martes, 5 de julio de 2016

ENCIERRO CEBADA GAGO SAN FERMIN 8-JULIO-2016

 
 
EL ENCIERRO DE CEBADA GAGO EN LA PRENSA
 
 
 
 
San Fermín
Segundo encierro de San Fermín: nueva carnicería de los Cebada Gago
 
JOSÉ LUIS VADILLO                                                                                                    @jlvadillo
 
Los toros de Cebada Gago han provocado de nuevo el terror en las calles de Pamplona: una carrera totalmente rota, en la que varios toros se han dado la vuelta y han recorrido decenas de metros en sentido contrario, ha dejado al menos siete heridos por asta de toro y muchísimos momentos de gran peligro.

Nada más entrar en contacto con los corredores, los astados han impuesto su ley. En la acera izquierda, justo frente a la hornacina de San Fermín, un ejemplar negro muy cornalón ha lanzado un derrote seco a un corredor que estaba caído en el suelo: primera cornada. Y no habían transcurrido más que unos segundos de encierro.
 
Si el 7 de julio los corredores de Santo Domingo no tuvieron opciones de ponerse ante los toros por lo arropados que iban por los cabestros, hoy ha ocurrido lo contrario: un cebada castaño se ha adelantado y ha ido abriendo la carrera a gran velocidad, lanzando miradas a diestro y siniestro, pero sin crear situaciones de peligro real. Correr así, aunque sólo fuera un par de segundos en la cara del toro, era muy espectacular.

A partir de la curva que asoma hacia la Plaza del Ayuntamiento, sin embargo, se ha desatado la ira de los toros gaditanos: algún resbalón inoportuno y la intención de seguir a algunos corredores que se amontonaban en la acera derecha ha roto completamente la manada. Ahí se han empezado a ver cornadas: un mozo lanzado por los aires con violencia que se ha librado de mayor castigo al llegar otro toro por detrás y distraer a su hermano de manada.

Por delante, el castaño que parecía destinado a llegar con gran diferencia a la plaza se ha resbalado en la curva de la Estafeta y, tras levantarse, ha mirado al lado derecho, donde cada día se amontonan unas decenas de corredores, y ha lanzado varias cornadas.

No era un encierro, era la guerra

Ya el encierro estaba totalmente roto, con la manada inexistente. Sólo dos toros, uno negro salpicado precioso y otro negro, acompañados por los cabestros, a una velocidad más que moderada y fácil de correr. Por detrás, la guerra.

Y como en toda guerra, se ha visto en acción a veteranos curtidos en mil batallas y a otros que eran pura carne de cañón. En carreras como ésta, duras y sangrientas, se distingue muy bien la masa de gente que acude a Pamplona ver pasar los toros como quien está viendo pasar la Semana Santa de Sevilla y a los corredores, sin más adjetivos.

Mozos apalancados junto a la pared, al lado del vallado, tirados en las aceras... los de Cebada Gago no respetaban a quien se le ponía por delante. No había realmente cogidas en plena carrera, al hilo del pitón, sino derrotes lanzados al bulto.

El castaño que encabezó la manada en un primer momento decidió volver la grupa por la Estafeta para arriba, casi en solitario. No había pastores suficientes para contener la dispersión de la manada y los morlacos iban por libre, resbalándose mucho.

Se han sucedido las escenas dantescas: un mozo proyectado por los aires junto al vallado de la curva de la Estafeta, un grupo de mozos de apariencia extranjera golpeado y corneado sin misericordia...
El balance provisional es de cinco heridos por asta de toro a lo largo de todo el recorrido, uno de ellos en el abdomen y otro en el tórax, quienes en principio tienen peor pronóstico.

ELPAIS.COM

Segundo encierro de San Fermín 2016: larga y peligrosísima carrera de Cebada Gago

Seis corredores sufrieron heridas por asta de toro y cuatro más acabaron contusionados en una carrera desconcertante de cinco minutos y 45 segundos
 
Antonio Lorca
 



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