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EL ENCIERRO DE CEBADA GAGO EN LA PRENSA
San Fermín
Segundo encierro de San Fermín: nueva carnicería de los Cebada Gago
JOSÉ LUIS VADILLO @jlvadillo
08/07/2016 15:22
Los toros de
Cebada Gago han provocado de nuevo el terror en las calles de Pamplona: una carrera totalmente rota, en la que varios toros se han dado la vuelta y han recorrido decenas de metros en sentido contrario, ha dejado al menos
siete heridos por asta de toro y muchísimos momentos de gran peligro.
Nada más entrar en contacto con los corredores, los astados han impuesto su ley. En la acera izquierda, justo frente a la hornacina de San Fermín, un ejemplar negro muy cornalón ha lanzado un derrote seco a un corredor que estaba caído en el suelo:
primera cornada. Y no habían transcurrido más que unos segundos de encierro.
Si el 7 de julio los corredores de
Santo Domingo no tuvieron opciones de ponerse ante los toros por lo arropados que iban por los cabestros, hoy ha ocurrido lo contrario: un
cebada castaño se ha adelantado y ha ido abriendo la carrera a gran velocidad, lanzando miradas a diestro y siniestro, pero sin crear situaciones de peligro real. Correr así, aunque sólo fuera un par de segundos en la cara del toro, era muy espectacular.
A partir de la curva que asoma hacia la
Plaza del Ayuntamiento , sin embargo, se ha desatado la ira de los toros gaditanos: algún resbalón inoportuno y la intención de seguir a algunos corredores que se amontonaban en la acera derecha ha roto completamente la manada. Ahí se han empezado a ver cornadas:
un mozo lanzado por los aires con violencia que se ha librado de mayor castigo al llegar otro toro por detrás y distraer a su hermano de manada.
Por delante, el castaño que parecía destinado a llegar con gran diferencia a la plaza
se ha resbalado en la curva de la Estafeta y, tras levantarse, ha mirado al lado derecho, donde cada día se amontonan unas decenas de corredores, y ha lanzado varias cornadas.
No era un encierro, era la guerra
Ya el encierro estaba totalmente roto, con la manada inexistente. Sólo dos toros, uno negro salpicado precioso y otro negro, acompañados por los cabestros, a una velocidad más que moderada y fácil de correr. Por detrás, la guerra.
Y como en toda guerra, se ha visto en acción a veteranos curtidos en mil batallas y a otros que eran pura carne de cañón. En carreras como ésta, duras y sangrientas, se distingue muy bien la masa de gente que acude a Pamplona ver pasar los toros como quien está viendo pasar la Semana Santa de Sevilla y a los corredores, sin más adjetivos.
Mozos apalancados junto a la pared, al lado del vallado, tirados en las aceras... los de Cebada Gago no respetaban a quien se le ponía por delante. No había realmente cogidas en plena carrera, al hilo del pitón, sino
derrotes lanzados al bulto.
El castaño que encabezó la manada en un primer momento decidió volver la grupa por la Estafeta para arriba, casi en solitario. No había pastores suficientes para contener la dispersión de la manada y los morlacos iban por libre, resbalándose mucho.
Se han sucedido las escenas dantescas: un mozo proyectado por los aires junto al vallado de la curva de la Estafeta, un grupo de mozos de apariencia extranjera golpeado y corneado sin misericordia...
El balance provisional es de cinco heridos por asta de toro a lo largo de todo el recorrido, uno de ellos en el abdomen y otro en el tórax, quienes en principio tienen peor pronóstico.
ELPAIS.COM
Segundo encierro de San Fermín 2016: larga y peligrosísima carrera de Cebada Gago
Seis corredores sufrieron heridas por asta de toro y cuatro más acabaron contusionados en una carrera desconcertante de cinco minutos y 45 segundos
Antonio Lorca
Los toros gaditanos de Cebada Gago hicieron honor a su historia y protagonizaron uno de los encierros más peligrosos de la historia de las fiestas de Pamplona . Peligroso porque los datos provisionales hablan de seis heridos por asta de toro; largo, porque el reloj contaba los cinco minutos y cuarenta y cinco segundos cuando el último toro entró en los corrales, y desconcertante, porque la manada se rompió al inicio de la calle Mercaderes, y cada toro por su lado, al margen de los cabestros, hizo estragos entre los corredores, muchos de ellos sorprendidos en la creencia errónea de que había pasado el peligro.
En cuanto los toros salieron de los corrales de Santo Domingo, uno de pelo castaño tomó la delantera y subió como una exhalación hasta el final de la calle; allí resbaló y se acabó su gesta
Enfilada la bajada hasta la curva de Estafeta, el antideslizante no pudo evitar la caída de un toro que arrolló el vallado, y ahí, en este instante, comenzó la guerra . A pocos metros, un toro se ensañó con un par de corredores, a los que lanzó cornadas al aire; tuvieron suerte pues otro animal de negro se enfrentó a su compañero y evitó, sin pretenderlo, lo que pudo ser una tragedia.
La calle de Estafeta se convirtió, a partir de entonces, en un campo de batalla. La manada quedó completamente rota, cada toro haciendo la guerra por su cuenta y los cabestros perdidos. Allí se produjeron muchos momentos de tensión, atropellos, cornadas, sustos, carreras, el miedo en caída libre ante la histórica peligrosidad de los Cebada Gago, que se hacía presente con los astifinos pitones a centímetros de la piel.
Muchos corredores volaron por los aires, y nunca se sabe qué es peor, si la posible cornada de un toro o la caída con fuerza contra el asfalto de cuerpos que no siempre son fibrosos ni están preparados para esta guerra.
Larga fue la travesía de este peligrosísimo encierro, de modo que pasaban los cuatro minutos cuando el primer toro entró en el ruedo de la plaza. Pero entonces todavía trabajaban los pastores para atraer hacia delante a un par de toros rezagados que se volvieron con intención no tanto de volver por el camino andado como en la búsqueda de presas asustadas.
Se acabó finalmente la carrera, que parecía eterna, pero persistirá mucho tiempo el miedo en el cuerpo. No es para menos. Los toros de Cebada Gago impusieron su ley: la del peligro.
San Fermín 2016 Encierro de hoy 8 julio: los Cebada Gago siembran de terror y sangre en los Sanfermines
En total han sido siete heridos por asta de toro y otros nueve heridos por contusiones
Se suele decir que «si te tiene que coger el toro, que sea en Pamplona». El dispositivo de emergencias preparado en torno al encierro está perfectamente estudiado y organizado . Y hoy ha sido uno de esos días en los que se comprueba su eficacia.
A lo largo de los 850 metros de recorrido hay 16 puestos de atención y cada uno cuenta con una ambulancia. Pues bien, hoy se han producido 15 traslados al Complejo Hospitalario de Navarra. Seis de los heridos han sido por asta de toro.
Porque si algo han hecho hoy los toros de Cebada Gago ha sido cumplir con su fama y el encierro ha sido una auténtica locura y caos. Hasta el punto de que un toro, Artillero, ha hecho más de 300 metros en dirección contraria, haciendo toda la calle Estafeta en sentido contrario.
El encierro ha transcurrido con cierta normalidad hasta la calle Mercaderes, aunque en la Cuesta de Santo Domingo ya se ha visto la primera cogida con herida por asta de toro. Se trata del pamplonés FLR, de 58 años, con herida en la zona testicular y contusión abdominal. Su pronóstico es grave.
Pero después de pasar el Ayuntamiento, tres toros se han caído y se han quedado ligeramente rezagados. Ahí se ha producido otra cornada que ha sido atendida en el puesto del Ayuntamiento. Se trata de WR, de 23 años, de California y presenta herida por asta de toro en la pierna izquierda. Su pronóstico es menos grave.
Otro toro se ha caído en la curva de la Estafeta y nada más atravesarla, el toro colorado, Artillero, que iba en cabeza, se ha caído y le ha pasado toda la manada por encima. No obstante, ha continuado el recorrido con cierta normalidad. Hasta que ha llegado al tramo de Telefónica, prácticamente en la plaza de toros y ahí se ha dado la vuelta y ha hecho el recorrido a la inversa hasta que llegar nuevamente hasta la curva de la Estafeta, donde se ha encontrado con los cabestros escoba y la puerta cerrada para que no pudiera continuar el camino de regreso a los corrales.
Por el camino se ha cruzado con otros dos hermanos suyos y ya con los tres toros en Estafeta, cada uno a su bola, es donde se ha liado. Cada toro iba a su aire, embestía a un lado y a otro, se cebaban con uno, con otro. Se daba la vuelta, trotaba hacia atrás, volvía a girarse, embestía contra algún mozo.
En el puesto de Mercaderes, ha sido atendido uno de los mozos alcanzados al comienzo de Estafeta. Se trata de un indio, NS , de 26 años que presenta herida por asta de toro en la región dorsal y muslo. Su pronóstico es menos grave.
A mitad de la calle Estafeta, en el puesto de Espoz y Mina ha sido atendido el herido más grave del encierro de hoy . Se trata del sudafricano LH, de 73 años de edad que ha sido herido en el abdomen. Su pronóstico es grave.
En el tramo de Telefónica, tres cuartos de lo mismo, continuas embestidas al vallado y contra los mozos que trataban de arrastrarlos hacia la plaza de toros. A pesar de todos los ataques, tan sólo se ha producido un herido por asta de toro, que ha sido operado directamente en el quirófano de la plaza de toros ya que tenía la herida en la región anal y requería de urgencia para evitar infecciones. Se trata de un corredor canadiense, PC, que por suerte no ha visto afectado el aparato esfinteriano.
Además, otro joven ha sufrido una herida por asta de toro , pero ha sido un pequeño puntazo en la ingle que no revestía gravedad, y no ha querido ser trasladado al Complejo Hospitalario.
En total, el encierro ha durado 5 minutos y 46 segundos , uno de los más largos que se recuerdan en los últimos años en Pamplona y también de los que han provocado más heridos trasladados a los centros hospitalarios, 15, sólo superado por los heridos producidos en el montón del 13 de julio de 2013.
Navarra
San Fermín 2016: Caótico y largo segundo encierro con los toros de Cebada
El primer balance de la Cruz Roja detalla que ha habido cinco heridos por asta de toro en los casi seis minutos de carrera
Redacción ,
Barcelona 08/07/2016 07:00 | Actualizado a 08/07/2016 14:24
Este 8 de julio el
segundo encierro de
San Fermín 2016 lo protagonizaron los temidos
toros de Cebada Gago y cumplieron con su fama. Tras cuatro años de ausencia, esta ganadería regresaba a las calles de Pamplona como una de las más peligrosas y volvieron a dejar un buen número de
heridos por asta de toro .
El primer balance de la Cruz Roja habla de cinco corneados y otros cuatro que sufrieron diferentes traumatismos. Los accidentados que salieron peor parados se llevaron una cornada en el abdomen y el otro en el tórax.
La carrera fue larga, lenta y caótica. Salieron todos enrabietados y unidos, repartiendo embestidas desde los primero metros en la cuesta de Santo Domingo. En la calle Mercaderes ya se adelantó uno de los toros colorados y fue el que permitió las mejores carreras de los mozos.
El
segundo encierro también destacó por los muchos resbalones que tuvieron los animales. El líquido antideslizante con el que impregnan las calles de Pamplona en esta ocasión no acabó de ser efectivo.
El primer toro en llegar a la plaza tardó solo dos minutos y 30 segundos, aunque los rezagados siguieron atrás dando vueltas y emprendiéndola contra los corredores y el vallado. Los pastores tuvieron mucho trabajo para que los toros llegaran a la plaza.
En total se tardó cinco minutos y 44 segundos en que todos los toros cumplieran el recorrido.
Balance histórico
Los
Cebada Gago son considerados los más peligrosos porque hasta la fecha en sus 27 ediciones habían repartido un total de 46 cornadas. Promediaban 1,7 heridos por asta de toro por encierro, una cifra que hacía presagiar una carrera donde los mozos no se podían despistar ni un momento.
En el último
San Fermín los toros de Cebada Gago, 9 de julio de 2012, tardaron tres minutos y 37 segundos en completar el recorrido. Por el camino mandaron a tres mozos al hospital por sendas cornadas.
El peligro de esta ganadería no mengua en ningún momento del encierro. Históricamente son unos toros que no completan el recorrido unidos. Esa división permite a los mozos poder disfrutar de largas carreras al lado del animal, aunque cuando uno de estos toros se queda suelto aumenta su peligrosidad.
El
segundo encierro de San Fermín 2016 llegaba precedido de una jornada limpia y rápida protagonizada por los toros de Fuente Ymbro. Sólo hubo cuatros heridos por diferentes traumatismos provocados en los montones.
Segundo encierro de San Fermín | Cuatro Cebada Gago rezagados causan el pánico y seis heridos por asta de toro
Los toros de la ganadería gaditana de Cebada Gago han protagonizado un peligrosísimo segundo encierro de San Fermín 2016 con la manada disgregada prácticamente desde el inicio de la carrera y con toros sueltos, generando al menos seis heridos por asta, según el primer balance de Cruz Roja.
Los heridos
Dos de los seis heridos por asta de toro en el segundo encierro de Sanfermines, corrido con toros de Cebada Gago, se encuentran en estado grave, un sudafricano y un pamplonés, los otros cuatro son dos Estadounidenses, un canadiense y un indio.
Catorce personas han sido trasladadas al Complejo Hospitalario de Navarra (CHN) desde todos los tramos del recorrido, cinco corneados y el resto con traumatismos y contusiones, según el último parte médico.
El sexto herido por asta, P.C., de Canadá , se ha registrado en la plaza y ha sido operado en la enfermería de una herida perineal que no afecta al aparato esfinteriano.
De los otros cinco corneados, todos ellos conducidos al CHN para ser atendidos, el más grave es un sudafricano de 73 años, M.H., que ha sido alcanzado en el abdomen en la calle Estafeta, y también se encuentra grave el pamplonés F.L.R., de 58 años, que tiene una herida en la zona testicular y traumatismo abdominal, que sido herido en Santo Domingo.
También han sido corneados los americanos P.G., de 55 años, herido en la axila, y W.R, de 23, en una pierna, ambos con pronóstico menos grave, el mismo estado que presenta el indio N.S., de 26 años, que ha sido alcanzado en el abdomen en la calle Estafeta, y también se encuentra grave el pamplonés F.L.R., de 58 años, que tiene una herida en la zona testicular y traumatismo abdominal, que sido herido en Santo Domingo.
También han sido corneados los americanos P.G., de 55 años, herido en la axila, y W.R, de 23, en una pierna, ambos con pronóstico menos grave, el mismo estado que presenta el indio N.S., de 26 años, que ha sido alcanzado en la región dorsal y un muslo.
El resto de corredores trasladados al CHN tras el segundo encierro de los sanfermines sufren diversos traumatismos, contusiones y heridas, como la norteamericana S.C., de 53 años, que tiene traumatismo con herida en tórax de pronóstico reservado.
En estado menos grave se encuentran T.S.A. de 35 años, de Reino Unido, que tiene traumatismo en un párpado y pérdida de tejido; el gaditano V.P.R., que presenta herida con desgarro en el muslo izquierdo; y A.P., portugués de 25 años, que tiene traumatismo con luxación en un hombro.
Los otros atendidos en el CHN tienen lesiones leves: dos vecinos de Pamplona de 22 y 31 años, por traumatismos en extremidades; un norteamericano de 26 que ha sufrido una herida en el cuero cabelludo; y un madrileño de 41 años que presenta un traumatismo costal.
Así ha sido el encierro
El encierro ha sido muy largo, 5 minutos y 46 segundos, con escenas de pánico en algunos momentos en Mercaderes, Estafeta y la bajada al callejón.
Ha sido en la calle de Mercaderes donde la manada ha comenzado a romperse por completo y sólo dos toros han llegado con relativa normalidad a los chiqueros de la plaza de toros.
Los cuatro restantes astados se han quedado sueltos y han protagonizado un encierro complicadísimo, especialmente con el último Cebada Gago, que se ha dado la vuelta por completo en la calle Estafeta y que ha obligado a pastores y mozos a redoblar sus esfuerzos para conducirlo hasta la plaza.
Tras múltiples embestidas y escenas de peligro, los astados han podido ser introducidos en los chiqueros de la plaza.
Los encierros estrenaron ordenanza esl año pasado, un texto que precisa más las condiciones para correr el encierro y las obligaciones de corredores, espectadores, propietarios e inquilinos de locales y viviendas con acceso desde el recorrido, tipificando de forma más exhaustiva y con catalogación en leves, graves y muy graves, las posibles infracciones.
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