martes, 4 de marzo de 2025

EL GUADALHAMAN: UN ENCLAVE PRÓXIMO A PATERNA DE RIVERA INSPIRADOR DE POETAS ANDALUSÍES ( y 9)

 g) El hisn Batarna (Paterna), una fortaleza andalusí de la cora de Saduna


    Tras la llegada de los musulmanes a la Península el año 711 inicialmente se asentaron en el territorio conquistado contingentes militares de origen bereber y, en menor número, grupos étnicos árabes. A partir del 743, durante el Emirato y Califato de Córdoba (S VIII-XI), al-Andalus será organizada en circunscripciones político-administrativas llamadas coras (kuwar, plural de kūra), con un wālī o gobernador al frente y con capital (hāḍira) en una ciudad (madina) del mismo nombre, una importante urbe de época romano-visigoda.

Las coras, a su vez, se subdividían en «distritos» (aqālīm, iqlim en singular), unidades administrativas menores de carácter básicamente clánico o tribal articuladas a través de la recaudación fiscal, y encabezadas por una fortaleza o castillo (hisn, ḥuṣūn en plural) que actuaba como centro organizativo y defensor. A estos ḥuṣūn estaban vinculados los asentamientos rurales como entidades básicas del poblamiento que explotaban las tierras de cultivo de su entorno: aldea (day`a), alquerías (qarya) y cortijos (maŷšar).

    La actual provincia de Cádiz quedó dividida en dos coras: la de Sidunia, situada entre los ríos Barbate y Guadalquivir, con capital en la ciudad de Sidonia; y la de Al-Yazirat, situada en el Campo de Gibraltar, con capital en Al-Yazirat Al-Hadra (Algeciras).

Ubicación de la cora de Sidonia.

Fuente: https://comarcadelajanda.wordpress.com/jornadas.


    La cora de Siduna (kurat Sadhuna) tenía prácticamente la misma extensión que la de su antecesora demarcación eclesiástica visigoda, el obispado de Asido, limitando al norte con las coras de Ishbiliya (Sevilla) y Mawrur (Morón), al este con Takurunna (Ronda) y al sur con Al-Yazirat (Algeciras). Las crónicas árabes señalan 4 distritos o aqālīm en Sadhuna denominados Magila, Saddina, Al-Asnam y al-Manara.

    La cora de Saduna, con extensión estimada de 8.500 Km2, estaba integrada, según el Dirk, por más de 700 alquerías, que dan idea de la alta densidad de población de la circunscripción en época andalusí. La abundancia de topónimos árabes referentes a enclaves rurales que aparecen en los deslindes de términos y libros de repartimientos de tierras tras la expulsión de los musulmanes corroboran el alto grado de ocupación del espacio. Así, por ejemplo, en el deslinde del término de Medina de 1269, en la que se hace una descripción de la línea divisoria con sus poblaciones vecinas, se citan numerosos núcleos rurales de diversa entidad (aldea, alquería, machar, villar o villarejo); que supone solo una pequeña muestra de la cantidad de asentamientos que debieron formar parte de los vastos alfoces de las madina de la cora de Siduna.


Localidades de la cora de Sidonia (Fuente: "A los pies de Matrera", de José María Gutiérrez)

    Gracias a este deslinde de Medina de 1269 sabemos de la existencia en época musulmana de una alquería en Paterna. Varios autores identifican determinados topónimos musulmanes de la cora de Sidonia con Paterna. Así Joaquín Vallvé[i] ubica en Paterna de Rivera una fortaleza musulmana (hisn) denominada Batirna perteneciente a la cora de Sidonia, que se asentaría sobre una entidad de población antigua de origen preislámico:

"Otras fortalezas importantes de la cora, en el siglo X, eran Paterna

 (Batirna), Vejer (Basir), Gigonza (Sigunsa o Sigunsa) y Alcalá de 

                                        los Gazules (Qal`at Jaw lan)."

   Por otra parte, el profesor Abellán Pérez[ii] sitúa en Paterna una alquería árabe del siglo X perteneciente a la cora de Sidonia conocida con el nombre de Batarna y de donde eran naturales dos alfaquíes:

Ibn al-Faradi da noticias de dos nuevas alquerías pertenecientes a Sidonia: la de Barisa y la de Batarna (Paterna),… De Paterna eran Ala b. Adi y Yusuf b. Wahbun, ambos alfaquíes del lugar. Sobre la época en que vivieron Ibn al-Faradi no ofrece información directa, pero respecto al primero dice que era discípulo de Abu Razin, célebre jurista jerezano que murió en el año 947-948; por tanto, habría que situarlos en el siglo X.

    La fuente árabe a la que hace referencia Abellán Pérez es Ta’rij ulama al-Andalus (Historia de los sabios de al-Ándalus), un repertorio biográfico de los ulemas andalusíes, obra del cordobés Ibn al-Faradi (962-1013):

Ala” b. “Adi, de la gente de [Medina] Sidonia, pero habitante de Paterna (Batarna). Oyó de Abu Razin, y fue alfaquí en su ciudad. Me contó esto un anciano de su región” (Ibn al-Faradi, Ta’rij ulama al-Andalus, nº 974).

Yusuf b. Wahbun, de la gente de [Medina] Sidonia, pero habitante de Paterna (Batarna). De kunya Abu Umar. Oyó en Córdoba de Muhammad b. Umar b. Lubaba y de Ahmad b. Baqui. Fue alfaquí en su ciudad. Me contó esto un anciano al que encontré junto a [Medina] Sidonia” (Ibn al-Faradi, Ta’rij ulama al-Andalus, nº 1.631)[iii].

    El mismo Abellán Pérez en la segunda edición de su obra El Cádiz islámico a través de sus textos[iv], donde amplía la información sobre estos dos personajes de Batarna, se corrige y trascribe el topónimo citado por Ibn al-Faradi como Batarya o Batariyya, recogiendo la versión de Miguel A. Borrego Soto, quién ve posible su identificación con Paterna de Rivera[v].

    En una crónica del geógrafo andalusí del siglo XI al-Udri se refiere que en tiempos del emir de Cordoba 'Abd Allah ibn Muhammad, conocido por Abdala I, (11/1/844​-15/912), sus hijos Salma y Hamdūn entraron en Bāṭriya, uno de los hisn más significativos de la cora de Sidonia, y reconstruyeron su fortaleza. Al mismo tiempo Muhammad y ‘Abd Allāh, hijos de Abī‘Īsà, conquistaron la cercana fortaleza de Vejer (Bašīr), que igualmente reconstruyeron[vi]. Este Bāṭriya ha sido identificado con el Cerro Patría, importante yacimiento arqueológico próximo a Vejer con niveles de ocupación desde el siglo III a.C. hasta el XIII. Hay que hacer constar también que en el siglo XIII existía en el término de Vejer una aldea con el nombre de Paterna, de claro origen romano, que fue repartida en 1288 entre los castellanos que habían acudido a repoblar esta villa[vii].

    Desconocemos si Ibn al-Farady y al-Udri hacían alusión en sus obras al mismo asentamiento o a enclaves diferentes de la misma cora de Sidonia, que arabistas e historiadores han identificado con Paterna de Rivera, Matrera[viii] o Patría (Vejer)[ix]. No contribuye a su clarificación las dispares transcripciones/transliteraciones al castellano que los autores hacen del topónimo árabe: Batarna, Batirna, Batārya, Batariyya o Bāṭriya[x].

    Son escasos los hallazgos arqueológicos de época musulmana en las inmediaciones del núcleo urbano de Paterna de Rivera, pero Salvador Montañés no descartar que ésta sea la Batirna o Batarna que mencionan los textos árabes[xi]. Igualmente, Iglesias García[xii], al estudiar el deslinde de términos entre Jerez, Lebrija y Arcos realizado en 1274, opina que el distrito de Arcos, incluiría desde época almohade la alquería de Paterna (Baṭārya o Bāṭariyya), al confluir los linderos de Medina, Jerez, Alcalá y Arcos al oeste de actual núcleo urbano de Paterna, en las proximidades de Cortijo Alcobainas.

    Sabemos de otras Batarna y Batirna[xiii] citadas en textos andalusíes, topónimos que parecen provenir del cognomen latino Paternus muy frecuente en Hispania. Algunos autores otorgan al étimo de Batārya/Batariyya un posible origen romance –de “petra” “piedra”, significando “pedregoso”, “pedregal”.

 

________________________

[i] VALLVÉ BERMEJO, J., La división territorial de la España musulmana, Madrid, 1986, pp. 325-326.

[ii]ABELLÁN PÉREZ, J. Poblamiento y administración provincial en el al-Andalus. La cora de Sidonia, Col. Al-Andalus, Málaga, Editorial Sarriá, 2004, p. 59

[iii] ALMAGRO G., MONTAÑÉS S, MORENO J.: Paterna de Rivera en la historia: de los orígenes al siglo XVI. Servicio de Publicaciones de la Diputación de Cádiz, D.L. 2017. Nota 28 del Capítulo III (Salvador Montañés). Pág. 91.

[iv] ABELLÁN PÉREZ, J.; El Cádiz islámico a través de sus textos / Juan Abellán Pérez ; introducción Míkel de Epalza. Cádiz : Servicio de Publicaciones, Universidad , 2005. Págs. 49-50.

[v] BORREGO SOTO, M. Ángel. (2021). Sabios musulmanes de Jerez (siglos IX-XIV). Al-Andalus Magreb, (11), 7-66. Pág. 13

[vi] IGLESIAS GARCÍA, L., MARTÍNEZ ENAMORADO, V., GUTIÉRREZ LÓPEZ, J.M.: Una “nueva” perspectiva para la historia y la arqueología medieval en Andalucía occidental. Revista Atlántica-Mediterránea 16, pp. 159-179. Pág. 170

[vii] LADERO QUESADA, M.A. Y GONZÁLEZ JIMÉNEZ, M.: La población en la frontera de Gibraltar y el repartimiento de Vejer : (siglos XIII y XIV) / Miguel Angel Ladero Quesada, Manuel González Jiménez. -- Sevilla : Publicaciones de la Universidad de Sevilla, 1977

[viii] MARTÍNEZ ENAMORADO, V.: Un país “que reporta todo tipo de bienes”. Sobre el sentido histórico de la cora de Sidonia. Revista Atlántica-Mediterránea de Prehistoria y Arqueología Social, 10, 2008, 375-398. Universidad de Cádiz. Se refiere a Bāṭriya como “posible corrupción gráfica de Paterna o tal vez de Matrera que es mencionado por al-‘Udrī (Tarṣī‘, 112) como una de las fortalezas más significativas de Sidonia” Pág. 390.

[ix] GÓMEZ LÓPEZ, C.; CANTILLO DUARTE JJ.; Cerro Patria (Vejer de la Frontera, Cádiz). Una ciudad andalusí silenciada por la historia. Revista de Historia de Jerez, ISSN 1575-7129, Nº. 23, 2020, págs. 49-67.

[x] El árabe es una lengua semítica en el que fonéticamente predominan las consonantes sobre las vocales, tiene sonidos o fonemas que no tienen equivalente en otros idiomas y además se escribe con un alfabeto diferente al que usan las lenguas indoeuropeas. Por ello si en un texto se introduce una palabra árabe sin traducir, no es posible escribirla en sus caracteres originales pues el lector no podría leerla. A ello se une que en el idioma árabe existen sonidos o fonemas que no tienen equivalentes en el español. Para franquear estas dificultades se han diseñado diversos de sistemas o métodos de romanización, es decir, representar textos escritos y orales en árabe utilizando el alfabeto latino al objeto de leer las palabras o pronunciarlas correctamente, y así se habla de transliterar, transcribir o traducir.
  • Transliterar es representar de manera exacta cada fonema de la palabra árabe, de modo que al pronunciarla sea muy próxima o idéntica a su lengua original.
  • Transcribir significa escribir la palabra árabe de la forma más cercana posible a su sonido original, solo con el uso del alfabeto español.
  • Traducir consiste en trasladar el sentido de un texto de una lengua a otra.

Así por ejemplo en el término «العربية الفصحى» que puede transliterarse como «al-'arabiíah al-fushaà», transcribirse como «al arabíatul fusja» y traducirse como «árabe clásico».

ABDUNUR PEDRAZA, SAID: Del árabe al español: ¿transliterar, transcribir o traducir?. Yusuf Galán Blog: DEL ÁRABE AL ESPAÑOL: ¿TRANSLITERAR, TRANSCRIBIR O TRADUCIR? (yusufgalan.blogspot.com)

[xi] Ibídem. Pág. 87

[xii] IGLESIAS GARCÍA, L.: Jerez durante la Baja Edad Media: transformaciones territoriales. Revista Historia de Jerez. Nº. 19. Centro de Estudios Historicos Jerezanos.Jerez de la Frontera. 2016 Pág. 54.

[xiii] Batirna identificada con Paderne (Algarve). Cfr. en RAMIREZ DEL RÍO, J.: Al-Ḏajīra al-saniyya: una fuente relevante para el siglo XIII en la Península Ibérica. Al-Qanṭara XXXIII 1, 2012, pp. 7-44

Batirna o Batârina, patria de un Al-Batarnî identificada con Paterna (Valencia). Cfr. en DE EPALZA , M.: L'ordenació del territori del País Valencia abans de la conquesta, segons Ibn-al-Abbar (segle XIII). Sharq Al-Andalus - Nº5, Año 1988, pp. 41-67.

Alqueria de Batarna (El Maraute. Motril). GÓMEZ BECERRA, A.: El Maraute (Motril) y el poblamiento islámico en la costa de Granada. Asentamientos rurales y territorio en el Mediterráneo medieval, 2002, págs. 30-62.

lunes, 3 de marzo de 2025

EL GUADALHAMAN: UN ENCLAVE PRÓXIMO A PATERNA DE RIVERA INSPIRADOR DE POETAS ANDALUSÍES (8)

d) Sepultura megalítica de Las Alcobainas

    En el otoño de 1955[i] durante las labores de arado en el Cortijo de “Las Alcobainas”, cuyas tierras atraviesa el río Salado de Paterna, unos campesinos descubren una sepultura megalítica con restos óseos humanos, numerosos utensilios de piedra, algunos fragmentos de objetos de cobre o bronce y dos vasijas de barro cocido muy bastas en su interior.

Cortijo Las Alcobainas, al noroeste de Paterna

    Aunque el dolmen fue tapado por los campesinos, en el lugar del hallazgo se persona el Arquitecto Municipal de Jerez de la Frontera, Manuel Esteve Guerrero, y se informa de las circunstancias del descubrimiento, las características de la sepultura, el material arqueológico encontrado en la misma y el destino que corrió.

    Al parecer, “la sepultura estaba construida con grandes losas de piedra colocadas verticalmente, formando las paredes, y otras dispuestas de plano, cerrándola... La mayor parte de dichos objetos fueron rotos por los ocasionales descubridores, más, hechas las gestiones oportunas, pudieron recuperarse algunos que se encontraban en poder de los campesinos, pero no las vasijas que, como decimos fueron destruidas.”

    Los objetos que pudo recuperar Esteve Guerrero y que posteriormente fueron depositados en la Colección Arqueológica Municipal de Jerez fueron:

  • un hacha de piedra pulimentada
  • cuatro fragmentos de cuchillos de silex
  • un raspador
  • tres fragmentos de un utensilio de bronce o cobre, en los que se distinguen dos estrías a lo largo, paralelas y un fragmento de otro objeto del mismo metal que, como aquellos, Esteve ignoraba cual fuera su uso o empleo y de igual modo con dos estrías a lo largo, paralelas y con dos orificios en uno de los extremos.
    Manuel Esteve catalogó el hallazgo como un dolmen del Bronce Final (1200-750):

"Estimamos que se trata de una sepultura de tipo megalítico de comienzos de la Edad del Bronce Mediterráneo, y que si se procede a su excavación, cosa a la que se halla dispuesta el dueño de la finca, al disponer entonces de más elementos de juicio y por el material que se proporcione, podremos juzgar mejor y sospechamos que hasta es probable que si se busca por aquellos contornos se hallen otras sepulturas, pues el nombre de la finca -“Las Alcobainas”- tal vez sea un derivado local del vocablo árabe “alcoba”, es decir: “la cúpula”, “la alcoba”, “la boveda”, etcétera, que pudiera aludir a alguna construcción allí existente en la antigüedad."

    Entre los objetos hallados destaca una espada de bronce incompleta de la que solo se recuperaron 4 fragmentos: uno correspondiente a la parte inferior de la empuñadura y tres fragmentos de la hoja con una pequeña nervadura central. Según el profesor Torres Ortiz[ii] la espada pertenece al tipo Sa Idda variante Villaverde del Río del Bronce Final Atlántico. Este tipo de espadas comienzan a fabricarse en la península ibérica entre mediados del siglo X a. C. e inicios del IX a. C. hasta el siglo VIII a.C. , en que serán sustituidas por piezas de hierro. Destaca Torres la diferencia cronológica de poco más de mil años entre la fecha atribuida a la espada (siglos IX-VIII a.C.) y la de la sepultura megalítica (fines del V milenio y fines del III milenio a.C.), que se ha interpretado como una intrusión posterior, es decir, la reutilización de un espacio funerario antiguo para legitimar la posesión del territorio por parte del grupo.

Fragmentos de la espada de Las Alcobainas. Foto Museo Arqueológico de Jerez

    Esteve se hacía eco de la existencia de restos romanos en un cerro próximo al enterramiento (una piedra de molino y fragmentos de tegulas en superficie) pertenecientes a algún asentamiento de época romana, así como la localización en las cercanías del tramo del acueducto de Tempul a su paso por el cortijo de “Los Arquillos”.


b) El camino de Arkus a Medina Ibn Salim

    Ibn Alabar sitúa el Wadi l-Hamam (Valle de las Palomas) entre las ciudades de Medina Ibn Salim y Arcos de la Frontera, no pudiéndose descartar que el poeta andalusí transitaba por la antigua vía romana que atravesaba el Valle en un punto próximo a la actual Paterna de Rivera.

    Algunos autores piensan que este vial era parte del trazado de la vía romana Hispalis-Asido, una calzada romana que ponía en comunicación la costa meridional de la Península con el Valle del Guadalquivir descrita por el Anónimo de Rávena en su Cosmografía, una obra del siglo VII de nuestra era elaborada a partir de otras fuentes literarias más antiguas. El camino romano descrito en el itinerario tenía las siguientes estaciones: Hispalis (Sevilla), Orippo (Torre de los Herberos, junto a Dos Hermanas), Ugía (Torres de Alocaz) ,Cappa, Saudo, Burdoga, Saguntia (Gigonza) y Asido (Medina Sidonia). Habitual del Anónimo de Rávena es omitir el final de la vía, por lo que el destino se baraja que sea un puerto costero próximo a Medina Sidonia, posiblemente Baesippo (Barbate), Gades o Mergablum (Cerro Patría o Conil), siendo lo más probable que continuara hasta Baelo Claudia pasando por Baesippo.

Vía romana Hispalis-Asido

    Para el tramo que discurre entre Asido (Medina Sidonia) y Saguntia (Gigonza), los historiadores proponen diferentes trazados.

    Pierre Sillières [iii], que cree que esta vía ya era utilizada desde antes de la llegada de los romanos, señala que el trazado desde Medina seguía la actual carretera hacia Paterna, bordeaba el pueblo por el Este y continuaba hacia Gigonza por el llamado Camino Viejo de Gigonza, que conduce directamente a la antigua ciudad romana.

    Según Ramos Romero[iv] el itinerario de Asido a Saguntia partía de la Puerta del Sol, entrada norte al municipio, “sigue el carril de Santa Ana, camino del pozo del Horcajo y Rancho Viejo, Las Zorreras, Cerro y Cortijo de Escorvaina para empalmar tras Cañada de las Salinillas con Cañada Honda, entrando así a las fuentes de la aun inexistente Paterna” y continuaba por el camino hacia el Convento del Valle en dirección a Gigonza, buscando los pasos del Guadalete y Majaceite en las proximidades de la Junta de los Ríos, vía Écija. El historiador asidonense ve más lógico este trazado que el que “sale de Medina vía Arcos, por la Fuente Chica, Las Motillas, La Angostura, a buscar La Lapa y Arquillos que no pasa por Gigonza y los baños.” Éste trazado coincidiría con el llamado Camino Viejo de Arcos.

    Otro itinerario nos lo ofrece Ramón Corzo[v], según el cual la vía “discurría por una cañada de ganados que parte de Medina hacia el noreste en línea recta y que alcanza el punto de intersección de los términos de Alcalá, Paterna y Medina, junto al Cerro de la Higuera, por donde parece que se realizó el hallazgo del bronce de Lascuta y de donde procede también una de las inscripciones fundacionales de basílicas por el obispo Pimenio. Desde aquí continúa hacia el norte con huellas de haber tenido un firme pavimentado y coincidiendo con el límite de los términos de Alcalá y Paterna; en las fotografías aéreas forma una línea recta que cruza el Cerro de la Plata y llega a Baños de Gigonza; el topónimo “plata” vuelve a confirmar la existencia de un camino bien pavimentado durante el periodo islámico y el enlace entre Assidone (Medina) y Saguntia (Baños de Gigonza) resulta el más breve y cómodo”.

    Parte de la red viaria romana, aunque deteriorada y no sin ciertas modificaciones, debió estar operativa todavía en el siglo VIII, cuando los musulmanes inician la conquista de la península. El profesor Abellán Pérez[vi] señala que durante el periodo musulmán la provincia gaditana estaba interconectada de norte a sur por tres viales que de manera perpendicular partían de la antigua calzada romana que bordeaba la costa gaditana: el de Carteia a Córdoba pasando por Lascuta (Alcalá de los Gazules) e Iptuci (Prado de Rey); el que siguiendo el antiguo trazado romano del Anónimo de Ravena partía de Baesippo hacía Hispalis, pasando por Saguntia, Ugia, Orippo, Carmo (Carmona) y Astigi (Ecija) para dirigirse a Córdoba; y el ramal más occidental que salía de Ad Pontem (Puente Zuazo), continuaba por Portus Gaditanus (cerca del Portal de Jerez) y se dirigía hacía Torres de Alocaz, donde enlazaba con el anterior camino. Para poner en comunicación las diferentes entidades de población rurales estos viales principales se completaban con todo un entramado de caminos secundarios que vertebraban el territorio.

    Algunos tramos de estos caminos de época romana, según Abellán Pérez, fueron utilizados durante la conquista musulmana por Musa y Tariq, por el emir Abderramán III en 914 cuando intentó poner fin a una rebelión hafsuní, o por Ibn Yubayr en el año 1183 en su viaje de Granada a Tarifa para peregrinar a lugares santos.

    Para Torres Balbás[vii] la antigua calzada romana de Baesippo a Hispalis es la que utilizó Tariq en 711 tras cruzar el Estrecho al encuentro de Don Rodrigo, y por el ejército del emir Abd´Allah en su campaña de 895 para ir desde Sevilla a castigar a los rebeldes de Jerez, Arcos y Medina Sidonia, pasando por Calsena en la Junta de los Ríos, vía que en el siglo XII aún estaba en uso.

    Félix Fernández Gómez cree que este es el camino seguido por Musa ibn Nusayr en 712 y, siglos más tarde, por el emir almorávide Yusuf ben Tasufin en septiembre de 1086 de Algeciras a Sevilla cuando acudió en auxilio de los reinos de taifas ante el avance de las tropas de Alfonso VI; así como por el emir de los benimerines Abu Ya´qub.

Itinerarios de la conquista (Fuente: Juan Zozaya. Atlas caminería Hispánica)

    El geógrafo persa Al Istajri[viii] en su obra Libro de los caminos y de los reinos relaciona los principales itinerarios de al-Andalus durante el califato omeya (siglo X) enumerando 14 caminos, entre los que incluye dos rutas que enlazaban el campo de Gibraltar con tierras sevillanas: un itinerario de Écija hacia Morón, Sidonia y Gibraltar, y otro de Algeciras a Sidonia, Carmona y Sevilla. Unos itinerarios que debieron coincidir con parte del trazado de la antigua vía romana de Hispalis a Asido. Proporciona además Istajari en esta importante obra de 921, el interesante dato de las distancias que hay entre las poblaciones medidas en jornadas, es decir, en días que se tardan en ir de una ciudad a otra.

    Istajari en el itinerario de Córdoba a Gafec, capital de Fajs Alballut (Llano de las Bellotas, en el norte de la Provincia de Córdoba), refiere que hay dos días, y de Fajs Alballut a Niebla, 14 días, llamando la atención de Alemany Bolufer sobre lo que sigue en el texto original: “Y Sevilla está en el camino de Sidonia”, pues según el arabista no guarda relación con el contexto; aunque esta referencia acredita la importancia de Sidonia.


    Ambos trazados debieron compartir el mismo tramo del camino desde el Campo de Gibraltar hasta Media Sidonia, bifurcándose posteriormente en dos ramales, uno hacia Carmona y Sevilla y otro hacia Écija pasando por Morón.

    En el año 897[ix] (según otros arabistas e historiadores en 907[x]) el emir de Córdoba ‘Abd Allāh I organizó una campaña para castigar a los rebeldes de Omar Ibn Hafsun en el sur peninsular y recuperar las fortalezas y territorios perdidos. Desde Marchena el ejército real marchó hacia Morón destruyendo cosechas, granjas y fortalezas en manos rebeldes. Pasaron después a Calsena en la permanecieron durante varios días a causa de las fuertes lluvias que inundaron los caminos para dirigirse a Jerez donde confrontaron con los rebeldes provocando su huida. Tras recolectar los tributos de Jerez y los pueblos circundantes, el ejercito omeya abandona el territorio pasando por Shaghunshah (Gigonza), Jabal Ja’far y Sakhrah Abu Malik, que estaban en el itinerario, para finalmente alcanzar las fortalezas de Fontahona y Arnashtib en la provincia de Sevilla.

    Ese mismo año el emir ‘Abd Allāh preparó una nueva expedición contra el rebelde de Bobastro. El 29 de Abril las tropas reales acamparon en Shaghunshah (Gigonza), en las cercanías de Sidonia, desde donde partieron hacia Munt Shant (Monte Santo o Monte Sacro), lugar próximo a Alcalá de los Gazules[xi], saqueando las alquerías de los alrededores controladas por Ibn Hafsun. Marcharon posteriormente hacia Tarifa y por último hasta Algeciras, en manos del rebelde.

    En el año 900 ‘Abd Allāh llevó a cabo una nueva campaña en las provincias meridionales de la península para recuperar algunas de las fortalezas perdidas. Tras derrotar a los rebeldes en la región de Mawrur (Morón) se dirigió con sus tropas a Sidonia y luego a Rayya, donde recuperaron algunos husum[xii].

    En 914 Abd al-Rahman III encontrándose en Algeciras en una nueva campaña contra el rebelde Ibn Hafsun, se dirigirá hacia Calsena, capital de la cora de Sidonia, donde acampará con su ejército, para después salir hacia Arcos a sofocar la rebelión de Numara b. Sulayman y continuar hasta Sillibar donde finaliza su campaña[xiii] y construir después la fortaleza de Isbira (Espera).

    En el siglo XI el Geógrafo al-Udri (1002-1085) en su obra “Fragmentos geográficos e históricos” señala un itinerario entre Calsena, capital de la cora de Sidonia tras el saqueo normando de 844, y Algeciras pasando por Gigonza:

“El camino desde la capital [de la cora de Šiduna] Qalsana a al-Yazira:
De la capital Qalsana a Šaguntsa hay una jornada del correo; a Mayana otra; a la aldea de Barid, otra … …; a Šant Ulaya [¿?], otra; a Funtaliq [¿?], otra; a Billabiš [¿?], otra; y a al-Yazira, otra[xiv].”.

    Borrego Soto[xv] pone de manifiesto que en dicha ruta al-Udri no menciona en ningún momento a la ciudad de Sidonia, ni siquiera tras la alusión a Šaguntsa proponiendo identificar el topónimo Mayana con Medina Sidonia o con el Cortijo de la Mediana en Vejer. El arabista jerezano viene defendiendo la hipótesis de que las ciudades andalusíes de Sidonia y de Madinat Ibn al-Salim son diferentes; la primera se correspondería con Sidueña, en el Castillo de Doña Banca, entre Jerez de la Frontera y El Puerto de Santa María, y la segunda con la actual Medina Sidonia.

Itnerarios de al-Udri (negro) e Idrisi (azul) según Borrego Soto


    Respecto a esta ruta Arjona Castro[xvi] refiere que era el camino habitual de Algeciras a Córdoba en época califal y plantea el trazado de Qalsana a al-Yazira “por Shigonza (Castillo y Baños de Gigonza), Qarya Baryd (Alberite, al sur de Alcalá de los Gazules), para seguir por el valle del río Palmones hasta Algeciras pasando por Shant Ulaya, Funtaliq, Balbish. Las distancas entre ellos son de unos 21 km., pues «sakt» es un término que designa la distancia entre dos postas”.

    Durante la primavera de 1083, el propio rey de Castilla y León, Alfonso VI, al mando de su ejército, tras acampar en Sevilla y saquear las aldeas del Aljarafe cabalga hacia Medina Sidonia, que también es arrasada, y llega hasta Tarifa[xvii].

    En el siglo XII la principal vía de comunicación terrestre de la provincia es la descrita por el geógrafo ceutí Al-Idrisi (1100-1166) que transcurría entre Algeciras y Sevilla, y según Arjona Castro[xviii] es probable que coincidiese en parte con el trazado del antiguo camino romano Hispalis-Asido-Baesippo. En su obra geográfica Libro de Roger[xix] o Kitab Ruyar (1154) detalla el trayecto así:

"Por el camino de tierra, el camino de Algezira a Arretba, al rio Barbêt, a la alquería Nixêna; y de ella a Medina Ben Selim, a Gebal-mont; de allí a la alquería Asluca, y en ella posada, luego a Almudein, a Deirat-al Gemala, y en ella posada; de allí a Esbilia una jornada[xx]."

    En una obra posterior[xxi] de Al-Idrisi nos concreta el itinerario indicando las distancias entre las estaciones o postas:

“De Algeciras a al-Rataba hay dieciocho millas, a la alquería de al-Aba cuatro millas, al rio Barbate hay seis millas, a la alquería de Fisana hay diez millas, a Medina Sidonia hay siete millas; de Medina-Sidonia a Bakkat Q.m.rat. hay doce millas, a Wadi-Lakka (Guadalete) hay doce millas, a la ciudad de Jerez hay cuatro millas[xxii].”

La vía idrisiana constituye el eje fundamental de las comunicaciones en la cora de Sidonia, pero los autores árabes describen otros itinerarios que completarían la extensa red de caminos secundarios que vertebraban este espacio.
Vías de comunicación en el siglo XII según Juan Abellán (Cádiz, 1983, Pág. 127)

    Así otra vía que transcurre por Arkus y al-Nasma, aldea de Medina Ibn Salim, lo recorrió en febrero de 1183 el viajero valenciano Ibn Yubayr en su camino desde Granada a Tarifa, donde embarcaría para peregrinar a los santos lugares del Islam:

“Nuestras etapas fueron: la primera de ellas hasta Hisn al-Gaydaq (Alcaudete); luego desde allí a Hisn Qabra (Cabra); luego de allí a la ciudad de Istiya (Écija); luego desde ella a Hisn Usüna (Osuna); luego de allí hasta Sallabar (Jeliver); luego desde allí a Hisn Arkus (Arcos); luego desde allí hasta una aldea conocida por aldea de al-Nasma (Casma), una de las aldeas de la ciudad de Ibn al-Salïm (Medina Sidonia); luego desde ella hasta Yazirat Tarif (Tarifa). Yeso [tuvo lugar] el día lunes 26 del mes datado (21 de febrero)[xxiii].”

    Dada la importancia política de las ciudades de Medina Sidonia, Calsena y Arcos durante las distintas etapas de la presencia musulmana en la actual provincia de Cádiz, y su situación geográfica y estratégica, es lógico pensar que las vías de comunicación desde el Estrecho hacia Sevilla pasasen por dichas ciudades o muy próximas a las mismas.

    A partir del siglo X las ciudades de Medina Sidonia y Calsena irán perdiendo importancia en favor de la emergente Šarīš Šidūna (Jerez), que cobrará mayor protagonismo geopolítico en los siglos X al XII, y sobre todo durante el siglo XIII con la conquista y repoblación de la zona gaditana por Alfonso X y las expediciones benimerines desde el norte de África. Así Al-Idrisi menciona una serie de vías secundarias, que unen a Jerez (Sarīs) en época almorávide con Cádiz (Yazīrat Qādis), Medina Sidonia (Madīna Saduna), Arcos de la Frontera (Arqus), El Puerto de Santa María (alQanātir) y Carmona (Carmo). El otro centro estratégico del extremo sur de España será Algeciras, puerta de entrada[xxiv] de las incursiones musulmanas en la península e importante plaza en el control del Estrecho de Gibraltar.

    Félix Hernández opina[xxv] que el trazado de Medina hacia Sevilla iba “…por el camino viejo de Arcos, yendo a cruzar el Guadalete por el Vado de Sera, desde el que se proseguiría inicialmente hasta el Puerto de la Palma y, luego por la Venta del Cantero -entre las sierras de Gibalbín y Gamaza- y por el regajo del Chorro, a pasar a 2,5 km. al O. del actual vértice geográfico Cortijo Nuevo. Desde aquí se continuaría por la vaguada del arroyo del arrecife hasta los altos de Alocaz.”


    
Vemos por tanto la importancia que tuvo este tramo de la antigua vía romana durante la época andalusí que ponía en comunicación Medina y Arcos y que fue fundamental en los desplazamientos de viajeros y de tropas tanto musulmanas como castellanas entre la costa y el Valle del Guadalquivir.


___________________

[i] ESTEVE GUERRERO, M.: “Mediterráneo. Jerez de la Frontera (Cádiz). Cortijo de Las Alcobainas''. Noticiario Arqueológico Hispánico, nº V, 1956-1961. Madrid. 1962, Págs. 263-264)

[ii] TORRES ORTIZ, M.: Espada del Bronce Final de Las Alcobainas. La pieza del mes. 21 de octubre de 2017. Museo Arqueológico Municipal de Jerez / Asociación de Amigos del Museo.

[iii] SILLIERES, P.: « Les voies de Communication de L´Hispanie Méridionale ». Publicatións du Centre Pierre Paris (UA 1991). Paris 1990. Pägs. 430-441.

[iv] RAMOS ROMERO, M. Paterna de Rivera. Ed. Diputación de Cádiz. 1983. Pág. 71

[v] CORZO SÁNCHEZ, R.: “Vías Romanas en Andalucía”. Consejería de Obras Públicas y Transportes. Sevilla. 1990.

[vi] ABELLÁN PÉREZ, J. Poblamiento y administración provincial en el al-Andalus. La cora de Sidonia, Col. Al-Andalus, Málaga, Editorial Sarriá, 2004, p. 32

[vii] TORRES BALBÁS, L. Ciudades yermas hispanomusulmanas. Imprenta y editorial Maestre, Madrid. 1957. Pág. 171

[viii] ALEMANY Y BOLUFER, J.: La geografía de la Península ibérica en los escritores árabes. Revista del Centro de Estudios Históricos de Granada y su Reino. T IX, Granada. 1919. Págs. 122-127

[ix] MARIN GUZMÁN, R.: Sociedad, política y protesta popular en la España musulmana. San José. Editorial de la Universidad de Costa Rica, 2006 Pág. 348.

[x] VALLVÉ BERMEJO, J.: Nuevas Ideas sobre la conquista árabe de España: toponimia y onomástica, discurso leído en el acto de su recepción pública por el Excmo. Sr. D. ~ y contestado por el Excmo. Sr. D. Emilio García Gómez, Madrid, Real Academia de la Historia, 1989 Págs. 104-105

TOLEDO JORDAN, J.M.: El Cádiz Andalusí (711-1485). Diputación de Cádiz. 1998. Pág. 58.

[xi] MARIN GUZMÁN, R . Ob. Cit. Pág. 350. TOLEDO JORDAN, J.M.: Ob. Cit. Pág. 58.

[xii] MARIN GUZMÁN, R . Ob. Cit. Pág. 360.

[xiii] ABELLÁN PÉREZ, J.; El Cádiz islámico a través de sus textos; introducción Míkel de Epalza. 2ª Ed. Cádiz. Servicio de Publicaciones, Universidad, 2005. Pás. 88

[xiv] BORREGO SOTO, J.M.: De "Asidon" a Sidueña: localización de "Madinat Siduna" en el yacimiento de Doña Blanca: Revista de historia de El Puerto, Nº. 42, 2009, págs. 9-34. Pág 24.

[xv] Ibidem.

BORREGO SOTO, J.M.: Una referencia tardía para las localizaciones de Sidueña y Medina Sidonia. Revista de historia de El Puerto, ISSN 1130-4340, Nº. 44, 2010, págs. 113-118

[xvi]ARJONA CASTRO, A.: Andalucía musulmana, estructura político-administrativa y vías de comunicación. 2ª ed., Córdoba, Publicaciones del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba, 1982.

[xvii] AYALA MARTÍNEZ, C: En los orígenes del cruzadismo peninsular: el reinado de Alfonso VI (1065-1109). Imago Temporis. Medium Aevum, VII (2013): 499-537. Págs 506-507.

[xviii] ARJONA CASTRO, A.: Andalucía musulmana, estructura político-administrativa y vías de comunicación, 2ª ed., Córdoba, Publicaciones del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba, 1982. Pág. 161

[xix] Nuzhat al-mushtáq fi ijitiráq al-afáq (Deseo del que anhela ardientemente recorrer el mundo). Es una obra encargada a Al-Idrisi por el rey Roger II de Sicilia (1121-1154) para confeccionar un atlas donde se plasmase toda la tierra conocida.

[xx] CONDE J. A.: Descripción de España de Xerif Aledris conocido por el Núblense/ con traducción y notas de Don … de la Real Biblioteca. Madrid : por D. Pedro Pereyra, en la Imprenta Real, 1799. Pág. 41

[xxi] Uns al-muhay wa-rawd al-furay (Solaz de corazones y prados de contemplación). Es una versión corregida y ampliada encargada a Al-Idrisi, por el rey Guillermo de Sicilia a la muerte de su padre Roger II.

[xxii] ABELLÁN PÉREZ, J.; El Cádiz islámico a través de sus textos; introducción Míkel de Epalza. 2ª Ed. Cádiz S.ervicio de Publicaciones, Universidad , 2005. Pás. 34.

[xxiii] Ibídem. Pags. 35 y 36

[xxiv] ABELLÁN

[xxv] Cfr. Cadiz en el siglo XIII. Actas de la Jornadas Conmemorativas del VII Centenario de la muerte de Alfonso X el Sabio. Universidad de Cádiz. Diputación de Cádiz. Cádiz. 1983.Pág. 132

domingo, 2 de marzo de 2025

EL GUADALHAMAN: UN ENCLAVE PRÓXIMO A PATERNA DE RIVERA INSPIRADOR DE POETAS ANDALUSÍES (7)

 c)     Los «Caños de Hercules», el tramo del acueducto romano de Los Arquillos

Restos de la arcada sobre la que iba la conducción de agua

       A mitad de camino entre Torrecera y Paterna, a la altura del actual cortijo de los Arquillos, se pueden aún apreciar los restos más numerosos e impresionantes de la parte aérea del acueducto romano que hace unos 2000 años abastecía de agua a la ciudad de Gades desde los manantiales de Tempul en la sierra de Cádiz.

    En este tramo del acueducto los ingenieros romanos aplicaron la llamada técnica del sifón invertido, en la que, para salvar el valle de Los Arquillos, por donde discurre el río Salado de Paterna, de unos 3 km. y una altura de 79 m., se optó por la construcción de una alargada arquería (venter) sobre la cual se dispuso una o varias tuberías, en las que el agua era trasportada por su propia presión. 


    Esta espectacular infraestructura debió impresionar a los transeúntes de este camino a lo largo de los siglos y, aunque en ruinas durante la Edad Media, llamó la atención de escritores y geógrafos hispano-musulmanes. Así Yāqūt (siglo XII) refiere:

“…llevaron los antiguos el agua hasta Cádiz, en unas cuentas de piedra horadadas en forma de hembra y macho. Atravesaron así los montes, hasta alcanzar el lugar de la tierra baja y las salinas. Para ello se edificaron unos puentes sobre arcos.”

En la obra Dikr bilad al-Andalus (Una descripción anónima de al-Andalus), una crónica anónima del siglo XIV o XV:

“Uno de ellos es el canal, que aún perdura, que lleva el agua por su parte superior durante dieciséis millas del Tempul hasta Cádiz. Dicho canal está construido con recios bloques de piedra; cuando la conducción de agua llega a depresiones o praderas bajas se eleva sobre puentes apoyados en pilares y arcos..”

    Al-Maqqari (1578-1632) en su obra Nafḥ al-ṭīb al describir el acueducto de Gades refiere:

“…Lo trajeron por el fondo del mar, en piedras horadadas en forma de macho y hembra. Cruzaron así los montes y, al llegar a los sitios bajos, edificaron unos puentes sobre arquerías. Atravesándolos así, y alcanzada la tierra mediana, volvían a la construcción mencionada…”

    Igualmente, los elementos constructivos más destacados del tramo de Los Arquillos serán mencionados como hitos referenciales en los distintos deslindes de términos de los siglos XIII al XVI (1269, 1274, 1313, 1346 y 1515).

· Amojonamiento del término de Medina Sidonia de 1269:

(…) E va a a otro mojón que está en una cuesta que esta encima de arcos de labor antigua por do iva el agua de Tempul a Cádiz do se partía el término de Perreta, aldea de Jerez, y Alvotiquera, aldea que es de Medina (…)

· Deslinde del término de Jerez con Arcos, Alcalá y Lebrija, realizado por Alfonso X el 3 de agosto de 1274:

(…) E deste mojón va a vn torrejón que es ý çerca, que fue labor antygua, por donde viene el agua de Tenpul a Cádiz, que es sobre la carrera que va de Xerez a Alcalá a man syniestra, ó se parten los términos de Xerez e Arcos e Alcalá (…)

Pilar junto al Río Salado
· Privilegio de Tempul de 1313, ratificado en 1333:

(…) desde el mojón que está en la cumbre que está sobrel canno de Ercules do parte término Jerez con Arcos e con Alcalá e dende en adelante hasta otro mojón do se ayunta el Arroyo de la fuente de Gigonça al Arroyo de la Salina (…)

· Reparto de tierras en Medina Sidonia por Doña Leonor de Guzmán realizado el año 1346:

“… Y fizieron otra tabla a orilla del camyno de Xerez y afrenta con el mojon de la Cabeça Gorda questá asomo a los caños que vienen de Tempul e va la frente a otro mojón del agua del Peral que es contra el Berrueco e el árbol desta tabla contra el Admelique…”

· Visita y reconocimiento de términos entre Jerez, Alcalá y Paterna realizada en 1515:

“…Martes veynte e dos dias del mes de Mayo año del nasçimyento de nuestro salvador Jesuchristo de myll e quynientos e quynze años en el campo a donde dizen los Caños de Hercoles…”

Construcción de la Rendona
     Actualmente se conservan en la parte derecha del Rio Salado de Paterna vestigios del depósito de cabecera (Torre de la Rendona) y algunos de los arcos de medio punto abovedados que formaban la dilatada arcada (arquationes) del sifón; y en la margen izquierda del río, un impresionante pilar perteneciente al puente que atravesaba su cauce, numerosos arranques de pilares y restos constructivos dispersos de las demás arcadas del conjunto y el depósito de recepción en el Monte de la Silla.
    La construcción, mantenimiento, gestión y vigilancia del sifón de los Arquillos comportó la creación de una serie de asentamientos rurales romanos en torno a este tramo del acueducto como atestiguan los restos localizados junto a la Torre de la Rendona. En Mayo de 2023 una excavación de urgencia[i] se descubrieron varias estructuras murarias destacando vestigios constructivos de lo que podría corresponder con una posible fortificación romana, un cerca o una muralla, de la misma cronología del acueducto, medidos del siglo I a mediados del siglo II, y con enlace óptico con el Castellum de Asido Caesarina.

    En el Cortijo de Las Piletas, cuyo nombre sugiere la existencia de cisterna o albercas, también se descubren huellas de poblamiento romano y se han documentado ramales secundarios del acueducto que abastecerían a villas romanas en esta zona que aprovecharían el agua para la explotación agropecuaria de sus fértiles tierras.

    Próxima a esta antigua vía romana y al ramal del acueducto de los Arquillos se localiza un importante asentamiento rural, la villae del Chorreadero, donde se produjo el hallazgo de un excepcional mosaico mitológico con motivos marinos, que algunos autores, dada la abundancia de agua y su localización, relacionan con una posible estación viaria.


d) Villa y Despoblado de los Arquillos

    En torno al actual Cortijo de los Arquillos debió establecerse un pequeño núcleo de población durante la baja edad media, que perduró hasta el siglo XIV[ii]. Un asentamiento que posiblemente tuvo su origen en época romana en relación a la construcción y mantenimiento del tramo del acueducto de Tempul a Gades que salvaba el valle de los Arquillos. La calidad de las tierras para el cultivo, su proximidad al río Salado de Paterna y su ubicación en el trayecto de una antigua e importante vía de comunicación, serían determinantes para el emplazamiento en este lugar de una aldea en época musulmana dedicada a la agricultura y la ganadería. Tras la expulsión de los musulmanes en 1264 muchas de estas aldeas serían repobladas por Alfonso X el Sabio. En la de los Arquillos se instalaría un pequeño contingente de pobladores, que a causa de la guerra del Estrecho se fue despoblando y abandonando a lo largo del siglo XIV[iii].

Mapa de Tomás López de 1787

    Bartolomé Gutiérrez[iv] refiere que en los privilegios de los términos de Jerez se hallaban noticias de muchas aldeas pobladas “tal es Gravina, villa Marta, Aldea del Carrijal, villa de los Arquillos y Santiago que todos son oy señalados cortixos de las familias Nobles de esta ciudad; con término, jurisdicción y mero mixto imperio” protegidas por fortalezas diseminadas por el término de Jerez. Igualmente expone que en 1330 subsistían pobladas muchas aldeas y villas del término de Jerez, como la de Margarigut, Infantado de Aina, el Portal, Villamarta, Carrizal, Gravina, el Abadin, la Villa de Pozuela, Los Arquillos y otras, “expuestas a las correrías de los moros y con el favor y aviso de las torres y castillos, se juntaban para favorecerse y defenderse de ellos.”[v]

    En 1491 Los Arquillos es uno de los echos que los Reyes Católicos ceden al concejo de Jerez como tierras de propios para su reparto a “los vecinos e moradores de la dicha çibdad, que non tienen tierras suyas en que labrar”.

    En 1523 el veinticuatro Diego de Villacreces, pidió al concejo de Jerez que le autorizase ampliar el echo que tenía adjudicado de los Soletes, con “vna poca de tierra realenga que non es de echo nin de entre echo, que se dizen los Arquillos”, lindante al mismo. El cabildo acuerda que se traslade el caso a “la justicia e diputados de los echos para que lo vean e provean”.[vi]

    Reducido a simple hacienda o cortijo con un corto número de vecinos encargado de su explotación agropecuaria, el antiguo asentamiento junto al río Salado hubo de estar habitado hasta el siglo XVIII, en que era conocido como Despoblado y Señorío de los Arquillos.

    En 1713 la villa ya se encuentra abandonada[vii], pero años más tarde, en el lugar que ocupaba el antiguo núcleo se construirá el actual Cortijo de los Arquillos. Así a la entrada de la parte alta del granero de dos plantas, que es el germen primitivo de la cortijada, se conserva en una piedra con la inscripción ‹‹AÑO DE 1750››.
Planta del Cortijo (Cortijo, haciendas y lagares... 2002)

    Por el Catastro de Ensenada[viii] sabemos que en 1753 el Despoblado de los Arquillos, con 1.430 aranzadas, unas 640 Has., pertenecía a D. Diego Antonio López de Morla Vint “por servicio pecuniario echo a S.M.” Según Parada y Barreto “hasta el siglo XVII no hubo en Jerez más títulos que los de señorío como eran el de los Arquillos, que poseían los Morlas: el de Vallehermoso, los Villavicencio, el de Romanina, los Adorno, y otros varios[ix].

    Los despoblados de los Arquillos y de Pozuela serán las únicas excepciones de jurisdicción señorial del extenso del término de Jerez. Aunque la antigua Villa de los Arquillos quedara prácticamente despoblada en el siglo XVIII, era considerada, a efectos fiscales, una unidad territorial autónoma que gestionaba las alcabalas y las rentas de millones independientes de Jerez[x].

    El señorío de los Arquillos estuvo ligado al apellido Villavicencio, linaje nobiliario descendiente de los primeros caballeros pobladores de la ciudad de Jerez de la Frontera en el siglo XIII y cuyos miembros formarán parte de la élite de poder de la segunda ciudad más importante del reino de Sevilla. La rama principal de los Villavicencio llegó a ser el linaje más poderos de la ciudad en el siglo XV.

    Según Salazar y Castro[xi], en 1418 Inés de Miraval, hija de Diego de Miraval y de Leonor Martínez de Trujillo, casó con Fernando de Villavicencio, Veinticuatro, y Alcalde Mayor de Jerez, y tuvieron por hijos a Juan de Villavicencio, a Diego de Miraval y Villavicencio y a Lorenzo Fernández de Villavicencio. Juan de Villavicencio, que también fue Veinticuatro y Alcalde mayor de Jerez, tuvo à Diego Miraval de Villavicencio, Veinticuatro de Jerez, progenitor de los Señores del Temple, y Rodrigalvarez, de los Marqueses de Valhermoso, y de la Mesas de Asta, y de los Señores de los Arquillos, Marqueses de Casa Villavicencio , y otros grandes Caballeros.

    Sabemos que a finales del siglo XVI Doña Francisca Juana de Villavicencio, mujer de Juan Alonso de Villavicencio y conocida en la época como la Gran Señora, fundó el vínculo del Cortijo de los Arquillos por su testamento cerrado de 26 de mayo de 1590 ante el escribano jerezano Miguel Morate[xii]. Con el objeto de obtener crecientes cotas de poder, hacerse con el mayor número de oficios concejiles e incrementar el patrimonio familiar, los Villavicencio, al igual que otras estirpes jerezanas, practicaron una política de alianzas matrimoniales con poderosos linajes de la ciudad (Villacreces, Zuazo, Dávila, Miraval, etc.) y en el propio seno familiar, estableciendo un complejo entramado de relaciones familiares.

    En el siglo XVII, por estas alianzas matrimoniales, una rama de los Villavicencio se incorporó la Casa de los López de Morla, a quién definitivamente quedaron vinculados el señorío y la propiedad de la antigua villa de los Arquillos, donde un siglo después se construiría la cortijada que se conserva hoy en el lugar.

    A mediados del siglo XIX en el cortijo de los Arquillos aún se contabilizaban 99 habitantes[xiii]. Contaba sobre 1860 con 3 viviendas habitadas permanentemente, 1 edificio de una planta, otro de dos plantas y una barraca o chozo[xiv].

Cortijo de los Arquillos (Foto En torno a Jerez)


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[i] MONTAÑÉS CABALLERO, M., GONZÁLEZ DÍEZ O., AGUILAR BELLÓN, M: Memoria Preliminar. Actividad Arqueológica Urgente. Sondeo y control arqueológico De Movimientos De Tierra De Tramo De La Línea De Evacuación De La Psf “Arco 4” DE 29,45 MWP, T.M. JEREZ DE LA FRONTERA (CÁDIZ). Expediente N.º A-116/23 (1555)- 2023

[ii] MARTIN GUTIÉRREZ, E.: Análisis de la toponimia y aplicación al estudio del poblamiento. El Alfoz de Jerez de la Frontera durante la Baja Edad Media. Historia. Instituciones. Documentos Nº 30, 2003, Págs. 257-300

[iii] MARTIN GUTIÉRREZ, E.: Aproximación al repartimiento rural en Jerez de la Frontera : la aldea de Grañina. En la España medieval, N.º 22, 1999, págs. 355-368. Universidad de Cádiz.

[iv] Tomo II Pág. 36

[v] Ibídem. Pág 184-185

[vi] MARTÍN GUTIERREZ, E.: La organización del paisaje rural durante la Baja Edad Media. El ejemplo de Jerez de la Frontera. Universidad de Sevilla y Cádiz. Sevilla. 2004. Pág. 81.

[vii] MARTIN GUTIÉRREZ, E.: Análisis de la toponimia y aplicación al estudio del poblamiento. El Alfoz de Jerez de la Frontera durante la Baja Edad Media. Historia. Instituciones. Documentos Nº 30, 2003, Págs. 257-300. Nota 231. A.M.J.F. Despoblado de la villa de los Arquillos. Libro Fincal de Seculares, Año 1713, Fols. 1r-2v. Pág. 284.

[viii] Archivo General de Simancas. Catastro de Ensenada. Respuestas Generales. Libreo 560. 0912-0919.jpg

https://pares.mcu.es/Catastro/servlets/ServletController?accion=4&opcionV=3&orden=0&loc=2146&pageNum=1

[ix] PARADA Y BARRETO, D.I.: Hombres Ilustres de Jerez de la Frontera. Impr. Guadalete Jerez. 1875. Noa 1.Pág. LXXIII.

[x] TINOCO DOMÍNGUEZ, J.: El municipio de Jerez de la Frontera y la única contribución. 1749-1773 Un estudio a partir de la correspondencia de la Intendencia de la provincia de Sevilla. Tesis Doctoral. UNED. 2021. Pág. 811

[xi] SALAZAR Y CASTRO, L.: Reparos Históricos sobre los doce primeros años del Tomo VII. de la Historia de España, Del Doct. D. Juan de Ferreras, Cura de la Iglesia Parroquial de S. Andrés de Madrid, Calificador del Santo Oficio, y primer Bibliotecario de la Librería del Rey. Con los suplementos precisos para su claridad, y inteligencia. Alcalá. Año de 1723. Pág. 12

[xii] LASSO DE LA VEGA Y LÓPEZ DE TEJADA, M.: Historia nobiliaria española: Contribución a su estudio. Imprenta y Editorial Maestre.1953.Pág. 198.

[xiii] Nomenclátor de los pueblos de España / formado por la Comisión Estadística General del Reino. Madrid: Imprenta Nacional, 1858. Pág. 190

[xiv] Nomenclátor de la provincia de Cádiz. Biblioteca Provincial de Cádiz — Signatura: XIX-4464