al-Abbâr, en donde se hace referencia al Llanto de la Paloma (Columba Gemitu) y al Vadilhaman, (Columbarum Vallem), es decir, Valle de las Palomas:
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Fragmento de la obra de Casiri sobre Abu Mohamad Ibn Wazir |
“Abdalla
ben Moheb ben Vazir abu Mohamad Hispalensis, vir bonarum artium studiis clarus,
provimciam obtinuit Alcacerum territorio amplissimam. Eam Alcasserum scriptor
noster vocat, id est Clavis Castrum; geographus vero Nubiensis pag. 153, ut
supradictum est, appellat Alcasserum Ben Abi Danes; aitque in ea contineri
Eboram, Badajoz, Sarissam, Emeritam, Cantaratassaif, et Coriam. Itaque Abdalla
dum magna moliebatur, expugnato a christianis Alcacero die II gemadi prioris
anno egirae 614, victus captusque fuit post ingentem arabibus cladem illatam.
Eo enim praelio multa mahometanorum millia cecidere; complures etiam capti,
alii admodum pauci turpiter fugati. Ille nom multo post arte et fuga libertati
consulens, ad suos rediit dein Marochum petiit ubi praeturam ad tempus gesiit.
Caeterum princeps infelicissimus Mohamedo Ben Josepho Ebn Hud regi, cui
Almetuakelus cognometu, Hispalensium insidiis traditur; et ab eodem et praelio
emeritensis redux cum fratre Aba Amru Abdelrahmano intersicitur, anno scilicet
egira 627. Multa edidit carmina, quórum specimen extet in nostro códice, in
primis vero poematium ocurrit elegantissimum De Columbae Gemitu, quem audivit
praeteriens Vadilhamam, quod oppidum latine sonat Collumbarum Vallem, atque, ut
aperté testatur auctor, urbes interjacet Arcos et Medina-Celi”.
*********
Abdalla
ben Moheb ben Vazir abu Mohamad. Ilustre hombre de las artes nobles, gobernó la
provincia del vasto territorio de Alcaser. La por nosotros llamada Alcaser es
una fortaleza clave; que sin embargo el geógrafo El Nubiense, pág. 153, como se
mencionó anteriormente, llama Alcaser Ben Abi Danes y en la que se contenían
las ciudades de Ebora, Badajóz, Sarissa, Merida, Alantara, y Coria. Y así,
Abdalla mientras hacía grandes planes, tras ser conquistada Alcaser por los
cristianos el día 2 gemadi del año de la
hégira 614, fue vencido y capturado tras la gran derrota árabe infligida. En
esa batalla cayeron muchos miles de mahometanos; además un gran número fue
capturado, otros pocos huyeron vergonzosamente. No mucho después regresó junto
a los suyos. Finalmente se dirigió a Marruecos, donde ejerció como prefecto
cierto tiempo. El desdichadísimo príncipe es entregado al rey Mohamed Ben Josef
Ebn Hud, cuyo sobrenombre es Almetuakel por las traiciones de los hispalenses;
y regresando de la guerra emeritense, es asesinado con su hermano Aba Amru Abderramán
en el año 627 de la Hégira. Publicó muchos poemas, una muestra de los cuales se
detalla en nuestro códice. En los primeros se encuentra uno elegantísimo, del
Llanto de la Paloma, que
escuchó pasando por el Vadilhaman,
lugar que en latín se llama “Collumbarum Vallem”, y como testimonia claramente
el autor, está situada entre las ciudades de Arcos y Medinaceli.[iv]
Los Banu Wazir eran un clan familiar perteneciente a la nobleza almorávide de la ciudad de Silves, no estando claros los orígenes de la estirpe familiar ni su papel anterior a la fragmentación territorial de al-Andalus a mediados del siglo XII. Fue una de las familias más prominentes del Garb al-Andalus, la zona occidental de al-Andalus.
Ibn al-Abbar refiere que los Wazir pertenecían al grupo étnico de los Qaysites, tribus originarias del Norte de la provincia de Arabia, Siria e Irak. Otros autores señalan que el patronímico Wazir podría indicar que un ascendiente de la familia fuese un visir (del árabe, وزير wazīr) al servicio de una autoridad local o bien se le otorgase a título honorífico por algún gobernante sin que ello conllevara responsabilidad política o administrativa[v].
Algunos historiadores deducen un origen bereber del linaje a tenor de la existencia de personajes con el mismo apelativo de Sidray[vi]; o por el parecido del antropónimo con el término bereber Si-darn, que significa “dos pies”. Por el contrario, hay quién le atribuye un origen muladí (descendiente de cristiano convertido al Islam) basándose en que el antropónimo Sidray no es común ni en la onomástica árabe ni en la bereber[vii].
También se relaciona a esta familia con Abu Bakr Ibn Sidray, un poeta y político judío del sur de al-Andalus que vivió en Santa María de Albarracín en el periodo de los primeros reinos de taifas donde llegó a ser secretario y ministro (wazir) del rey bereber de la taifa de Sahla (Albarracín, Teruel) [viii].
El fundador de la dinastía Banu Wazir, Sidray Ibn Wazir, será un personaje que jugará un importantísimo papel en las revueltas antialmorávides en el Garb al-Andalus y en el asentamiento de los Almohades en la Península.
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Ciudades de Gharb al-Andalus |
Tras la caída de Califato de Córdoba en 1031 al-Andalus quedó fragmentada en multitud de núcleos independientes, los llamados primeros Reinos de Taifas. Esta fragmentación política sería aprovechada por los estados cristianos para avanzar sobre el territorio islámico. En 1085 el rey Alfonso VI conquista la importante taifa de Toledo, poniendo en alarma al resto de reinos, que para contener el avance cristiano reclaman en 1086, principalmente los de Badajoz y Sevilla, la ayuda de los almorávides, una tribu guerrera de nómadas bereberes del Norte de África con un sentido religioso del Islam más riguroso.
Tras desembarcar en Algeciras, los almorávides, al mando de Yúsuf ibn Tasufín, derrotan al rey castellanoleonés en la batalla de Zalaca (1086), iniciando a partir de 1090 la conquista progresiva de todas las taifas con el objetivo de unificar de nuevo los territorios de al-Andalus e incorporarlos al Imperio Almorávide, principaindo un periodo bajo su dominio que se extendería hasta 1145.
En 1121 surgen los primeros indicios del malestar andalusí contra los almorávides en la ciudad de Córdoba, donde se producirá una sublevación de la población. Nuevas rebeliones le seguirán en distintas ciudades, y a partir de 1140 una caída del poder almorávide en el norte de África por la presión de los almohades, un grupo más ortodoxo e intransigente aún.
Ante la
debilidad almorávide, en septiembre de 1144 un sufí, Abu-l-Qásim ibn Husáyn Ibn
Qasi, que había sido recaudador de impuestos para el emir de Silves, inicia una
revuelta antialmorávide en la ciudad de Mértola (Portugal), donde se proclama
imán. Le seguirían otros partidarios que constituirían territorios musulmanes
con gobiernos independientes, los llamados segundos reinos de taifas, en su
mayoría de duración muy efímera, hasta el definitivo control de los almohades
en 1151.
2.1. Abu Muhammad Sidray Ibn Wazir (N. ¿Beja/Silves?- M. ¿Sevilla?, 1170-1)
Natural de Beja[ix] según unos autores y de Silves, según otros[x], Sidray ibn Wazir fue un poderoso líder político-militar que llegó a dominar el Occidente de al-Andalus, gobernando las importantes plazas de Badajoz, Beja, Évora, Silves y Mértola. Es considerado el fundador de la dinastía y su personaje más célebre.
José A. Conde[xi] refiere que Sidray era hijo de Abdel Wahib ben Sidray, visir de Évora, quien también había sido valí de Algarbe.
Los almorávides a su llegada a al-Andalus pusieron al frente del gobierno de las provincias musulmanas más importantes y en los mandos militares superiores a miembros de la tribu Sanhaga, cuya participación fue decisiva en la formación del imperio almorávide. Los cargos administrativos fueron confiados a miembros de influyentes familias naturales de los territorios conquistados. Es el caso de los Banu Wazir, con Sidray ibn Wazir a la cabeza, que gobernaba la provincia de Évora al servicio de la autoridad almorávide.
En el contexto de las revueltas antialmorávides en el Algarbe, Abú Muhammad Sidray ibn Wazir subleva en 1144 las plazas de Beja y Évora y hace juramento de lealtad a Ibn Qasi, nombrándolo éste emir de Beja. Un mes después surgen desavenencias entre ambos líderes, Ibn Qasi destituye a Sidray y lo encarcela en la fortaleza de Mértola. Tras ser liberado, Ibn Wazir se desvincula del movimiento murīdūn de Ibn Qasi y apoyará al cadí de Córdoba Ibn Hamdin que en marzo de 1145 se había rebelado contra los almorávides en dicha ciudad, reconociéndolo como emir de los almorávides[xii]. En diciembre de 1145, Ibn Hamdin es derrotado en Écija por Ibn Ganiyya, gobernador en al-Andalus de los almorávides y se refugia en Badajoz. Ibn Qasi en su tentativa de extender su poder al valle del Guadalquivir fracasa y se tiene que retirar a su propio territorio del Garb. En enero de 1146 Sidray ibn Wazir con sus tropas al mando de su hermano Abu l-Hasan Ali b. Wazir y de su tío materno Abdallah Ibn al-Sumayl someten la mayor parte del territorio del Garb que controlaba Qasi, las provincias de Silves, Beja y Badajoz, convirtiéndose en el gran Señor del Occidente de al-Andalus. Ibn Qasi huye a África y pide el apoyo del soberano almohade Abd al-Mumen ibn Ali.
Fortaleza de Mértola. Duarte de Armas (1509-1510). Wikipedia |
En febrero de 1146 los almorávides de Ibn Gaiynya se hacen con el control de Córdoba expulsando a Ibn Hamdin rompiendo Sidray su alianza con éste. En junio de este año el ejército almohade acompañado de Ibn Qasi desembarca en Algeciras tomando las plazas más importantes del Gharb al-Andalus. Wazir se somete al poder almohade conservando bajo su mando las localidades de Évora y Beja, erigiéndose en el líder más poderoso de la región occidental de al-Andalus. En enero de 1147 el ejército almohade conquista Sevilla con la ayuda de Ibn Wazir y los gobernadores del Garb. Tras la conquista de Marrakech dos meses después, el régimen almohade sufre una grave crisis que es aprovechada por las comarcas sometidas en al-Andalus. En el Garb la insurrección se inicia en Niebla y se extiende a Silves, Tavira, Faro, Badajoz, Mértola, y al territorio controlado por los Banu Wazir. Sidray mantendrá una posición no tan beligerante contra los almohades, centrándose en luchar contra Ibn Qasi, defenderse de los ataques de al-Batrugi, señor de Niebla y Tejada, y derrotar al cadi de Badajoz, Muhammad Ibn al-Haggan.
Durante 1147 a 1150, años de anarquía política en el Garb, Sydrai , ante la ausencia de poder estatal en al-Andalus, toma los títulos de emir y de al-Mansur Bi-Hallah (una especie de sultanato), quedando como gobernador y líder militar del Occidente de al-Andalus[xiii].
A finales de 1150 Ibn Wazir, reconoce en Sevilla su fidelidad al gobierno almohade ante su representante en al-Andalus, el walí Barraz Ibn Muhammad. En Abril de 1151 Sydrai junto a otros caudillos andalusíes acuden a Salé (Marruecos) para renovar su juramento de lealtad a Abd al-Mumin y reconocerlo definitivamente como soberano almohade. En septiembre de 1151, tras la muerte de Ibn Qasi, Sidray Ibn Wazir es nombrado gobernador de Silves, cargo que continuará ejerciendo hasta 1157 en que se traslada a Sevilla, junto a su hermano Abu al-Hasan ´Ali para ejercer como consejero militar de Abu Yaqub Yusuf, hijo del califa al-Mumin. De aquí en adelante Ibn Wazīr iría escalando posiciones en el aparato político almohade, llegando a ser designado para llevar a cabo diferentes misiones diplomáticas. Con Abu Yaqub Yusuf asistió a la batalla de Zagabula en 1158 en la que estuvo a punto de morir. En 1159 estuvo preso en Sevilla por suponérsele que envió una carta al caudillo andalusí Ibn Mardanis, enemigo de los almohades, para que abandonase el asedio de Córdoba a cambio de Sevilla. Tras este incidente Ibn Wazir se ganará la plena confianza de los gobernantes almohades jugando un importante papel en la toma de decisiones relativas a asuntos sociopolíticos de al-Andalus. En 1164 Sydrai junto a su hermano Ali forman parte de la delegación que acompaña Abu Yaqub Yusuf, tras su investidura como califa a la muerte de su padre al-Mumin, a Gibraltar para recibir la lealtad de los gobernadores de al-Andalus. En 1169, por su conocimiento de la lengua romance, es designado por el califa para negociar, en nombre de los almohades, una tregua con el rey de León Fernando II[xiv]. Parece ser que murió en 1170-71[xv].
Quirate acuñado en Silves por Sidray ibn Wazir reconociendo a Ibn Hamdin |
2.2. Ibn
Wazir, Abu Bakr
Abu Bakr
Muhammad b. [Abi Muhammad] Sidray b. `Abd al-Wahhab b. Wazir al-Qaysi
al-Shilbi.
(n. ¿Silves? - ¿Alcacer do Sal?, m. Batalla Navas de Tolosa 1212)
Era
un caballero andalusí con rango de comandante en Sevilla[xvi]. El 6 de
Octubre de 1174, Abu Bakr, hijo
de Sidray Ibn Wazir, es nombrado por el califa Abu Yaqub Yusuf (1163-1184)
gobernador de la ciudad de Beja, tras ser recuperada por los almohades, aunque
fue cesado a los pocos meses ante las quejas de la población por su cuestionada
gestión política.
En
1178 su tío Alī Ibn Wazir, que fue
gobernador del castillo de Serpa, junto a Umar Ibn Timsalik, gobernador de
Beja, atacan Alcácer do Sal (en el Alentejo portugués) siendo ambos capturados
por las tropas cristianas portuguesas y llevados con grilletes a Coimbra ante
el rey Alfonso Enríquez. Con una cadena de hierro al cuello Timsalik fue
torturado hasta la muerte; Alí Ibn Warzir por el contrario corrió mejor suerte
y fue rescatado por el califa al-Mumin por 4000 dinares[xvii].
En 1191 el califa Yaqub al-Mansur (1184-1199) arrebata a los cristianos la ciudad de Alcácer do Sal, también denominada en las fuentes árabes Hisn Abi Danis (Castillo de Abu Danis), nombrando a Abu Bakr su gobernador, cargo que ejerció hasta su muerte el 16 de Julio de 1212 después de participar en la Batalla de las Navas de Tolosa adonde acudió como jefe de un destacamento de caballería. Al contrario que en Beja, su gestión como gobernador de Alcácer durante las dos décadas que lo ejerció, fue muy bien valorada. Tras su muerte le sucedió en el cargo su hijo Abd Allah.
Se distinguió también Abu Bakr como poeta. Algunas de sus composiciones conservadas las recoge Ibn Al-Abbar en la Hulla, destacando un poema que Abu Bakr improvisó en las cercanías de la actual Paterna de Rivera. En uno de sus viajes a su paso por el Wadi-l-Hamam, que Velázquez Basanta[xviii] traduce como “Cañada de las Palomas”, en el camino entre Arcos de la Frontera (Arkus) y Medina Sidonia (Medina Ibn al-Salim), al escuchar el canto de una hermosa doncella (kamil, -am) compuso esta bella casida:
¡Ay de aquella paloma, que al zurear
en la cañada, renuncia a arrogarse el mal
de amores de quién está perdidamente enamorado!
¿Dónde están las lágrimas, dónde los
vestidos de luto, dónde incluso los deliciosos
momentos vividos en medio de las tiendas?
¿Te has detenido en la más lujuriosa
espesura, batiendo las alas sobre una vaguada,
para celebrar que no tienes amor?
Cantas con Beta de Casiopea (al-kaff al-jadib),
un astro que con las yemas de los dedos
acompaña el melodioso son de las palabras,
y eres cual lechuza mañanera o diurna,
pues tu oficio, ¡oh paloma mía (ya hamam)!,
no es otro que [anunciar] la muerte (al-himan).
Yo soy aquel, cuyo cuerpo se libró
de la languidez cuando, indefenso,
puso su seguridad bajo la tiranía de Alwa.
Antes de eso no sabía yo que el
mal de amores adelgaza a los cuerpos
tanto como afila las espadas.
2.3. Ibn
Wazir, Abu Muhammad
Abu Muhammad
Abd Allah b. Muhammad [b. Sidray] b. Wazir al-Silbi (¿Silves? ,
¿? – Sevilla 1230).
Abu
Muhammd regresó a Sevilla donde desempeñó algún cargo al servicio de los
almohades. Encontrándose en Sevilla el califa almohade al-Adil, los cristianos
del Algarbe hacen una expedición y saquean la vega de Tejada (Paterna del
Campo) en mayo-junio de 1225. Alertada la población de Sevilla, se reúne y
decide hacer una incursión contra los enemigos. Una buena parte de la
población, mal pertrechada y sin experiencia militar, parte al encuentro de los
portugueses, acompañada de menos de 100 caballeros al mando de Muhammad Ibn
Wazir. Éste, previendo el desastre que se avecinaba, desaconsejó a la plebe
sevillana enfrentarse a un enemigo numeroso, preparado y bien armado. La turba
haciendo caso omiso le acusó de cobardía y se lanzó a la batalla. Muhammad y
sus soldados se retiraron siendo la hueste musulmana prácticamente exterminada.
En
1228, el cabecilla Ibd Hud al-Mutawakkil se alzó en Murcia contra los almohades
proclamándose emir de la taifa y conquistando hasta 1238 casi la totalidad de
los territorios de Al-Ándalus. En 31 de Octubre de 1229 Ibn Hud somete la
ciudad de Sevilla. En Marzo de 1230 Ibn Hud acude en socorro de la ciudad de
Mérida asediada por las tropas del rey Alfonso IX, acampando en Alange. El rey
leonés ataca a las huestes musulmanas y le infringen una dura derrota el 15 de
marzo obligando a Ibn Hud a refugiarse en Badajoz que también sería tomada. En
esta batalla participaron Muhamad b. Wazir y su hermano Abu Arm Abd al-Raman,
quienes a su regreso a Sevilla son apresados por el populacho sevillano, y
mandado ejecutar por Ibn Hud ante el temor de que se sublevaran.
Abu
Muhammad Abd Allah, tuvo fama de poeta en la corte almohade. Así participó en
la recepción que un grupo de personalidades norteafricanas y andalusíes preparó
en Córdoba el 15 de Septiembre de 1171 para recibir al califa Abu Yaqut Yusuf,
dedicándole un panegírico[xix].
Ibn
al-Abbar refiere que Abu Muhammad recitó un poema de 7 versos cuando, al pasar
con su padre, Abu Bakr, por la “Cañada de
las Palomas” (Wadi l-Hamam)
recordó otro poema con la misma temática, métrica y rima y compuesto por su
padre en una ocasión anterior, conmovido por el canto de una doncella (kamil, -am):
¡Ay de aquella paloma (hamama), [que zureaba] en la cañada!
¿Tenías miedo de la muerte (al-himam) y te quejabas
porque ya no sufrirías más los reproches del enamorado?
Las palomas suelen mentir, pues ¿dónde está la
reclamación de quién tiene que aparentar tristeza
por alguien que [como tú] está discretamente oculto?.
Mis lágrimas, junto al mal de amores, son testigos;
pero si, yo hubiera porfiado con el cuerpo lánguido,
la languidez habría bastado.
Antes al contrario, yo te he disculpado,
¡oh paloma mía¡, pero tú no has podido soportar
una ayuda que aliviaría la sed de tu compañero.
de tu voluntad dependía alheñarte las palmas
de las manos, pero nunca podrías ponerte
un collar que por tu culpa está deshecho,
o ¿es que no ves que la madre de párpados
naturalmente ojerosos, el que la mira cree
que se queja por la pérdida de un hijo?.
Se disipó el arrullo, y por eso
estoy triste . ¡Ojalá no llegue yo a
saber lo que el amor es algún día!.
Ambas
casidas debieron ser compuestas en las postrimerías del siglo XII o a
principios del XIII, ya que Abu Bakr, fallecido en 1212, acompañaba a su hijo
Abu Muhammad cuando éste recitó un poema de siete versos al pasar por el Wadi l-Hamam, y recordar el bello poema
que su progenitor creó inspirado al escuchar el arrullo de una paloma en tan
hermoso paraje. Cabe destacar que Velázquez Basanta, quién da a conocer sendas
casidas de padre e hijo, traduce Wadi
l-Hamam como “Cañada de las Palomas”
y refiere que Abu Bakr improvisó su poema conmovido al escuchar el canto de una
bella doncella a su paso por dicho paraje, aunque todos los autores previos
desde el siglo XVIII refieren que el motivo de inspiración fue el triste y
dulce canto de una paloma o una torcaz.
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Genealogía Familia Wazir según Velázquez Basanta |
[i]
CASIRI M.: Bibliotheca arabico-hispana
escurialensis. Matriti : Antonius Perez de Soto imprimebat. 1760. Tomus
Posterior. Pags. 30-65.
[ii]
Ms. 1654 en DERENBOURG, H., RENAUD, H., LÉVI-PROVENÇAL, E., Les manuscrits
arabes de l’Escurial.- Paris : Ernest Leroux : Paul Geuthner, 1884-1928.- 3
v. Tomo III, P. ·. Págs. 187-188
[iii] MEOUAK, M.: Ibn al-Abbâr, en Enciclopedia de al-Andalus, Granada, El Legado Andalusí, tomo 1, 2002, 277-281
[iv]
Traducción de Patricia Fernández, Profesora de Latín y Griego del IES Paterna
[v] KHAWLI, A.: La famille des Banu Wazir dans le Garb d'al-Andalus aux XII et XIII siècles. Arqueologia medieval, Nº 5, 1997, págs. 106
[vi] VELAZQUEZ BASANTA, F.: Ibn Wazir, Abu Bakr. Biblioteca de
al-Andalus, nº 5 (2007), pp. 597.
[vii] KHAWLI, A.: La famille des Banu Wazir dans le Garb d'al-Andalus aux XII et XIII siècles. Arqueologia medieval, Nº 5, 1997, págs. 103-116. Nota 11
[viii] VELAZQUEZ BASANTA, F.: Ibn Wazir, Abu Bakr. Biblioteca de al-Andalus, nº 5 (2007), pp. 596-603.
[ix]
DE OLIVEIRA MARQUES, A. H.: Histoire du Portugal et de son empire
colonial (en francés). KARTHALA Editions.1998 p. 47.
[x] REI, A.: Os Místicos no Ġarb al-Andalus e os modelos sociológicos das suas vivências (séculos X a XIII). Revista Diálogos Mediterrânicos, Nº. 13, 2017 (Ejemplar dedicado a: Dossiê "Direito e História no Mediterrâneo Ocidental"), págs. 152-174.
[xi]
CONDE, J.A. Historia de la Dominación de
los Árabes en España. Madrid. Imp. que fue de García. 1820. Tomo II. Págs.
276 y 347
[xii] Monedas y señores de Badajoz durante las segundas taifas. Sidray ibn Wazir. 15-10-2017, 3-10-2017 y 18-11-2017. Blog Historias de Badajoz de Fernando Iglesias Ruiz
[xiii] KHAWLI, A.: La famille des Banu Wazir…Pág. 108
[xiv] Ibidem. Pág. 108
[xv]
VELAZQUEZ BASANTA, F.: Ibn Wazir, Abu Bakr. Biblioteca de
al-Andalus, nº 5 (2007), pp. 597. Adballáh Khawli refiere que debió morir a
finales de 1172 principio de 1173, en que ya no son citados en las fuentes
documentales. Le Famille des Banu Wazir …
[xvi]
VIDAL-CASTRO, F. Heroísmo o principios ético-sociales: la muerte en defensa de
la comunidad. Personajes musulmanes fallecidos en la batalla de al-‛Iqāb o las
Navas de Tolosa (1212). Alcazaba: Revista Histórico-Cultural Nº 12-13
(2012-2013), Págs. 117-138
[xvii]
HUICI MIRANDA, A. Colección de crónicas árabes de la Reconquista / traduccion
española de.: Instituto General Franco de Estudios e
Investigacion Hispano-Arabe, Editorial Marroqui. Tetuan 1953.
Volúmen 2. Al-Bayán Al-Mugrib Fi Ijtisár Ajbar Muluk Al-Andalus Wa Al-Magrib
por Ibn Idári Al-Marrákus I Los Almodades. Tomo I. Págs. 21 y 22
[xviii]
VELAZQUEZ BASANTA, F: Ibn Wazir, Abu Bakr. Biblioteca de
al-Andalus, nº 5 (2007), Pág. 599
[xix] VELAZQUEZ BASANTA, F.: Ibn Wazir, Abu Bakr. Biblioteca de
al-Andalus, nº 5 (2007), Pág. 602
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